𝓐𝓶𝓪𝓻𝓲𝓼

Amaris

Me había desviado del camino para poder estar sola un momento, cuando había rozado los dedos con Adrián mi marca había brillado, aunque esta marca estuviera aquí, no sabia exactamente como funcionaba, ya que mi madre solo me dijo lo básico que cuando nací esa marca se formo al tener contacto con la luz de la luna, lo único que rodeaban eran arboles sus hojas estaban tomando un color amarillento, se acercaba el otoño.

Me detuve frente un lago el agua es de color azul, se pueden distinguir los peces a la vista, sentí mi cuerpo relajarse a veces necesitamos solo para poder despejarnos de todo.

Toque el agua con mi mano, pude sentir como ella se conectaba conmigo trasmitiéndome un sentimiento de más, en el agua pude ver mi reflejo, mi mascara estaba manchada con tierra seca y sangre, lleve mis manos hacia las tiras de cuero que la sostenías.

No lo hagas susurro una voz melódica en mi cabeza

Detuve el acto de sacarme la máscara, un crujido hizo que me alertara, Sali del agua y tome una toalla que había puesto encima de la roca para secarme, la envolví alrededor de cuerpo.

Una silueta salió entre los árboles, encontrándome con unos ojos verdes, suspire aliviada llevando mi mano al pecho.

—Adrián me asustaste—exclame.

Sus ojos me recorrieron de pies a cabeza, hasta que se detuvieron en mi marca.

—¿Por qué no puedo dejar de pensar en el roce de tus dedos? —pregunto en un murmuro, pero logre escucharlo —por que siento la necesidad de tocar tu marca—grito enojado

A veces cuando dejar salir mi poder podía ser atrayente casi adictivo, por eso mi tía me advirtió que no dejara ver mi rostro podría ser cautivo si me ven antes tiene que tener un hechizo de protección.

Peleaba con toda mi fuerza, mi amigo esteba sonreía cuando intente atacarlo, pero me esquivo tenía dieciséis años, el collar que colgaba de su cuello emitió un brillo, todavía no sabia por que mi tía le había dado ese collar.

Le lance una bola de fuego, el levanto del escudo protegiéndose, me acerque corriendo a él lanzándome encima, era tanto la adrenalina que sentía que quite ese collar que irritaba algo dentro de mí, mi marca brillo mientras dejaba salir mi poder, el llevo sus manos hasta las mía cuando tuvieron contacto, algo en sus ojos cambio, dejo se luchar y una sonrisa anonada salía de sus labios.

Me detuve sentía algo extraño como una conexión con él, nos mirábamos por unos segundos, el elevo su mano hasta tocar mi mejilla.

—eres hermosa—dijo como si estuviera hipnotizado

Mi corazón se acelero ante su contacto acerco su rostro al mío, antes que nuestros labios rozaran, algo me empujo lazándome lejos de él,

Mi tía le coloco el collar a esteban y el brillo en sus ojos desapareció, parpadeo varias veces.

—¿Qué paso? — pregunto confundí, lo miré extrañada, mi tía le dijo algo y el solo se levantó y se fue.

Mi tia me observo y suspiro extendió su mano hacia mí, tome su mano y me levante

—tienes que tener cuidado, con tus poderes—advirtió la mire extrañada — tu poder puede ser cautivador, para mi no por que soy mujer, pero para un hombre puede ser atrayente a un punto que no puede separarse de ti, no puedes dejar que tu poder toque a otro y menos que tu marca brille al mínimo contacto.

—¿para eso es el collar? —ella asintió —¿Qué pasara en un dado caso que eso sucediera y no hay collar como puedo revertirlo?

—No se puede revertir, la única forma es que lo marces volviéndolo parte de ti, es lo único que podría mantenerlo cuerdo.

Parpadee volviendo a la realidad, adrián se encontraba en frente mío, mirándome con anhelo, extendió su mano hacia mi rostro, pude sentir cuando toco las tiritas de cuero que sostenían mi mascara, tome su mano deteniéndolo.

—no lo hagas, mira se como te sientes la única forma de hacer que esto termine es marcándote, formándote parte de mí, como si me perteneciera, cree no quiero hacerlo, pero si no lo hago será horrible y no quiero que sufras esto mi culpa, espero que me perdones—susurre al final en un hilo de voz

Acerque su mano a mi pecho, deje fluir mi poder dentro de él, cree una conexión de alma a alma era inquebrantable, el soltó un grito ahogado al sentir mi poder mi marca brillo mas extendiéndose desde mi mano hasta el suyo haciendo el mismo diseño que mío poseía hasta llegar a su pecho, cuando termino el cerro los ojos y cayo desmayado.

...

Iba a mitad del camino, mi ropa estaba mojada ya que el agua nos había rodeado como un capullo alrededor mojando todo a su paso, la mascara en mi rostro goteaba, llevaba en mis brazos a Adrián.

Encontré a Damián y roció buscando a Adrián, cuando escucharon mi llegada se detuvieron.

—¿Qué paso? ¿por qué Adrián esta desmayado? — pregunto paranoico Damián ignoré sus preguntas, acosté con cuidado a Adrián en el suelo

—Nada que te incumba príncipe, avísenme cuando despierte ocupo hablar con el de algo—dije fríamente, Damián me vio dolorido, ignore su mirada y me aleje de ellos para trazar el camino donde teníamos que seguir.