CAPÍTULO 11

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En una silenciosa y sombría habitación, se encontraba sentado un pelinegro mirando la penumbra y oscura noche de Privet Drive, atravez de los cristales empañados,
Harry observaba ceñudo con sus ojos verdes brillantes a las afueras, consumido en una tristeza y rabia por no estar donde quería, con esa persona a quién quería, los nudos de las manos eran totalmente visible por aferrarse con fuerza y furia a la orilla de la cama, esto era un infierno.

De pronto en frente de él se vislumbró una intensa luz, esa luz irradiaba una frescura y paz infinita, de repente una voz lo llamaba desde el otro lado de la luz,

A Harry le parecía familiar esa voz, en un rincón de su mente lo reconocía, era dulce y tierna que lo acobijaba con cada palabra,
El pelinegro no se resistió y fue a la búsqueda de la voz, atravesó la luz y se encontró en un hermoso prado lleno de flores, las mezcla de aromas era sin igual, la brisa suave acariciaba su revoltoso pelo negro azabache, camino más adelante, y encontró la fuente de donde provenía la voz, esa voz que lo estremecía, esa voz que lo hipnotizaba, esa voz que amaba.

Hermione Granger estaba parada y mirandolo tiernamente, sonreía con dulzura y extendía la mano,
— Ven conmigo Harry... — decía mientras irradiaba una incomparable hermosura.

El pelinegro no se resistió y tomó su mano, mirándola de frente como nunca antes lo había hecho, su corazón le latía desenfrenadamente y una inmensurable felicidad lo invadió,

Harry era el chico más feliz del todo el mundo, y sin previo aviso tomó a su amiga de la nuca y la acercó a él, ella en ese momento  parecía un ángel tan bella y divina, y la besó, la besó con una pasión que Harry no sabía que tenía en su interior, él cerró los ojos mientras sentía esos cálidos y rozagantes labios que se complementaba perfectamente con los suyos, haciendo estremecer cada corpúsculo del cuerpo , en tanto aspiraba ese aroma que lo enloquecia, ese dulce aroma que lo exaltaba, ese único aroma a suave vainilla que era sinónimo de la hermosa castaña que lo embriagaba con sus besos...

— Harry!!! Harry!!! — escuchó cerca de su oído,

— HARRY!!! — alguien le gritó,

El despertó, abrió los ojos un poco agitado.

Ron Weasley lo observaba con curiosidad y con el ceño fruncido,
El pelirrojo apretó los labios unos segundos y habló.

— Estabas... Violando a esa... Bufanda...?? — le dijo entrecerrando los ojos.

Harry entró en cuenta que se encontraba abrazado fuertemente y con una pierna encima de una  bufanda de Gryffindor , las sábanas se encontraban desarregladas cubriendo solo la mitad del cuerpo, aún sentía esa fuerza en sus brazos sometiendo a aquella prenda con los colores de Gryffindor.

— Qué estabas soñando?? — inquirió el pelirrojo de nariz alargada, entrecerrando los ojos.

Harry rápidamente se levantó y apartó la desarregladas bufanda y se puso los lentes.

— Ehhh... Bueno — dijo el pelirrojo — algunas veces los chicos solemos tener ese tipo de sueños — siguió
— Yo generalmente arremeto contra mi almohada — y se encogió y tomó su mochila, ya estaba todo vestido para bajar
— Pero... cada uno agarra lo que puede, no?? — le guiño a su amigo.

Harry tenía el rostro teñido en rojo,

— Te espero abajo camarada — dijo el pelirrojo con media sonrisa y salió de la habitación.

El pelinegro observó nervioso a un rincón donde yacia la bufanda que la castaña lo habría envuelto un día antes frente a la chimenea,

Harry con los ojos abiertos negó lentamente con la cabeza, negando hasta en infinito que ese sueño con su mejor amiga, fuera un mal entendido, jamás se le cruzó por la mente mirar a Hermione de la manera que lo hacía en su sueño,
Simplemente era imposible.

SIN QUERERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora