Rocio

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No sabía cuánto tiempo había pasado, pero solo sabía que quedaban unas horas para el cumpleaños de Amaris.

Mis manos se alzaban por encima de mí, intente volverlas, pero los grilletes no me lo permitían, solo podía escuchar el chillido de la rata en las mazmorras.

Aunque intente contactar con tara, ella no me había enviado respuesta, no sabía lo que la reina tenía planeado conmigo.

Mi corazón latía fuerte y mi pulso era acelerado

¿en qué momento llegue a esto?


Todavía recuerdo cuando tara me encontró

" estaba sentada bajo un árbol, la sombra me cubría apenas mis pies, el viento rozaba con mi piel, cantaba una hermosa canción que madre me había enseñado

Madre siempre había tenido las esperanzas que la chica de la luna apareciera para salvar al reino y a nuestro príncipe de la maldición el pueblo ansiaba por tener nuevamente un rey y una reina.

Pero las esperanzas fueros vanas pasa casi más de 20 años y no sucedía nada, a mis nueve cortos años de vida había experimentado lo que era pasar dolor, hambre, cada día culpaba a la chica de la luna por darnos falsas esperanzas y más al príncipe por no intentar detener a su malvada madre que hacía morir de hambre al pueblo.

—Roció— escuche la voz de mi madre que me llamaba, me levante enseguida sacudiendo mi vestido, corrí en su dirección, me sentía viva cuando corría al sentir el aire rozar con mi piel, me detuve frente a madre que se encontraba sacando agua de un pozo, mi madre es una mujer fuerte, no ocupa de un hombre ella ha logrado sacarnos a delante
—¿Que necesitas madre?— pregunte poniendo mis manos al borde del pozo, el cabello de madre está recogido en un moño, algunos cabellos caían por su frente pegados por el sudor
— ayúdame a llevar agua, no me siento tan bien hoy— respondió, ella me pasó un pequeño balde de madera con agua, con toda mi fuerza lo cargué hasta llegar a la mesita de madera donde se encontraba otros, volví a ver a madre ella se miraba pálida, su mano estaba en su frente
—Madre ¿que tienes?—pregunte asustada, ella cayó al suelo, corrí hacia ella, me puse de rodillas tomé su manos, estaba heladas, su respiración era lenta

—cariño— dijo viéndome con una melancólica sonrisa, las lágrimas salían de ojos deslizándose por mis mejillas.

—Madre no te vayas— susurre entre llantos

Ella sonrió más y me miro con esa dulce mirada


—ya es momento cariño, no te preocupes por mí, todo mejorará cuando la chica de la luna aparezca y salve al príncipe— respondió su voz era muy ronca — te quiero cariño, se una chica Valiente y no dejes que nadie te rebaje, lucha por lo que quieres — susurró acerque su mano a mi mejilla

—te quiero madre— respondí sin aliento ella sonrió y soltó su último suspiro

No sé cuánto tiempo pase ahí llorando, gritando desgarrando mi corazón "todo es culpa de ella" pensé

Mi madre habla muerto por culpa de la chica de la luna, cuando la viera me vengaría de ella por la muerte de mi madre

Así pase creciendo entre los vagabundos robando comida hasta que ella me encontró

Sentada a la orilla de un árbol apareció frente a mí una mujer hermosa con un resplandeciente vestido de color azul, su cabello gris caía en cascada y unos hermosos ojos azules

—¿Querida, pero ¿qué haces aquí en medio del bosque? — pregunto con una dulce voz, la miré sin responder— ¿quieres dormir en una cama y tener tu propio aposento? — volvió a preguntar me imaginé estar un aposento, asentí ella sonrió extendió su mano y la tomé —vamos querida ya no estarás sola— dijo "

Así fue como la conocí y sabía desde ese entonces lo que ella planeaba

𝓐𝓶𝓪𝓻𝓲𝓼Where stories live. Discover now