Una pequeña esperanza

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Una pequeña esperanza
La luz del sol iluminaba la mazmorra y se podían escuchar los pasos de los guardias que custodiaban, para ser un día de bastante sol, hay mucho viento
— ¿No te has preguntado qué ha pasado a fuera?— me pregunto Adrián, no sabía que responderle, no había pensado que ha pasado a fuera, solamente que en la oscuridad que estoy viviendo desde un largo tiempo
— No, Adrián nunca he pensado en lo que sucede afuera y tampoco lo quiero pensar, solo con escuchar los rumores de los guardias pierdo los ánimos de pensar—suspire frustrado, había escuchado muchas cosas de cómo mi malvada "madre" ha hecho sufrir al pueblo, tan escucharlo mi corazón se rompe, hace tiempo tendría que haber tomado por derecho el trono, pero al caer la maldición tomo quedo paralizado, no pasaba de tener la misma edad y Adrián le sucedía lo mismo, si ya hubiera tomado el trono no estaría pasando esto el pueblo hubiera tenido un futuro distinto al que esta ahora.

—Bueno yo sí, y la verdad Damián me siento impotente, saber qué hay tantas personas sufriendo y no tenemos una manera de poder escapar—si voz era triste sin esperanza — ¿será que alguien se acuerda de nosotros? —pregunto, esa misma pregunta también me la hacía noche y día, a veces creía que ya nadie nos recordaba, solo como un simple cuento que paso hace mucho tiempo, todas las personas que presenciaron ese momento lo mas seguro es que ya son mayores.

—No lo sé, ha pasado tanto como más de 30 años que ocurrió todo esto y las personas que vivieron esto tal vez ya murieron y solo crean que es una leyenda— Adrián suspiró frustrado

Todo estaba en silencio, miré alrededor y noté que no había nadie, es muy extraño ya que los guardias siempre están haciendo ruido cantando viejas canciones o molestando a los presos.

—¿Adrián?— me acerque más a los barrotes y intente mirar atravez de ellos pero no logre vez casi nada
—si Damián— estaba bostezando, se escuchaba cansado, tal vez era por qué pasó casi todo la noche en vela para poder ayudarme
—No notas algo raro, no hay guardias— me acerque más a los barrotes pero era inútil
—Bueno en la madrugada había escuchado a los guardias hablar sobre una revuelta que se dio en el mercado encontraron el cuerpo de unos hombres decapitados—comentó, no había escuchado nada de eso, era muy raro Nunca se había dado una revuelta en lo que tengo memoria, todos temen a la malvada reina-

—Que extraño nadie ha hecho tal cosa en años— mi cuerpo se estremeció y mis sentidos se pusieron alerta, escuché el sonido de unos pasos que se acercaban a nuestra mazmorra, retrocedí y me arrinconé en una esquina.

—¿Príncipe Damián? — una voz desconocida me llamaba en susurro era delicada de una mujer —príncipe—volvió a llamarme

Con miedo me levante y me acerque a los barrotes, saque mi brazo y lo moví en señal para que me localizara, los pasos se escucharon más cerca y logré ver la una chica con vestido azul sucio y lleno de sangre su cabello negro estaba alborotado y caía en sus hombros tenía una capa que cubría su rostro

—Príncipe, ¡Oh por Dios! — ella se quitó la capa y pude ver mejor su rostro era bonita, una belleza simple pero no era fea, mi salvadora, mi corazón comenzó a latir rápidamente y sentí como se llenaba nuevamente de esperanza — príncipe mire necesito que esté quieto y se cubra lo oídos—hablo asentí e hice lo ella dijo— Amaris—Grito— los encontré ven rápido—ella miraba en dirección a la entrada de una de las mazmorras.

Ella me vio por uno segundos y se alejó, suspire emocionado mi cuerpo temblaba
—¿Adrián estás ahí? — lo llame, escuche cómo se movía
—si aquí estoy Damián, viene a rescatarnos— dijo feliz
Los gritos era horribles los guardias corrían frente nosotros cubiertos de sangre, suplicando que no los mataran una silueta pasó cubierta con una grande capa de color negro, esta alzó su espada y decapito al hombre salpicando su cuerpo y las paredes con sangre.

Se detuvo en frente la mazmorra de Adrián la figura misteriosa alzó su espada y esta comenzó a brilla y un fuego brotó de ella, salte hacia atrás asustado con su espada alzada cortó los barrotes.

— Sal rápido y corre sin detenerte hasta que veas a una chica con vestido azul, toma usa esto— la voz de la chica era como una dulce melodía para mis oídos, ella le entregó una máscara, pero no pude observar más, solo escuche y mire como Adrián salía corriendo en la dirección que ella le indicó, sus pasos se acercaron a mi mazmorra, su espada todavía estaba con fuego, se detuvo enfrente de mi mazmorra, pude obsérvala mejor era alta, delgada una máscara cubría su rostro y solo dejaba ver sus ojos, sus ojos son únicos brillaban con los luces de color neón, suspire cuando ella alzó su espada y cortó los barrotes , estos cayeron, ella guardó su espada en estado normal y se acercó a mi.

—vamos tenemos que salir rápido, no hagas preguntas, haz todo lo que yo te diga y estaremos bien— su voz era dura y sería, asentí a lo que dijo, ella salió y la seguí.

Llegamos hasta la salida de la cueva, donde pude ver a Adrián y la otra chica esperando con una gran sonrisa.

Al final no todos se habían olvidado de nosotros.

𝓐𝓶𝓪𝓻𝓲𝓼Where stories live. Discover now