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(☁️)
COMO SI HUBIESE SIDO AYER, lo ocurrido aquel 19 de Diciembre del 84, volvía a la mente de Johnny Lawrence carcomiendo sus sueños.
Esa misma mañana parecía ser igual que las anteriores. A excepción que ese día había un lindo desconocido husmeando la correspondencia.
— Hola, soy Miguel. Nos mudamos al 109 —dijo alegremente a sus espaldas.
— Genial, más inmigrantes —contestó el mayor, con cero emoción.
— De hecho, somos de Riverside pero me preguntaba sí —continuó siendo la sombra de Lawrence — ¿tiene problemas con la presión del agua? porque no sé si es nuestro fregadero o... ¡las botellas van en el azul! —dijo cuando vio las intenciones del mayor.
— Escucha, menudo —hablo mirándolo finalmente a los ojos —. Diez años y contando viviendo aquí, la tubería no funciona, la fuente esta llena de orina y lo único bueno de estar aquí es que no debo hablar con nadie, así que no fue un gusto conocerte —finalizo dejando al chico detrás con el ceño fruncido.
— Que tenga un buen día, supongo —dijo sin más.
(☁️)
( т/n )
— Mierda, T/N eres demasiado persistente —dijo divertido —. Ya sé quien manda en la relación, eh.
— Tss para nada, parezco una cosita indefensa a lado de Robby —suspiré — Hermano, me tiene a sus pies —hablé en español, haciendo una reverencia chistosa.
Un hombre con cara de pocos amigos y un lindo chico entraron al mini super.
— Hola, ¿dónde esta el pepto bismol? —cuestionó, el chico. Me bajé de la barra y le señalé el lugar, en respuesta solo me sonrió.
Mientras el hombre, solo alegaba por una rebanada de pizza.
— Mi abuela no se siente bien —dijo el lindo desconocido intentando mejorar el ambiente.
— Espero que se mejore —sonreí divertida por la información.
— ¡Vamos! como dicen ustedes ¡dame mi rebanada! —gritó desesperado.
— Pinche pendejo —dijo frustrado — Tal vez tiene el gancho pequeño —prosiguió. Reímos negando.
— No querrás saberlo —hablamos inconscientemente, al mismo tiempo.