32. Seeing you again.

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Brian.

Después de casi diez años volvía a América. Y no por una gira, sino porque James y yo pasaríamos el día de su cumpleaños en Nueva Orleans, y tengo la esperanza de, tan siquiera de lejos, volver a ver a Peaches.

Me sentía como un adolescente, emocionado hasta la médula, no tenía la certeza de verla de nuevo, pero tampoco estaba pesimista ante la idea.

Cogí el primer vuelo a Washington, DC. En ocho horas iba pensando en cualquier discurso en caso de encontrarme con Peaches. Después de veinte horas aproximadamente llegué a la colorida Nueva Orleans. Quedé con Jimmy en una cafetería cerca de la universidad donde estaba dando su conferencia, hoy era su último día por lo tanto tendríamos toda la noche para celebrar.

-Mi muchacho.- Abracé a mi hijo con amor, lo extrañé mucho.

-Papá, qué bueno por fin volver a verte...- Lo noté nervioso, jugaba con sus manos y tenía un leve rubor en las mejillas.

-¿Te encuentras bien?- Le pregunté mientras posaba mi mano en su hombro.

-Bueno, hay alguien que me gustaría presentarte...

Entró al lugar de manera presurosa una preciosa chica de aproximadamente un metro cincuenta de altura, cabello rubio, pecas en la cara y complexión delgada. Podría jurar que es un clon de Peaches a excepción de que ella tiene ojos color verde.

-Papá, te presento a Iris...- Le sonreí, definitivamente la chica acaparó mi atención de inmediato, y no por sentir atracción, simplemente su rostro se me hacía familiar.

-Iris Adams, señor Brian May es un honor conocerlo...- Me abrazó de manera efusiva y definitivamente, sentía que conocía a esa chica.

-Mucho gusto, querida, ¿eres de por acá?

-Sí señor, nacida y criada aquí...

-¿Adams dices que te apellidas?

-Sí, pero puede decirme Iris nada más.

-Bien, Iris nada más...- Mi hijo y la chica rieron ante mi broma de mal gusto.- ¿De dónde conoces a mi campeón?

-Resulta que él fue ponente en la conferencia de Jardinería y Arquitectura en la facultad de la universidad de Tulane, dónde yo estudio.

-Me abordó con un par de preguntas que no tenían mucho qué ver con lo que dije, pero me gustó, y estoy casi seguro de que yo le gusté a ella.

Sonreí al ver a mi hijo tan enamorado. ¿Así me habré visto yo cuando conocí a Peaches? Pasamos un tiempo agradable mi hijo, su chica y yo. Al final de cuentas mis sospechas eran ciertas, su madre Lucy Preston divorciada de Terry Adams, esa niña me tuvo confianza de inmediato.

-¿Y dónde vives?- Inquirí a la joven mientras ella me sonreía.

-Entre Bienville Street y Calle Bourbon...- Contestó señalándome un callejón que conducía a su casa. Cerca de la casa dónde solía vivir Peaches.

-Me gustaría acompañarte a tu casa, si no hay problema...

-Para nada, seguro mamá horneó galletas, de gracias a Dios que papá no vive ya con nosotras, si viera quién es usted, me manda a un convento...- Miré confundido a Jimmy.

-Su papá decía que la música de Queen era del diablo.- James me susurró y reí, definitivamente Terry Adams vio la manera de alejarme de la vida de Peaches a como diera lugar.

-¿Y tu madre es fanática de Queen?

-Yo creo que sí, viajó hasta Londres al funeral del gran Freddie Mercury...- La joven se encogió de hombros, si tan sólo supiera.

Llegamos a su casa, James y yo decidimos esperar afuera, no era lo mío importunar.

Peaches.

Me encontraba preparando la cena al ritmo de Take on Me, moviendo la cadera de un lado a otro, hasta que escuché la puerta de la entrada y, debido a los pasos, supe de inmediato que se trataba de Iris.

-¡Mamá! A qué no adivinas.

-Si no me dices no lo haré.

-No te diré nada, ven a ver...- Tomó mi mano y me llevó rápidamente a la entrada.

-Iris, si no me dices...- Mi hija adolescente abrió la puerta y sentía el corazón en la garganta...

-Hola, Peaches...- Brian May, estaba afuera de mi casa, junto a su hijo Jimmy. Mis ojos se llenaron de lágrimas y no pude hablar.

-Brian...- Dije en un hilo de voz. Dios mío, ese hombre era como los buenos vinos, con el tiempo se ponía mejor.

-Esperen, ¿se conocen?- Iris preguntó confundida, Jimmy y Brian se miraron en complicidad.

-Larga historia, linda. Oye, olvidé algo en la facultad... ¿Me acompañas?- Iris captó de inmediato la indirecta y nos dejaron solos. Yo no sabía qué hacer.

-¿Gustas pasar?- Asintió y nos metimos a mi casa.- ¿Gustas un vaso de agua? ¿De jugo?- Brian sonrió.

-Eso me ofreciste la primera vez que te visité, ¿recuerdas?

Yo no dejaba de temblar, por supuesto que recuerdo todo. Fue a verme con el pretexto de recoger su chaqueta. Nada más que, a comparación de esa mañana, ahora sentía que me iba a desmayar de nervios.

-Qué bueno verte.- Le entregué el vaso de jugo y rozó el dorso de mi mano con las yemas de sus dedos. Sentí electricidad en todo mi cuerpo, después de todo éste tiempo Brian sigue ocasionando el mismo efecto en mí.

-¿Y dónde está el señor Adams?- Inquirió Brian bebiendo su vaso de jugo.

-El señor Adams está en Los Angeles con su nueva esposa de veintinueve años...

-Qué desgraciado.

-Para nada, nos divorciamos hace siete años. Se volvió a casar hace tres. ¿Y la señora May?- Era mi momento de cuestionar.

-En casa con mis otras dos niñas. Pero, desde hace nueve años ya no es la señora May, no sé si recuerdas.

-Oh sí, Anita Dobson tuvo que ver también ahí. ¿Qué fue de ella?

-Se casó con un musulmán.

-Nada tonta...- Me levanté a apagar el horno de la estufa, y percibí a Brian seguirme.

-No tienes una idea de lo tanto que te he extrañado... Nunca dejé de pensar en ti... Ni un sólo minuto de mi vida. Rogaba por éste momento desde que me dejaste.

-Brian, siento que si bien no fue nuestro destino estar juntos, fuimos el hilo rojo de nuestros pequeños, ¿ya notaste lo enamorados que se miran?

-Así nos mirábamos tú y yo... Y difiero un poco, el hilo rojo fue para nosotros... Porque gracias a nuestros hijos nos volvimos a encontrar...

Me tomó de la cintura, y como si no hubiera pasado un día desde que nos separamos, me besó, e increíblemente, mis sentimientos hacia él eran incluso aún más fuertes.

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-Dani.

America's New Bride to Be. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora