Seguir a Kakashi no estuvo ni cerca de ser una odisea.
Aún si entre sus opciones se hallaba el hecho de que lo dejara pasar, Sasuke se inclinó por la idea de no haber sido notado hasta el final. No intentó esconderse, e incluso de esa forma pasó desapercibido ante alguien que tiene los sentidos más que pulidos.
-No sabía que también te gustaran los paseos matutinos.
Miró al cielo. Con suerte algún reloj de la aldea marcaría las dos o tres de la mañana.
Omitió sus palabras, atacándolo con las propias ahora.
-Qué estás haciendo aquí.
Kakashi bajó la mirada, centrándose en la Piedra de los Héroes en lugar de alguna tumba específica. Cuando Sasuke lo imitó, sus ojos se dirigieron por instinto a aquel nombre que llevaba como acompañamiento el mismo apellido que él exponía: Obito Uchiha. No necesitó de explicaciones extras para comprender el resto de la historia. Ni siquiera pidió una respuesta. No le interesó quedar con la pregunta en el aire.
-Hasta donde recuerdo, ustedes dos estaban a punto de pasar a otra vida de lo profundo que dormían.
-Nadie podría hacerlo si de pronto empiezas a hablar tan emotivamente con el techo.
Su risa se escuchó algo ahogada. Probablemente a causa de la máscara.
-¿Y Naruto?
Sasuke se lamentó por haber dicho "nadie".
-Excepto por él. Es sorprendente la habilidad que tiene.
-Ya veo. ¿Pero sabes, Sasuke? -miró la cicatriz en su rostro pensando que esta vez lo miraría a él también, mas no ocurrió. El mayor continuaba perdido en la piedra frente a sí, como si pudiese resucitar a alguien con algún poder ocular del que claramente carecía-. Si querías jugar al escondite debiste enviar un mensaje de antemano. Tienes suerte de que me gusten las sorpresas.
A él en realidad no le importaba a donde fuera, ni lo que hiciese. No le importaba si volvía a caminar horas solo para quedarse de pie en un cementerio helado a oscuras, y mucho menos si su mente estaba saturada al punto de desconectarlo de la realidad. No era nada personal; las veces que Sasuke se preocupó por una persona que no fuese él mismo se contaban con los dedos de una mano, y ni llegaban a ser completados. La curiosidad jamás formó parte de su personalidad. Sin embargo, en este momento, el único en quien tenía la confianza suficiente para hablar sobre asuntos con cierto grado de seriedad era él, y si salir a buscarlo en medio de la noche le ayudaba a solucionar los problemas que lo traían de cabeza, entonces lo haría. Lo hizo.
-Hay algo que necesito saber.
Por primera vez le devolvió la mirada. "Es una sorpresa", quiso decir, pero creyó que Sasuke podría arrepentirse después. A veces se comportaba como todo un drama queen y lidiar con ello era una de las casi inexistentes cosas que Kakashi no llegó a aprender con el tiempo.
Tuvo una idea al respecto de la cual no habló. En cambio, le ofreció su atención. Por primera vez en horas tenía los pensamientos en orden.
-Si es tan importante como para venir hasta aquí sin poder esperar, entonces te escucho.
-Me escucharías aún si no hubiese venido.
-Claro que lo haría, pero ¿no crees que diciéndolo se pierde la emoción?
Los labios de Sasuke temblaron. Desde que volvió a Konoha ese hábito de sonreír por minoridades que no calzaba consigo no le dejaba en paz.
-Dime por qué los ninjas no tienen permitido expresar sus sentimientos.
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Serendipia [NaruSasu/SasuNaru]
Fanfiction"Cuando los ninjas tengan permitido expresar sus sentimientos, entonces podré decirte lo mucho que te quiero". ¿Qué tanto está dispuesto uno a aguantar lo que siente cuando se está a punto de estallar de amor?