Anna se acercó con cautela a Henry, sabía lo que tenía que hacer para hacerle creer a Pan que estaba de su lado y que lo ayudaría, debía hacer todo lo que él le pidiera, de la manera menos sospechosa posible; pero la chica no le haría daño a Henry por nada del mundo.
El chico estaba sentado sobre un tronco, con actitud decaída, sus codos apoyados sobre sus rodillas y su cabeza entre sus manos.
Anna tomó asiento junto a él con una sonrisa en el rostro.
-¡Henry! ¿Qué pasa? ¿Te cansaste de bailar?
El chico sacudió la cabeza y la miró con el ceño fruncido.
-¿Qué pasó contigo? - preguntó él y la chica rio nerviosa - No te he visto en días...
-¿Yo? Haciendo unas cosas - respondió con un gesto de la mano, quitándole importancia - Nada de qué preocuparse. Pero cuéntame Henry, ¿por qué tan triste?
El chico suspiró, agachando la cabeza nuevamente.
-No es nada...
Anna ladeó la cabeza y colocó una mano sobre el hombro de Henry, acercándose a él. Tenía que saber qué le sucedía al chico para poder ayudarlo.
-Claro que pasa algo, de lo contrario no estarías así - él volvió a sacudir la cabeza - está bien, no tienes por qué contarme ahora, si no quieres, pero cuando te sientas seguro puedes hablar conmigo - dijo ella sonriendo y poniéndose de pie.
Anna sabía que no debía insistirle a Henry, y comenzó a caminar hacia su carpa, un poco más lento de lo normal, cuando Pan la interrumpió a medio camino.
-¿Qué fue eso?
-El chico necesita tiempo.
-Yo no tengo tiempo Anita - dijo Pan irritado.
-Sólo espera... - dijo ella en un susurro, sonriendo ladina.
-¡Anna!
La chica sonrió con suficiencia cuando Henry la llamó, y Pan levantó las cejas sorprendido. Ella se dio la vuelta dejando su cabello volar cerca del rostro del chico y caminó de regreso a Henry.
-¿Estás dispuesto a contarme qué sucede?
El chico asintió.
-Promete que vas a ayudarme - dijo, y esta vez Anna fue quien asintió.
-Haré todo lo que pueda, lo prometo.
Henry suspiró y bajó la mirada.
-Pan quiere y confía en mí para salvar la magia, pero...
-Pero tú no crees poder hacerlo.
El chico asintió y la miró preocupado.
-Yo no tengo magia Anna, ¿cómo se supone que voy a salvar algo que desconozco?
-Henry, ¿pasó algo? - preguntó ella extrañada - porque la última vez que te vi estabas dispuesto a salvar la magia, no sabías cómo, pero aun así querías hacerlo...
-Pues, hay una chica...
Anna alzó una ceja.
-¿Una chica?
Henry asintió.
-Su nombre es Wendy... ella está bastante enferma, y Pan dijo que para curarla necesito salvar la magia, lo más pronto posible, antes de que sea tarde.
Anna levantó aún más la ceja, Pan ya no estaba en su campo visual, pero le preguntaría sobre esa tal Wendy cuando lo viera...
-¿Y qué pasa? ¿Por qué no crees que puedas salvar la magia? - preguntó la chica respirando profundo primero y suavizando su expresión.
ESTÁS LEYENDO
Niña Perdida
Hayran KurguLa Isla de Nunca Jamás siempre ocupó los sueños de la pequeña Anna, hija del Capitán Liam Jones, y sobrina del mismísimo Killian Jones. Al cumplir sus 15 años parte con su tío hacia la aventura que siempre soñó, como su tío le había prometido. Pero...