SIN QUERER

CAPÍTULO 27

Un día encapotado con espesas nubes dio la bienvenida al domingo, una ligera y tenue lluvia de nieve caía con sutileza cubriendo los terrenos de Hogwarts,

A lo lejos se divisaba a Flich, el concerje junto a su compañera inseparable, la Sra Norris, despejando lentamente la nieve que se coló en los pasillos, ininterrumpidas vestiscas aullaban incesante en cada rincón del colegio de Magia y Hechiceria.

En tanto unos resonantes pasos se oían avanzando por los fríos pasillos.

Draco Malfoy caminaba a paso lento, vestido en un ilustre traje  oscuro, tenía un andar frío y elegante,
Lucia un porte distinguido, característico del rubio,
Aunque el rostro denotaba cansancio y fatiga, unas ojeras bien acentuadas hacia contrastar sus ojos grises en una mirada coronada, y su palidez se enfatizaba, mostrando una cetrina cara,

Mientras caminaba se estiró con una mano el cuello de la camisa con fuerza,como queriendo aflojarlo, luego lanzó un sonoro resoplido,  la otra mano lo tenía en el bolsillo del pantalón,
Draco acababa de llegar del hospital San Mungos, y por el rostro ceñudo no tenía buenas noticias,

Los continuos estudios realizados a su madre le revelaron que tenía cáncer, desde el día que se enteró de la trágica noticia Draco no pudo dormir ni podía pasar alimento,
Él no quería regresar al colegio, pero la insistencia de su madre fueron más fuertes,
El rubio tenía la ferviente idea de abandonar el año, pero su madre no lo dejaría,
Draco quería ocuparse y manejar todo lo concerniente a las actividades acerca de su familia, su padre procesado, a un paso de Azkaban, su madre enferma y con poca fuerza, él era el único que quedaba para manejar todo lo de la familia Malfoy.
Él estaba decidido, encontraría una forma, una manera de convencer a su madre que dejara Hogwarts.

— A la mierda el colegio!!! — dijo entredientes mientras se pasaba una mano por su platinada cabellera.

Además, allí ya no le quedaba nada que hacer,
En ése momento pensó en la castaña, y sus ojos se dilataron levemente,
" A ella no le importo, seguro estará feliz recorriendo de la mano del imbécil de Potter"

Se mordió los labios y negó, ahora se metió las dos manos en los bolsillos,

En todo esos días pensaba una y otra vez acerca del beso que le había dado, por un lado sentía un pequeño arrepentimiento, la tendría que volver a ver, y después de besarla de esa manera y decirle que le gustaba, no sabría con que cara la miraría, y por el otro lado sentía cierta satisfacción por haberlo hecho, pues su corazón se volvería loco si no lo hacía, y por fin lo hizo, y se sintió tan.. bien, pareciera como si el corazón le estallaria y lo estremeció de sobremanera, hace tiempo ya pensaba en besarla, pero no pensó que en medio de esa explosión de emociones lo haría,

Pero en fin, lo hizo , para después dejarla libre de él,
Ella no le tenía ni la más mínima confianza, no le daba ni el más minúsculo atisbo de Fé , no le creía para nada,
Aunque la quería, no podía retenerla, y menos si sabía que otro le gustaba,

Dobló el pasillo mientras observaba a lo lejos a algunos de segundo jugueteando entre la tenue nieve, en tanto Nick casi decapitado pasaba en su frente con su traslúcido cuerpo y haciéndole un pequeño ademán al rubio.

Claro la castaña no le creía, aunque hasta a él le había sorprendido cuando tomó esa decisión de cambiar y no seguir a su padre,
Quien diría que justo el día después de que la Gryffindor lo había envestido con la puerta y dejarlo con el labio roto, una lechuza le informaría que su madre se encontraba en el hospital, y allí ella le contaría todo acerca de su padre, él se había quedado impactado, y justo allí, su madre con el rostro cetrino y un aspecto casi de muribunda le haría jurar que cambiaría, obviamente él estaba de acuerdo, aunque fue difícil en cumplir ese objetivo, tantos años siendo así, pero algunas revelaciones cambiaron sus perspectivas de ver su entorno y su vida, él iva cambiando de apoco uno de sus primeros pasos, era dejar de molestar a algunos, así como a Longbottom , y otros a quien él siempre llamaba perdedores y patéticos, fue sacándose esa costumbre, pero en verdad, en verdad.., no podía dejar una costumbres en particular , uno que definitivamente no podía dejar atrás, porque era como si fuera que lo tenía arraigado, formaba parte de él, jamás y nunca podía... ,dejar de molestar a Potter,