28. Anyway the wind blows.

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Septiembre, 1976.

Peaches.

Dos meses

Eran dos meses los que llevaba lejos de Brian, Jacky aún no sabía por qué había regresado, si se lo hubiera contado, tomaba el primer avión a Inglaterra y le partía la cara a Brian.

—Entonces, ¿Podrías cuidar a la pequeña Sun-hee? De verdad, es un compromiso muy importante para In-yeop y no podemos faltar...

—No tengas cuidado, Jacky, sabes que no tengo problema en cuidar a mi niña preciosa...—  Froté mi nariz en la de mi pequeña ahijada y Jacky subió a terminar de arreglarse.

El timbre sonó, dejé a la bebé en su corral, era muy inquieta puesto que ya caminaba bien, abrí y me llevé una sorpresa al ver a Terry en el umbral de la puerta de la casa de su hermana.

—Hola, linda... Qué gusto volver a verte.— Entró y besó mi mejilla, hace unos años con ese gesto me habrían temblado las rodillas. Ahora simplemente me ocasionaba simpatía.

—Pasa, Jacky está por irse...

—No vengo a verla a ella. Ni a Sun-hee...— Se acercó al corralito de la pequeña y la tomó en sus brazos.— Supe que llegaste hace unos meses, pero no quería importunar, y que pensaras que estaba desesperado y loco por verte, lo cual es cierto...— Mordí mi labio y reí ante su comentario.

—Bueno, pues ya me tienen aquí, y no me iré por un buen rato.

—¿Me aceptas una copa de vino?

—¿Qué te parece pizza?

—Bien, pizza con vino.— Negué divertida y procedimos a llamar a cualquier pizzería disponible.

—Bien, Lucy, ya sabes que después de las ocho Sun-hee no puede comer chocolate, si acaso una banana, pero a la mitad, porque le provoca gases, la leche está congelada, la bañé ésta tarde...

—Eres tan malditamente estricta que no te has dado cuenta que tu hermano está justamente frente a ti.— Se quejó Terry.

—Ah, sí, hola hermano...— La castaña abrazó a su hermano y se volvió a dirigir a mí.— De no ser porque sé lo mucho que amas a Brian, me encantaría verte junto a Terrance, hacen muy linda pareja...— Susurró mi amiga y se fue a despedir de su hija.

—¿Corazón mío, nos vamos?— Un guapo, elegante y más fornido In-yeop bajó corriendo las escaleras.— No te diré que cuides mucho a mi hija, das prácticamente tu vida por ella. Pero te sugiero que no te mal pases de sobreprotectora...— Se dirigió hacia mí y me dio un beso en cada mejilla.

—No prometo nada...— Sonreímos y la flamante y enamorada pareja salió.— Bien, entonces supongo que no podremos darle vino a la pequeña Sun-hee...

—Mi hermana está loca, dale la botella...— Reímos y le serví agua en el biberón...— Lamento mucho la pérdida que tuviste, Lucy, estoy cien por ciento seguro de que habrías sido una excelente madre.— Suspiré y mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.

—Bueno... Siento que por algo pasan las cosas.— Puse sobre la barra de la cocina un par de copas y serví un poco de vino tinto en ambas.

America's New Bride to Be. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora