Damián
Al paso que pasaban los días, cada vez notaba un cierto y extraño comportamiento en Adrián, no había tenido explicaciones del ¿Por qué Amaris los traía cargando en su brazo desmayado? O ¿Por qué ahora parecería una pulga pegado Amaris?
Aunque ella mostraba cierta molestia por la presencia del detrás de ella todo el tiempo no decía nada o los alejaba, más bien entrenaban juntos ella le enseñaba nuevas tácticas de defensa, y no sé, pero sentía retorcijones dentro de mi cuando la escuchaba reír, aunque ella seguía con la mascara en su rostro, sospechaba que había alguien hermoso detrás de la máscara.
—Vamos tenemos que hacer una fogata ya casi oscurece—dijo Amarís levantándose del suelo donde encontraba afilando sus cuchillos, ella paso su mirada buscando a alguien y se detuvo en mi—ven ayúdame a traer leña.
Me levante rápido, poniéndome a la par de ella, observe su máscara, la tenía llena de tierra, y mis cortadas, su cabello carmín lo tenía recogido en una coleta, dejando ser su delicada y hermosa clavícula.
—¿Por qué tienes que llevar puesta la máscara? —las palabras salieron de mi boca, sin antes pensarlo.
Sus ojos grises neón me observaron desafiantes.
—Creo que al inicio cuando los conocimos fue especifica cuando dije que no tenían que saber el motivo—reprocho.
Ella se alejo mas de mi y recogió varias ramas secas.
—Lose, pero quiero saber un poco por que tanto misterio—murmure acercándome a ella, extendió las ramas poniéndomelas en los brazos, hice una mueca al sentir, las estillas enterarse en mi piel.
—sabes eres insoportable— sus palabras me dolieron—Lo único que puedo decirte es que tendrás que esperar mas tiempo cuando lleguemos a las montañas de la luna, fui entrenada desde pequeña con un propósito rescatarte, no sé exactamente la razón, mi deber es mantenerte a ti y Adrián seguros hasta que logremos derrotar a la reina y tu tomes el trono que te corresponde—respondió
Tomo una bocanada de aire, su marca emitió un brillo, quede cegado ante tanta luz, su cuerpo se puso tenso y volteo a ver detrás de mí.
—¿Qué haces aquí faldero? —pregunto secamente, voltee a ver y era Adrián quien nos miraba intensamente.
Nos siguió pensé
—Nada solamente creí que necesitaban ayuda—murmuro tomo entre sus manos la daga que tenía y comenzó a darle vuelta nerviosa, los ojos de Amarís lo escudriñaron y cambiaron de color a uno dorado neón.
—Esta bien, tome esta leña y quédense los dos recogiendo, ya que veo que no puedo tener un respiro sin que uno me este interrogando y otro persiguiéndome como si su vida tratara de ello—dijo con fastidio.
Le dio las ramas a Adrián de golpe y se fue casi echando humo.
......
Al llegar la noche, todos nos sumergíamos en un silencio faltaba poco para que me transformara y aunque quería quedarme al lado roció quien apoyaba su cabeza en mi hombro, no podía darme el lujo, la última vez que había tenido una chica entre mis brazos fue hace mucho tiempo cuando era un chico tenia quince ella era hija de una de las sirvientas, en ese entonces éramos inocentes, pero sabía que la quería hasta que murió por una enfermedad terminal, recuerdo dar su ultimo suspiro entre mis brazos.
El sonido de un violín, me saco de trance, Roció quien ya se había apartado de mi tenia entre sus manos un violín, cerro los ojos dejándose sumergir en las melodías.
Lobo que te escondes entre el bosque
Que tienes miedo de tu naturaleza
Aúllas a la luna con tristeza
Reclamando a tu fiel compañera
Querido lobo
No te escondas mas
Que tu compañera
Esta cerca, mas cerca
De lo que imaginas,
Entre las ramas y arboles
Su cabello brillante como el fuego
Su rostro como el de un ángel
Romperá la maldición
Así que lobo no temas
Que tu compañera
Está más cerca de los que espera.
Esa canción era la que cantaba adrián la que había escuchado la vez que me había transformado, la mire asombrado, cuando ella termino de cantar sus ojos me observaron con una sonrisa en boca.
—¿Qué les pareció? —pregunto dejando a un lado el violín
—¿Dónde aprendiste esta canción? —balbuceo al preguntarle
—Amaris me la enseño—dijo son nada la busco con la mirada, pero Amaris no estaba —¿Dónde está Amaris?
—No lo sé—respondimos Adrián y yo.
Un grito nos hizo sobresaltar, el crujido de los arboles destrozándose, hasta que algo imparto con suma fuerza con el muro de roca que teníamos detrás nosotros, algo brillante como el otro se levanto dejando ver un cabello rojo que emitía un brillo dorando junto con la piel del cuerpo, los ojos color fuego neón y una espada de fuego brillaba conectada, junto con la marca en el brazo.
—¡AMARIS! —grito roció, pero ella la ignoro corrió adentrándose en el bosque, otro grito se escuchó, otro golpe impacto
Adrián tomo a roció y corrimos para refugiarnos.
—QUEDENSE AHÍ NO SALGA— grito Amaris de largo
...
Los minutos pasaban y no escuchaba nada mi corazón palpitaba de forma acelerada
¿estará bien Amaris? ¿Qué era lo que la atacaba? Pensé
—Tengo que ir a ver—dijo Adrián.
Lo tome del brazo deteniéndolo
—estás loco—exclame—algo te puede pasar.
Antes que el respondiera una silueta apareció, Amaris venia cojeando sosteniendo su estómago, ella cayó al suelo, Adrián se safo de mi agarre y corrió hasta a ella, la sostuvo de su rostro, me acerque rápido su aspecto era terrible, su máscara se había partido de la nariz hasta la barbilla, sus labios rosados estaban partidos, la mitad de su rostro es hermoso delicado y su piel fina como la porcelana.
Adrián iba a quitar el resto de la máscara, pero ella lo detuvo.
—No lo hagas—susurro débilmente
Adrián iba reprochar, pero sus ojos quedaron atrapados con los de Amarís, no sé ¿cómo? o ¿en qué momento? pero del brazo de Adrián comenzó a brilla al tocar la mano de Amaris, el suspiro y tomo el rostro de Amaris y la beso.

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𝓐𝓶𝓪𝓻𝓲𝓼
ФэнтезиNo comprendía lo que pasaba o cual era mi verdadero destino, solo se que tengo que descubrirlo y romper la maldición que nos ata a todos