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CUANDO JOHNNY LAWRENCE LLEGÓ A SU DOJO no esperaba encontrarse con más de una docena de adolescentes en las puertas del lugar.
— Parece que el negocio prospero —dijo orgulloso hacia Miguel y T/N, quienes lo esperaban ansiosos.
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❝ El equilibrio no solamente esta en el karate, si tienes equilibrio en tu vida, todo estará mejor ❞
Esas palabras, sin duda eran un constante recordatorio en la mente de Daniel. No solamente de saber que existió alguien que creyó en él, sino también de superación.
Por eso, estaba decido. Ese viejo lugar opacado por el polvo y las múltiples cajas de cosas que ya no usaba, volvería a ser ese santuario en donde solía meditar pero sobre todo practicar karate con su hija Sam, cuando en ese tiempo aún era una niña.
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— Este expediente escolar es impresionante, ¿Por qué quieres limpiar aquí? ¿Que hay de la universidad? —cuestiono Amanda. El chico negó con una sonrisa.
— Quiero tomarme un tiempo para resolver las cosas. Aquí es exactamente donde quiero estar — respondió con una energía desbordante.
— Muy bien —acomodó los papeles —. Me gustaría que conocieras a mi esposo pero se tomó el día libre, ¿Podrías empezar el lunes? —pregunto con seguridad.
— Absolutamente —confirmo sin dejar de sonreír.
— Bienvenido a la familia LaRusso —lo recibió, Amanda. Se levantó y le extendio la mano a Robby, quién imito su acción y como si fuese un negocio sellado, estrecharon sus manos.
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Evidentemente, Johnny Lawrence se sentía nervioso. Paso de tener dos alumnos en su dojo a tener como veinte, pero claro estaba que el mayor jamás reflejaría nervios, duda o sobre temor.
Desde pequeño solía admirar desde fuera a los alumnos de Cobra Kai, después fue uno, el mejor si me permiten decir. Pero nunca se imagino ser el quien dirigiera la clase, ser el que tuviera el control.
— No sé como me convenciste de venir aquí, esta en contra de todos mis principios. Es una clase extra de gimnasia sin razón —protesto Demetri hacia Eli, este último solo lo escuchaba quejarse.
— Solo intentemoslo —hablo con dificultad —. ¿Viste la pelea? Miguel les pateó el trasero —prosiguio fascinado —. Además T/N esta aquí, ¿La viste? se ve linda con ese uniforme —sonrio cuál enamorado.
