Capítulo 18

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"...I'm must say that I worry for

You can't live like this no more

I'm must say that I worry for you..."


El viaje del teatro a mi departamento fue raro. Quise negar todo lo sucedido y aunque Peter me buscaba para hablar del tema yo se lo cambiaba inmediatamente, recordaba momentos del show, o de lo que podíamos hacer los pocos días que él se quedaba en la ciudad. Pude ver su fastidio, pero una vez más lo ignoré por completo. No iba a hacerme cargo en ese momento de lo sucedido. Fue él quien le pidió al chofer que se desviara un poco antes de llegar, supongo por si alguien nos estaba haciendo una guardia. Apoyé mi mano en su pierna y la cabeza contra la ventana. La adrenalina del show y el agotamiento mental ya estaban haciendo efecto. Después de casi girar una hora por Madrid llegamos a la puerta del departamento, él bajó primero y corroboró que nadie estuviera esperando, cuando me dio la señal bajé del auto después de agradecerle al sujeto que había hecho kilómetros de más por las dudas.

- ¿Estás bien? – asentí apoyada en el ascensor – La – me miró –

- Estoy muy cansada, tenía otros planes más que estar huyendo de la prensa española – levanté un hombro –

- Bueno – suspiró - ¿Tenes hambre? – le sonreí, para disimular el malestar - ¿Querés que pida algo de comer?

- Me encantaría una hamburguesa – se acercó, me besó y asintió sobre mis labios –

Una vez que giré la llave y entre, tiré el bolso en la puerta y me dirigí directamente a la ducha. Supe que estaba actuando mal pero no pude evitarlo, por eso, una vez que me desquité de todo lo que cargaba salí en bata. Él me esperaba sentado en el sillón, me hizo un gesto para que me sentara a su lado. Apoyé mi cabeza aún húmeda sobre su pecho y besó mi frente. Supe también que entendía a la perfección mi cansancio, por eso, me mostró su teléfono con el pedido de comida rápida. Sonreí y lo besé. No íbamos a hablar hoy de lo ocurrido y si fuera una decisión mía, no lo haría nunca, pero él sí quería hablar.

- Estaba muerta de hambre – hablé con la boca llena y agarré mi vaso con gaseosa light –

- Si mi amor, se nota – se rió y me pasó una servilleta –

- También estoy agotada, debería hablar con mi mamá, pero no quiero escuchar a nadie más por hoy – terminó su hamburguesa y se dispuso a armar unos cigarrillos –

- ¿Ni a mí? – me sonrió de costado y me mordí el labio muerta de amor –

- Sí, a vos siempre te quiero escuchar, toda mi vida si es posible – asintió y besé su hombro –

Esa noche nos acostamos y mi cansancio se hizo notar, sin siquiera intentar hacer algo más, me dormí sobre su pecho. Amanecí cuando mi teléfono empezó a vibrar. Estiré mi mano y marcaba las seis de la mañana, estaba molesta, pero también tenía claro que era lo que sucedía, las fotos ya recorrían los portales, las teorías no se demoraron en llegar como tampoco la pregunta de algunos periodistas. Decidí contestar rápidamente para seguir durmiendo. Concilié el sueño apenas dos horas más y antes de que se hicieran las ocho de la mañana volví a abrir mis ojos. Peter seguía tumbado boca abajo en la cama y yo no tuve mejor idea que releer mis respuestas, que también en cualquier momento se iban a convertir en declaraciones públicas. Repetí mi rutina de la mañana anterior y decidí salir a caminar. Esta vez no le dejé ninguna nota, simplemente agarré mis llaves y mi campera para salir.

Fueron casi dos horas de caminata, hice una pausa en algún parque cercano, era temprano y solamente detectaba algún que otro madrileño, pero en su mayoría eran turistas. El corazón empezaba a latir rápido a medida que me acercaba a la puerta de mi departamento. Gire las llaves y encontré la valija de Peter en la puerta, solo escuchaba ruidos en la habitación y no tuve tanta valentía como para acercarme. Me quedé paralizada, lo que sospechaba ya era obvio. Había visto las fotos y con eso lo que yo había dicho. Y sentí su molestia. No pude hacer ni un paso, solo suspiré y cerré la puerta, que llamó su atención porque escuché sus pasos hacía mí.


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