6. Jealousy.

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Peaches.

-¿Qué ha sido lo más ridículo que consideres, te ha pasado en la vida?- Brian me preguntaba mientras escondía un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.

-Bueno... -Suspiré.- En Nueva Orleans, el mes de febrero se celebra El Mardi Gras. Cuando tenía 17 años, mi papá me hizo disfrazarme de inodoro...

-¿Qué?, pero ¿por qué?- Me preguntaba divertido y con lágrimas de risa en sus ojos a punto de salir.

-Pues, el que tuviera el disfraz más original se ganaría un año de beignets gratis en el "Café du Monde", eran los postres favoritos de mi mamá y de mi papá.

-¿Y ganaron?

-¡No! Y lo peor del caso es que, para complementar mi horrendo disfraz, vistió a mi perro, Paulie, de excremento...- Brian soltó una carcajada y me abrazó.

-Lo siento preciosa, no me estoy burlando de ti, me río de tu anécdota.

-Fue el peor ridículo de mi vida. Todo para nada. Pero valió la pena, todo con tal de hacer feliz a papá.

-Bueno, si te hace sentir bien, yo estoy casi seguro que eras el inodoro más hermoso del mundo.

-Gracias por su cumplido, caballero.- Ambos reímos y nos dimos un beso.

Sin darnos cuenta, ya eran casi las 4 de la madrugada, el tiempo con él se pasaba volando, hablamos de todo, de cómo se interesó por la astronomía, de cómo yo me incliné por la enseñanza, cómo fue que conoció a Roger, después a Freddie y cómo se les unió John, de casi todo lo que he vivido con Jacky, me explicaba algunas constelaciones, intentaba dibujar unas con mis pecas, y eso sí, los besos y caricias no pudieron faltar.

Yo no quería separarme de él, pero tenía que descansar, iba a ensayar temprano por la mañana, y yo había dado mi palabra de no distraerlo.

Esa misma mañana, como era de esperarse, John Reid me miraba con furia, su talentoso guitarrista se había quedado dormido y llegó 10 minutos tarde. Decidí que lo mejor era ir a pasear por ahí, mientras los chicos ensayaban.

Entré a un McDonald's cercano y pedí un desayuno para mí, y otros 4 para llevar. Yo desayuné en el restaurante.

-¿Lucy Preston?- Quité la mirada de mis panqueques para prestar atención a la voz que me nombraba.

-¿Terry Adams?- No puede ser.

-El mismo, ¡Hola!- El chico en cuestión me abrazó y yo quedé atónita.

Terry Adams, hermano mayor de Jacky Adams, mi mejor amiga en todo el mundo, y con quien yo tenía un enamoramiento platónico a la edad de 15, se encontraba frente a mis ojos.

-¿Qué haces aquí? Pensé que estabas en California.

-Me transfirieron a Oklahoma, mírate, estás radiante. Déjame felicitarte, maestra de preescolar.- Me dio un gran abrazo, que hasta hace unos años, habría hecho que mis piernas temblaran.

Terry, tan guapo como un adonis, pero menos que mi Brian, insistió en que debíamos salir. No dejaba de decirme lo hermosa que me veía, lo grande (en edad, puesto que mi estatura es como la de un duendecillo) que ya estaba, y, discretamente, se me insinuaba, yo le dejé claro que estaba saliendo con alguien, y solamente así se calmó. Lo invité a ir conmigo al concierto de Queen esa noche, al fin y al cabo, no sería mala idea, ¿o sí?

America's New Bride to Be. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora