𝓐𝓶𝓪𝓻𝓲𝓼

Encerrado

El sonido de goteo del agua cayendo por las paredes y lo único que iluminaba esa fea mazmorra era la luz de la luna, todo estaba oscuro y hacía frío me acurruqué en una esquina esperando cada momento para que llegara la otra persona, había pasado tanto tiempo que he perdido el sentido del tiempo, no sabía cuánto tiempo he pasado aquí atrapado desde que mi madre me encerró aquí, me siento frustrado, deseara poder salir corriendo de aquí y poder ser libre por una vez en la vida, desde esa vez que había visto el cielo y sentido el viento rozar con mi rostro.

Observe a mi alrededor, esperando que el otro viniera, cada día que pasaba era lo mismo y había perdido la esperanza, si solo pudiera encontrar a esa chica, pero no estaba aquí encerrado, sin poder hacer nada intente de todo y nada funcionó, mi mejor amigo está al lado de mi mazmorra, cantando una canción que nos habían enseñado cuando éramos pequeños

—todavía tienes esperanza? — pregunté suspirando, escuché cómo se cayó por un momento y suspiró

—Damián, no puedo mentir, pero todavía en el fondo de mi corazón una pequeña parte de mi tiene la esperanza de que un día saldremos de aquí, y aunque no lo creas sigo creyendo a pesar de todo— su voz era ronca, me lo imaginaba viendo atravez de los barrotes la luz de la luna sonriendo

—Ojalá tuviera la misma esperanza que tú Adrián, enserio, pero cada vez qué pasa los momentos y los días siento que cada pequeña parte de mí pierde la esperanza de salir de aquí— mis ojos se cristalizaron y me pregunté ¿por qué tenía que pasar esto?, sentí como mi cuerpo se estremeció, lo supe ya venía el otro era una sensación que todavía no me podía adaptar y a pesar de que he pasado por esto mucho tiempo, sigo sin estar acostumbrado

—¿ya viene cierto Damián? —pregunto Adrián, solté un pequeño gruñido y me levanté de golpe separando mis labios y esperar que los colmillos salieran

—si ya viene— respondí con la voz ronca — por favor Adrián aléjate de las paredes y canta esa melodía te lo ruego — hablo entrecortado sintiendo como mi cuerpo cambiaba

En minutos había cambiado mis sentidos se agilizaron y mis manos estaban más grandes y marcadas de mis dedos garras de color marrón, una furia salió de mí, comencé a moverme por todos lados, golpeando las paredes y los barrotes, el sonido de la melodía de Adrián cantado hizo que me aclamara, gruñía mi pecho Subía y bajaba, me acosté en el suelo esperando que la noche pasara y así poder volver a la normalidad

A lo largo escuché una voz dulce y una melodía única, sabía que cuando me volvía en un monstruo mis sentidos era únicos podía escuchar a largas distancias, mi corazón latí fuertemente y la oscuridad se desplazó a alrededor de mi vista hasta se sumó a la ella y pude sentir paz.

Recordé la primera vez que me transformé, fueron unos días después de que una anciana apareciera frente a mi madre y nos maldijera, en ese entonces ya estábamos encerrados en las mazmorras, todavía seguía sin creer lo que estaba pasando.

—¿Qué habrá pasado con tu madre? —pregunto Adrián mirando la pequeña vista que nos daba dentro de las mazmorras

—No lo sé— solo suspiro derrotado y se dejo caer al suelo

—¿Cuándo llegamos a esto Damián? Eres el príncipe el oficial heredero al trono y ahora estamos aquí como dos criminales sin haber hecho nada.

Lo que decía tenía razón, pero mis abuelos me habían advertido de que ella no se detendría hasta conseguir el trono era capaz de cualquier cosa y lo fue asesino a sus propios padres por la codicia y el poder.

Sentí un escalofrío recorrer cada parte de mi cuerpo hasta volverse un dolor intenso, observé mis brazos y mi piel cambiaba a un color ocre, caí al suelo en retorcijones.

—¿Qué ...? Me .... ¿Esta... pasando? — grite con la voz entrecortada.

—No lo sé—grito Adrián

Y así pase esa noche entre quebraduras de huesos hasta convertirme en un monstruo, la anciana se le había aparecido a Adrián y solo le dijo que cantara una melodía para mantenerme calmo y esperar a mi salvadora, pero no sabía que tendría que esperar tanto tiempo hasta ella apareciera