La hermosa melodia

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El sol se iba ocultando y dejaba en su lugar la noche, el viento es frío, mi cuerpo se estremeció, me abracé con mis manos
—Bueno ya estamos a fuera tengo algunas condiciones que decirle antes que comencemos a caminar— dijo la chica enmascarada, la observe más de cerca y note que tenía un cabello carmín casi con la el color de la sangre, ella desvió su mirada de roció hacia Adrián quien no había dicho nada desde que habíamos salido y nos escondimos en el bosque — Tu necesito que estés pendiente de cada movimiento que haya alrededor de nosotros, estarás conmigo para poder ayudarnos— Adrián la vio por un segundo y asintió — Bueno las condiciones son no debemos alejarnos, nadie puede irse sin decirme antes, en la noche si escuchan un ruido o algo estén alerta, no dejen que nadie los vean sean discretos, nuestra ruta es larga tenemos que llegar hasta las montañas de la luna así que ¿alguien tiene preguntas?— ella suspiró un momento y se llevó la mano a su otro brazo y lo apretó.
— ¿porque la máscara?—pregunte curioso, roció me mando una mirada de alerta "no le preguntes eso", chica enmascarada me vio y río
—Bueno príncipe lo único que puedo decirle es que tengo una orden de no dejar ver mi rostro hasta que estemos a salvo lo único que pueden saber de mí es que no soy amable y solo me interesa llevarlos cumplir mi misión y regresar a mi hogar— su voz era fría y cortante como un cuchillo

Comenzó a caminar y se acercó a roció, le susurro algo en el oído y ella asintió para después acercarse a nosotros mientras la enmascarada se alejaba.
— Damián y Adrián— pronunció roció su rostro estaba cubierto de gotas de sangre seca — vamos a pasar la noche en el bosque debemos caminar unos kilómetros para llegar donde dejamos escondidas nuestras cosas, por favor no hablen con Amaris— su voz era suave y dulce pero todo lo que se quedó grabado en mi mente el ese nombre "Amaris" así se llamaba la chica enmascarada roció comenzó a caminar la seguimos a pasos lentos alertas de que no hubiera algo extraño, el sol se ocultaba más rápido y mi cuerpo se tensaba
— ¿qué vamos a hacer con el otro?— pregunto Adrián, está al lado mío viendo alrededor, su rostro esta pálido con sus mejillas rojas y sus labio morados
—No lo sé Damián, tenemos que escondernos o decirles que vamos a hacer algo no se una excusa porque si descubren en qué me convierto creo que para mañana no estaré vivo— mi corazón latía con fuerte con temor de lo iba a pasar y cómo haría para evitar que las chicas me descubrieran, Adrián me miro y se llevó sus manos al rostro suspiró frustrado sin saber que hacer
— ni yo Damián, pero esto no me da buena espina, todo están extraño y misterioso más esa chica Amaris ¿por qué no podemos verla? ¿O tan solo hablarle, sin mencionar sus ojos? O lo que vimos hace rato como su espada se incendió en fuego y no se derritió?— su rostro daba mucho que decir y concordaba con él, mire alrededor y todos era silencioso además de los crujidos que hacíamos al pisar las ramas, solo estamos rodeados de árboles y animales, roció y Amaris caminaban al frente pero sin apartar la vista de nosotros, Amaris le susurro algo a roció y ella asiento, Amaris se quitó su capa y se la dio a ella dejando ver un hermoso y largo cabello carmín y una pequeña figura, unos de sus brazos estaba marcado con rosas y ramas que rodeaban, pero solo podía ver una parte ya que tenía una camisa que sus mangas llegaban hasta sus codos
—Tiene razón Adrián todo esto es raro, pero lo único que sé es que si nos vamos y dejamos a estas chicas nos encontraron los guardias de mi madre y nos llevarán de nuevo así que no tenemos opción— respondí él me miro y luego a las chicas, con su ojos hizo seña de que viera al frente, roció venía en dirección a nosotros sonriendo
—Chicos sé que tienen fríos así que tomen estas capas Amaris y yo estamos bien— ella extendió las dos capas la de Amaris se la dio a Adrián y ella me tendió la suya, sonrió y le agradecí, me coloque la capa aunque me quedaba algo pequeña era lo suficiente para proteger del frío, roció sonrió alegre y se quedó con nosotros mientras Amaris iba al frente viendo un mapa

Íbamos llegando a donde las chicas habían dejados sus cosas, sentía mi cuerpo cansado con ganas de solo arrestarme y dormir por un momento, mire a Amaris y esta se detuvo volteo hacia nosotros

—Llegamos a cada uno les daré unas mantas para que puedan cubrirse y ropa para que se cambien yo estaré algo lejos no se acerque y no me sigan si escuchan algo raro estén alertas, roció estará cargo mientras yo hago algo— todos asentimos y ella suspiró

Había un caballo atado a un árbol con bolsos de cuero a su alrededor, comía monte tranquilamente
—Damián es hora— dijo Adrián, asentí y caminamos en dirección a roció ya que Amaris se había marchado
—roció— la llame, ella alzó su vista y me vio se acercó a nosotros y sonrió
— ¿ocurre algo?— su mirada interrogativa me ponía nervioso
—si Adrián y yo necesitamos darnos un baño y aquí cerca hay un lago y bueno hacer nuestras necesidades— susurre ella se sonrojó y río
— está bien vayan pero no duren demasiado, tomen esto por si acaso— nos extendió unos cuchillos tome uno y lo guarde en mi bota —yo estaré por aquí — ella se alejó de nosotros
—Bueno eso fue fácil— añadió Adrián, asentí y caminamos lo más posible para alejarnos de roció
El cielo esta oscuro y solo está el resplandor de la luna haciendo su efecto en mi cuerpo
—tenemos que apurarnos no puedo aguantar más— Adrián acelero el paso hasta el punto de correr

Corrimos hasta donde el cuerpo resistiera, caí a suelo "ya viene él otro"

— ya es hora Adrián ya viene — él se tensó y se alejó de mí hasta subir a la copa de un árbol un gruñido salió de mis labios sentí conos mi huesos se quebraban —Canta la melodía Adrián— grite el dio un grito ahogado, antes que él empezara a cantar una hermosa voz junto con la melodía de un violín sonó en el bosque caí de rodilla completando que el otro estuviera y no yo, esa hermosa melodía hizo que el otro se calmara y comenzara aullar a la luz de la luna, mi corazón dejó de latir fuerte mente y solo dejó que se sumergiera en el hermoso canto

𝓐𝓶𝓪𝓻𝓲𝓼Where stories live. Discover now