Si en otra vida no existiese posibilidad de ser Hokage ("otra vida", porque en esta estaba decidido a serlo), estaría dispuesto a ser cualquier cosa, menos profesor. No era por menospreciar la labor de los maestros, a quienes ahora consideraba como otro peldaño dentro de la categorización de héroes; pero ponerse delante de un montón de niños que se esmeran en ser un infierno no era una profesión a la que a le gustaría dedicarse el resto de su vida, por decir.
Después de conversar un poco más, Iruka le pidió que formara parte de una charla para concientizar a los estudiantes a tomar en serio sus lecciones. Según entendió, se realizaba una semanalmente con invitados especiales como estrategia para anclar sus pequeñas mentes y que prestaran mayor interés al mensaje principal. En fin; debe admitir que se sintió un poco halagado por haber sido invitado, pero no imaginó que sería tan complicado. Iruka, por su parte, se veía como si estuviese disfrutando de sus ineficaces intentos por evadir preguntas personales de las más pequeñas en específico. ¿Cuántas veces ya ha escuchado las palabras "tener" y "novia" en una misma frase? Demonios. Al menos él era más considerado cuando niño.
—Tú y tus realidades alternas no son un juego. Tienes una imaginación envidiable.
Shikamaru le alcanza una botella de agua y se apoya en el escritorio que tiene justo frente a él. La estructura de las aulas ha cambiado un poco por dentro, pero nunca se confundiría: ese sitio, donde estaba sentado, fue el suyo en esos tiempos. Todavía tiene los rallones que hacía para llamar la atención de Sakura o quejarse en silencio de Sasuke solo para que Iruka no le metiera otro coscorrón en caso alzase la voz.
—¿De qué estás hablando? Es cierto que fui considerado, sino, hubiera hecho de la aldea un desastre.
—Agradecemos su misericordia, gran rey. —Bromea, metiéndose las manos en los bolsillos y cruzando las piernas—. Nos estás quitando el crédito a los que te aguantamos a pesar de ser una molestia en el trasero.
Naruto ríe con un poco de culpa y se lleva la boquilla del agua a los labios, bebiendo cerca de media botella sin pausas. Sería un completo abuso de la paciencia ajena decir tan descaradamente que fue un angelito, porque si bien es consciente de que tuvo miles de apodos durante aquella época, puede asegurar que ninguno fue así de amable. Fue un dolor de trasero, es cierto. Sin embargo, su brillante talento para las travesuras es algo que se aplaude luego de tantos años. En el presente le tiene un respeto mucho mayor a la aldea y a las caras talladas en el monumento del Hokage, pero para estar tan chiquito tenía una creatividad codiciable. El recuerdo le arranca una sonrisa. La sonrisa se le empapa por el agua. El agua le resbala por el cuello hasta humedecerle el pecho por debajo de la camiseta y el pecho se le calienta cuando se cuela el recuerdo de Sasuke a sus trece usando orejas de gato falsas para una misión. Todo ello sucede en una misma fracción de segundo, justo cuando Shikamaru cierra los ojos del cansancio y se pierde del espectáculo que es el enrojecimiento fugaz en sus orejas.
Se veía tan tierno en ese entonces. ¿Por qué tuvo que crecer?
Qué desperdicio.
—Si sonríes sin decir una palabra espantas a la gente, no me hagas salir corriendo de aquí.
No se había dado cuenta de que su atención estaba congelada en la mesa hasta que la voz, tan serena y descuidada, le hace respingar de repentina sorpresa. Shikamaru manosea una caja de cigarrillos que extrae de su bolsillo, la cual lanza y atrapa sin dirigirle la mirada.
—¿En qué piensas tanto? Espero que ese gesto no haya sido para mí o no podré dormir.
Se seca la boca con el dorso de la mano y toca, con la yema de sus dedos, la parte del cuello por donde deslizó la gota que le humedeció la piel. Sonreír. ¿De qué estaba hablando? No sintió ni realizó ninguna clase de mueca a propósito, por lo que se tarda en reaccionar seriamente al respecto. Solo había dos detonantes que podrían causar una reacción similar: el recuerdo de sus travesuras infantiles, o...
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Serendipia [NaruSasu/SasuNaru]
Fanfiction"Cuando los ninjas tengan permitido expresar sus sentimientos, entonces podré decirte lo mucho que te quiero". ¿Qué tanto está dispuesto uno a aguantar lo que siente cuando se está a punto de estallar de amor?