"...I know you're probably thinking what's the use
I promise it's the little things that you do
That make me want to give it all to you
You know I do, babe..."
Cuando Peter salió de mi casa con destino al Aeropuerto de Barajas, sentí mi corazón irse un poco también. Ese día no trabajaba y lo que más me molestó fue no poder hacer que él se quedara unas horas más, me senté en el sillón y suspiré. Fue el timbre de mi departamento quien me interrumpió sacándome de la angustia para recibir a mi mamá que había caminado esas cuadras que nos separaban lo más rápido posible para contenerme. Su abrazo de amor fue mi refugio los días que siguieron. Puse mi cabeza en mi trabajo y en mi música. La serie me llevaba mucho esfuerzo y cansancio físico, lo que hacía que ya no llegara con ganas de salir – porque mi amante ya no estaba – así qué alguna que otra vez le dije a mi mamá que saliéramos, pero la mayoría de las veces llegaba tan cansada que me quedaba dormida en el sillón. Con él en Buenos Aires volvieron los mensajes y las videollamadas. No nos habíamos vuelto a decir que nos amábamos, pero sin decirlo lo hacíamos. Le mandé muestras de lo que iba a sacar e hizo lo de siempre: alentarme. Le conté también qué idea de videoclip tenía para sacar y me dio un par de consejos más creativos y prometí ponerlos en práctica.
Un día después de que Peter se fue tuve un ataque de llanto desmedido en mi camarín. Supliqué a todos los astros que llegará la calma para poder retomar las grabaciones en paz pero esa calma llegó cuando sonó mi teléfono y era él del otro lado.
- Ey – lo escuché y un escalofríos pasó por mi cuerpo. Lo necesitaba. Disimulé mi voz lo máximo que pude para no preocuparlo –
- Hola Pitt – sequé mis lágrimas con mis manos y mi maquillaje quedó completamente destruido –
- ¿Estás bien? – me conocía tanto que me asustaba –
- Si ¿y vos?
- Yo bien – se escuchaba ruido de la calle - ¿Segura que estás bien? –
- Si gordo – reí - ¿Estás en la calle? No te escucho bien
- A ver, espera – lo escuche moverse y cerré los ojos para imaginar sus gestos - ¿Ahora? Me metí en un local – sonreí –
- Ahora sí – suspiró él - ¿Qué estás haciendo?
- Unos trámites, no sabes el caos que es el centro – rió – Yo sé que vos no salís demasiado a la calle para hacer trámites bancarios, y no sabes cuanto te envidio
- Ay nene – reímos a la par – igual si, no te voy a mentir, los evito todo lo que puedo
- Te extraño ¿sabes? – me agarré la cabeza mientras sostenía mi teléfono con el hombro –
- Yo también te extraño, mucho – y una sonrisa melancólica salió de mi boca - ¿Estás laburando de nuevo ya?
- Mira, me llego un libreto nuevo y estoy viéndolo, pero seguramente diga sí, porque es un peliculón – suspiré –
- Seguro que sí, imagino que vos no agarras cualquier cosa – y lo vi en mi cabeza mordiéndose el labio –
- Soy un poco exigente, sí – nuestras risas volvieron a encontrarse – La
- ¿Quep? – rió –
- No, nada – la incomodidad nos invadió –
- Dale – pasé mi lengua por mis labios para sacarles la sequedad –
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Destinados
Fanfiction¿Cuantas veces nos tenemos que perder para bajar la guardia y encontrarnos?