Epílogo.

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17 años después.

—¡Hola amigos! Ésta noche me encantaría agradecerles por el billón de suscriptores en mi cuenta de Instagram, me hacen extremadamente feliz. A consecuencia de eso, y en agradecimiento, les tocaré mi solo de guitarra en Innuendo, uno de los álbumes que para mí y mis amigos, Roger y John significa mucho, pues fue el último álbum que nuestro amado Freddie vio nacer. Hermano, ésto es para ti.

La orgullosa esposa de Brian May le hizo señas detrás de su teléfono móvil y éste comenzó a tocar. Aún a sus setenta y tres años de edad era bueno haciendo lo que amaba, tocar la guitarra.

—¡ABUELO, LLEGAMOS!— De repente, un par de niños, de diez y cinco años, entraron interrumpiendo abruptamente a sus amados abuelos.

—¡Hola cielo!— Una muy mayor y aún hermosa Lucy abrazó a Kenneth, el menor de sus nietos.

—¿De nuevo interrumpieron a los abuelos?— Una embarazada Iris entró al estudio de su suegro y abrazó a su madre.

—Cuando se trata de mis amados nietos puedo dejar de hacer lo que sea...— Dijo el guitarrista apapachando a su nieto mayor, Connor.

—¿Cómo va tu embarazo, cielo?— Lucy abrazó a la chica rubia y la hizo sentarse.

—Debo decir que Willow patea demasiado.

—¡Por fin tendremos a nuestra niña!— Entró Jimmy emocionado abrazando a su padre.

—Al menos fue en el tercer intento hijo.

—Así hubieran otros siete intentos, no hubiéramos descansado hasta tener a nuestra niña.

—¿Willow?— Inquirió Brian.

—Estábamos charlando Iris y yo acerca de William, y decidimos que en su honor la llamaríamos Willow.— Lucy abrazó a su hija y a su yerno y sus ojos se llenaron de lágrimas.

—Gracias por honrar la memoria de su hermano.

—Sabemos lo mucho que él significa para ustedes.— Jimmy sonrió abrazando a su suegra.

—Bien, entonces eso amerita una celebración.— Brian tomó de su cava de vinos una botella de champaña y la abrió. Los tiempos eran otros, por lo tanto Iris bebió jugo.

Cuando se trataba de sus nietos, Brian no era nada celoso con sus guitarras, por lo tanto se las prestaba. Vivía tomándose fotografías con ellos, pero debido a que respetaba su privacidad, no las posteaba, eso sí, su teléfono móvil estaba repleto de fotografías de sus nietos.

Iris y Jimmy salieron un rato, Emily decidió cuidar a sus sobrinos, por lo tanto, Lucy y Brian se habían quedado solos un momento, ya que, al poco rato, el timbre sonó. Los días domingos Roger y John se reunían a jugar cartas en la casa de uno de ellos, ésta vez tocaba en la casa May. Al abrir la puerta, estaban puntuales John, Jane, Roger, y su tercera esposa, Sarina, todos se saludaron efusivamente y entraron.

—Con que serás abuelo de nuevo...— Comentó John mientras echaba un ojo a su jugada.

—Así es, mi familia está creciendo, Louisa me hizo abuelo hace 3 años, Jimmy va por su tercer hijo y Emily es la única que falta. Pero bueno, John, tú ya sabes de eso, Robert, Michael, Laura y Joshua ya te hicieron abuelo hace mucho.

—Y aún así, cuando viene un nuevo nieto el amor crece, es inexplicable.

—Yo debo decir que jamás pensé que llegaría a ser abuelo, pero considero que soy el abuelo más sexy de la tierra.

—Y al parecer nuestros nietos formarán una banda.— Bromeó Brian.

—No lo dudes, hermano. Zac ya me pidió que le enseñara a tocar batería a como dé lugar. Félix está de acuerdo, siempre y cuando cumpla con sacar buenas calificaciones...

—Por lo menos mis cinco nietos ya saben tocar el bajo y la guitarra...— Presumió John.

—¿Saben? Jamás pensé que cincuenta años después estaríamos aquí y ahora. Y eso que la gente piensa que John está totalmente recluido.

—Eso es lo mejor, chicos, sólo nosotros sabemos dónde y cuando nos reunimos sin necesidad de atraer muchos paparazzis. Recuerden hace tres años el ataque de pánico que me dio. Jane demandó a casi todos los que me acosaron.

—Marica.— Terció Roger y John rió.

—Hace falta Freddie...— Dijo Brian cabizbajo.

—Él está con nosotros en todo momento, no hay que llorar como niñas... Bueno, ustedes sí, gané.— Roger puso sus cartas sobre la mesa y jaló todas las fichas a su lado.

A pesar de que Sarina era un poco más joven, se entendía bien con las señoras Deacon y May.

—¿Y por qué John no se vuelve a unir a la banda?— Preguntó Sarina mientras sorbía de su copa de vino.

—Desde que murió Freddie se aisló y bloqueó mentalmente, hemos intentado crearle redes sociales públicas pero no quiere. Aunque, acá entre nos, tiene un par pero bajo el anonimato.

—Y yo lo entiendo, Freddie era como su padre.— Secundó Lucy.

—Sería un momento épico si un día John vuelve al escenario con Brian y Roger.

—Él es feliz visitando discretamente a sus amigos, pero yo también deseo volver a verlo tocar frente a millones de personas.

Los temas de las señoras Taylor, Deacon y May eran triviales y otros mucho más interesantes. Podían pasar el rato hablando del precio de la leche en el supermercado, e incluso hasta de negocios.

La tarde pasó volando, Lucy se dispuso a levantar los platos de la cena y a ponerlos en el lavavajillas. Al ver que su esposo estaba nostálgico en su estudio, decidió ir a verlo.

—¿Te das cuenta lo grande que se está haciendo nuestra familia?— Lucy se acercó a su marido, quién se encontraba viendo un viejo álbum, donde había fotos de sus primeros conciertos, fotos de Lucy, de Freddie, Roger y John, y de sus hijos cuando aún eran bebés.

—Me encanta saber que, a pesar de haber perdido a nuestro bebé hace treinta y ocho años, un pedacito de él se encuentre en nuestros nietos. La vida nos ha retribuido mucho, mi amor.

—Desde que estoy contigo ya no pido nada más, Brian, te he amado cuarenta años de mi vida. Te amaré siempre.

—Y yo a ti te amo por siempre, mi hermosa Peaches.

La pareja se unió en un dulce beso, y, aunque al principio su relación se vio sumida en varias decepciones y fallas, el amor perduró, y ya llevaban diecisiete años viviendo en feliz matrimonio, con una familia creciendo, y William siempre presente en sus vidas.

America's New Bride to Be. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora