Capítulo diecisiete: "Hopelessly devoted".

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I'm outta my head
Hopelessly devoted to you.

***

No consideró alguna vez la posibilidad de celebrar el fin de un suceso tan inhumano como la Gran Guerra Ninja. No porque el triunfo de los valientes no hubiese valido la pena, a fin de cuentas; sino por respeto a quienes sufrían interminablemente, incluso después de conseguir venganza y purificarse el corazón. Por más tiempo que pase, nadie olvida el dolor. Nadie olvida el olor a sangre putrefacta ni cada gota de sudor derramada. Por más tiempo que pase, nadie descuelga las fotos de la persona a quien más amo y que perdió protegiendo la ideología de paz a la que tanto se aspira. No consideró celebrar no porque no estuviera feliz de haber logrado ganar, sino porque todavía estaban quienes se retorcían entre lágrimas deseando, con las manos empuñadas contra el pecho, que nada ni nadie les hubiese arrebatado la mitad del alma a la fuerza. Él mismo había tenido pérdidas, y más que celebrarlas, preferiría rendirles culto, visitarlas. Preferiría sentarse a hablar al lado de una tumba que jamás le contestaría, pero que con mucho gusto le escucharía. Aun así, cuando Pakkun le alcanza el pergamino (no sin antes pedirle por el amor al Hokage que se cubriera) e intenta descifrar los jeroglíficos de Kiba mientras se engulle el exquisito sándwich de Sasuke, Naruto no piensa en negarse a la invitación.

Han pasado exactamente siete meses desde que la guerra culminó. Siete meses desde que, asimismo, familias no tuvieron más opción que llorarle el adiós a quienes dejaron su alma entera en batalla. Ino, Shikamaru y Hinata eran algunos ejemplos. Al parecer Kiba se terminó enterando del pequeño almuerzo que el equipo Ino-Shika-Cho tendría para conmemorar el medio año desde el fallecimiento de Shikaku e Inoichi (no pudieron encontrarse el mes anterior, así que aprovechaban uno de sus pocos días libres para hacerlo ahora, por más tarde que fuera) y optó, por decisión propia, invitar a los amigos más cercanos del grupo a unírseles.

Naruto no supo contenerse cuando logró comprender las frases "será barbacoa", "este viernes" y "haremos que Shikamaru pague" en una misma oración.

Esa noche, cuando enrolló el pergamino y lo dejó sobre la encimera, exclamó: "adivina qué, Sasuke" mientras se dirigía a su habitación. La sonrisa traviesa se le borra a medio camino y sus palabras, rebosantes de una singular emoción salida de la nada absoluta, se desvanecen con la frescura de su propio aliento. Recuerda que Sasuke no está, por lo que se adelantó en hacerse la idea de tener que asistir a dichosa comida sin él a su lado.

–Oye, Naruto. ¿Quién te cortó el cabello? ¿Tu novia?

La conversación trivial que estaban teniendo es interrumpida por la voz de Kiba ahogada en risas. Ahora el centro de atención es él, su nuevo corte y el trozo de carne humeante que le sobresale de la boca. Está sentado frente a Ino, Shikamaru y Kiba, mientras que en su mismo asiento están Sakura, Hinata y Choji.

Novia. La palabra se repite en su cabeza junto al recuerdo de Sasuke sosteniendo las tijeras, incitándolo a tragar saliva sin haber terminado de masticar debidamente.

–¡Y-yo no...!

–Todos sabemos que mientras Sakura esté soltera, él también.

Sakura, quien le estaba sobando la espalda para que no se atorara, le da un golpetazo en los omóplatos que le deja sin aire cuando Ino habla.

–¿Qué intentas decir?

Si tan solo no estuviera encorvado por el dolor del impacto, sería capaz de verle la vena hinchada de la frente.

–Era obvio lo enamorado que estaba Naruto de ti desde la academia. Seguro no lo notaste por estar detrás de Sasuke.

–¡¿Eh?! ¡Claro que no! Eso ya quedó en el pasado, ¿no, Naruto?

Serendipia [NaruSasu/SasuNaru]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora