Las cosas le habían salido casi como lo tenía planeado antes de partir.
Estaba mareado. Las extremidades le temblaban como si sufriera algún caso grave de hipotermia y sentía que respirar era ahora la acción más complicada a realizar en su vida. Le silbaba el pecho, le quemaba la garganta. Las cosas le salieron casi como las tenía planeadas, y rio cuando por su mente pasó la idea de morir por un motivo tan ridículo como aquel. Intentó ponerse de pie, pero cayó al suelo nuevamente, golpeándose un hombro contra las rocas. En el suelo, desfalleciente, ejecutó el jutsu de invocación apenas. Sus movimientos fueron lentos, pesados. Dignos de un moribundo dispuesto a resguardar su último aliento; fue pobre, pero bastó con eso para recibir la ayuda que necesitaba. Se perdió en la oscuridad interminable de una consciencia a segundos de apagarse; no obstante, la fuerte luz artificial que de pronto apuntaba hacia su rostro no le permitió viajar hacia el descanso eterno que esperaba.
El sonido de pisadas iba de un lado a otro con prisa. ¿Quiénes?, se preguntaba. ¿Por qué tanto apuro?
—¿La hemorragia?
—Detenida.
—¡Treinta por ciento del veneno está fuera, Tsunade-sama!
Una mano se posó en su frente.
Qué cálido.
Él intentó abrir los ojos, pero el solo enfocar la vista en un punto específico hacía que todo diese vueltas.
—Descansa, Sasuke. Vas a estar bien.
Sasuke no pensó que estuviera mal. Se había sentido peor antes, así que esto no era mucho.
—¡Cincuenta por ciento fuera!
Sabía que había tomado las decisiones correctas, pero algo le hacía falta. Se sentía con las manos vacías y hacía frío. Detestaba estar solo cuando hacía frío.
Una de sus manos tanteó sobre la camilla. Buscó, pero no encontró. En cambio, se aferró débilmente a la sábana.
Naruto, pensó.
Si él moría, Naruto se encargaría de rematarlo una y otra vez como castigo.
~*~
—Tomaste una buena decisión.
—Hice lo que tenía que hacer.
—Habrías muerto de no ser así —Tsunade continuó observando fuera de la habitación, por la ventana. No notó cuando Sasuke se sentó en la camilla ni cuando se colocó el abrigo negro por encima de los hombros, cubriendo parte de la bata médica—. El veneno era fuerte. Nos costó librarte por completo de él, pero hiciste un buen trabajo al evitar que se filtrara más rápido en tu sangre.
—Alguien me habría buscado más allá del infierno para asesinarme por segunda vez si moría —confesó con firmeza. Conocía tan bien a Naruto que la seguridad con la que sus palabras se dirigieron a la mujer no dejaron espacio por donde titubear—. No puedo darme esa clase de lujos.
Fueron tres horas. Durante aquel lapso, un equipo médico comandado por Sakura hizo lo que estuvo a su alcance para devolverle a Sasuke el aliento que le hacía falta. Retiraron de su cuerpo el veneno que había logrado pasar incluso después de que usara el último recurso para evitarlo, limpiaron su sangre, y le hicieron transfusiones hasta que su piel dejase de lado esa palidez que asustaba a cualquiera que lo viese. Tres horas que inundaron a los presentes de incertidumbre aun si sabían que Sasuke no moriría, porque era él, y claramente no lo haría. Tres horas en las que se esforzaron por no gritar de más a quien no lo merecía por culpa del calor y la desesperación del momento; tres horas de agonía incluso si no tenían la esperanza perdida. Tres horas de "¿¡qué demonios le pasó!?" y ¡necesitamos más sangre!". Tres horas de todo y tres horas de nada, porque mientras otros intentaban no perderlo, él dormía plácidamente, sin sentir dolor.
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Serendipia [NaruSasu/SasuNaru]
Fanfiction"Cuando los ninjas tengan permitido expresar sus sentimientos, entonces podré decirte lo mucho que te quiero". ¿Qué tanto está dispuesto uno a aguantar lo que siente cuando se está a punto de estallar de amor?