Sentir que perdemos algo (o a alguien) no siempre es resultado de la ausencia. Pueden existir infinidad de motivos, pero la razón de nuestra inquietud no tiene que haber desaparecido para creer que nunca más lo volveremos a ver. Podemos ser víctimas de la pérdida teniendo lo que deseamos allí, en nuestras narices, y aun así sentir que no nos pertenece más. Que lo echamos a perder. Que nos tenemos que olvidar de él a la fuerza o, en su contraparte, hacer lo que sea necesario para recuperarlo a como dé lugar. Naruto fue castigado con ambas situaciones en algún punto de su crecimiento personal: la pérdida física y mental. Le ha sucedido con mucha gente, se ha sentido culpable de la pérdida física incluso con la muerte de personas a las que él no conocía. Se subió la carga a la espalda y anduvo con ella hasta ser lo suficientemente maduro como para aceptar que no todo lo malo que sucedía era a causa de su hipotética debilidad. La pérdida mental, por otro lado, la vivió una vez cuando niño. No supo identificar lo que pasaba consigo mismo ni debido a quién era que se sentía tan decaído. Ocurrió, sin más, confundiendo y desanimando a un pequeño con las esperanzas de acero que esperaba ansioso por que su mejor amigo recuperara el conocimiento.
A consecuencia de la primera vez que Itachi se presentó ante ellos con la finalidad de llevarse al Kyuubi por orden de Akatsuki, Sasuke terminó inconsciente. Él esperó tras una cortina el tiempo que hacía falta para que despertase, pero cuando el momento llegó y se vio obligado a contener las ganas de saltar encima suyo como castigo por haberle hecho preocupar de manera tan radical, Sakura se interpuso en su camino. Lo abrazó, le lloró. Habló tan cerca de su rostro y se lo pegó con tanta fuerza al pecho que Naruto no supo qué hacer más que retroceder. Y sentir que perdía. Algo, alguien. Su motivo estaba allí, frente a él, pero algo dentro suyo quería hacerle saber que no le pertenecía. Que, por esa vez, perdió. Si hubiera tenido la sensatez necesaria quizá habría creído que ese extraño sentimiento era por Sakura. Solo él lo hubiera pensado, de hecho, porque a nadie se le pasaban desapercibidas las miradas que intentaba darle al cuerpo que yacía sentado en la camilla sin interés por corresponder los mimos y las sonrisas de la niña que se moría de preocupación. Si hubiese sido por él, el motivo sería Sakura. Llegados a este punto comprendemos que Naruto Uzumaki tiene un motivo universal para todas y cada una de las cosas que le suceden, sean buenas o malas, y ese es Sasuke. Sin peros ni pausas. Sin dudas ni titubeos. Irónicamente también sintió la pérdida física con él cuando desertó de Konoha, pero ese era un tema sensible de tocar que preferiría no recordar después de lo que tuvo que pasar para traerlo de vuelta.
Cuando no tiene su atención, siente que lo pierde. Cuando alguien más acapara cada célula del Uchiha sin dejarle nada que probar, dentro suyo se da inicio al peor de los desastres naturales. Tormentas, tsunamis. Desgraciadamente Naruto es el peor pronosticando sus propios problemas, lo cual vuelve difícil entender lo que le afecta. No le otorga un nombre a la catástrofe que se desarrolla en sus adentros porque no reconoce lo que es; no intuye por qué el pecho le molesta o por qué del nudo en su garganta. No comprende esa sensación de querer andar en retroceso y desaparecer en lugar de continuar escuchándolos a ellos, tan amenos como nunca antes. Es absorbido por el sentimiento de pérdida, por su propio subconsciente exagerando a niveles exorbitantes una reacción común que se genera cuando alguien más intenta apropiarse de lo que es tuyo.
Sakura se inclina más hacia adelante y ríe de algo que no llega a escuchar. Sasuke, por su parte, esboza esa sonrisa de lado que parece haberse vuelto un gesto habitual en su persona antes de emitir una ligera risita nasal. Naruto camina en medio de los dos, con las manos en la nuca y la mirada en el cielo, como si las nubes sin forma fuesen excepcionalmente interesantes esa mañana.
—Ahora que lo pienso, Sakura-chan...—Interviene por fin, mirándola ahora a ella.
—No pienses mucho si no quieres fundirte el cerebrito.
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Serendipia [NaruSasu/SasuNaru]
Fanfiction"Cuando los ninjas tengan permitido expresar sus sentimientos, entonces podré decirte lo mucho que te quiero". ¿Qué tanto está dispuesto uno a aguantar lo que siente cuando se está a punto de estallar de amor?