¿Dónde está Pan?

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Anna no podía respirar. No sabía si estaba nerviosa, ansiosa, feliz, molesta o qué.

Rumple se hallaba a unos pasos de ella con la caja de Pandora en sus manos.

La sombra que había atacado a Isaac la noche anterior no había sido ninguna alucinación; porque esa mañana el Hada Azul fue atacada y asesinada por la misma.

Emma cruzó la frontera de Storybrooke, la línea brillaba con un resplandor rojo, amenazando con borrar la memoria de cualquiera que la cruzara, la mujer sacó su pistola. Anna se puso tensa.

-No pensará dispararle, ¿o sí? - le susurró la chica a David, que se encontraba junto a ella, con su brazo sobre Mary Margaret.

El príncipe suspiró.

-Emma hará lo que sea necesario para detenerlo.

Anna abrió los ojos como platos y observó la escena en silencio. Gold pasó su mano sobre la caja y esta se abrió; el hombre la colocó del otro lado de la franja y retrocedió; todos esperaron en silencio.

Pronto, de la caja salió un humo rojo y Peter Pan apareció frente a ellos.

El chico se puso de pie de un brinco y se dio la vuelta para observar a Emma apuntándolo con el arma.

-¿Mamá?

Todos quedaron estupefactos, como si les hubieran dado en el rostro con una tabla de madera; y la cara de Emma era todo un poema, pero se recompuso en un segundo y alzó la pistola.

-¿De qué rayos estas hablando?

Pan alzó las manos.

-Mamá, soy yo, Henry. Pan cambió nuestros cuerpos.

Emma vaciló, dudando por un segundo si lo que decía el chico era verdad.

-Quizá sea por eso que tenía un mal presentimiento sobre Henry... - murmuró.

-No le creas, - dijo Gold - sólo está jugando contigo, ¡dispárale!

Anna cerró los ojos con fuerza, esto era algo que verdaderamente no podía tolerar ver.

-¡Esperen! - exclamó el chico - Puedo probarlo... te puedo decir algo que sólo yo sé, como que amo el chocolate caliente con canela...

-Eso se lo pudo haber dicho Henry - interrumpió David.

-Cierto - susurró Emma - pero hay algo que sólo Henry sabe.

Todos observaron expectantes mientras Emma alzaba la vista hacia Pan. Anna pudo ver cómo su pecho se hinchaba mientras tomaba un gran respiro.

-¿Cuándo fue la primera vez que nos conectamos? No cuándo nos conocimos, cuando nos conectamos.

Pan sonrió y Anna sintió su corazón latir con fuerza, era una sonrisa dulce y sincera, como aquella vez que compartieron historias, para nada propia de él.

-Lo recuerdo - murmuró el chico - fue en mi castillo, cuando te dije que sabía por qué me habías dado en adopción.

-¿Por qué? - Emma seguía con la pistola en alto.

-Porque querías darme la mejor oportunidad.

La mujer bajó el arma, los ojos abiertos de par en par.

-¿Henry?

-Mamá...

Ambos se abrazaron con fuerza y luego miraron a los que esperaban dentro de la frontera de Storybrooke.

-Gold, - dijo Emma - promete que no nos vas a evaporizar cuando crucemos.

El hombre asintió y los dos cruzaron la franja. Henry corrió a abrazar a Blanca Nieves y al Príncipe.

Anna sonrió ante la extraña imagen de los héroes abrazando a Pan.

Bueno, Henry en el cuerpo de Pan.

De repente, la sonrisa se borró de los labios de la chica y sus ojos se abrieron como platos.

La pirata comenzó a correr de vuelta al pueblo.

-¡Anna! - llamó Emma - ¿A dónde vas?

La chica no se detuvo, tan sólo gritó sobre su hombro.

-Si Henry está aquí, ¿entonces dónde está Pan?



Desde la colina, se podía observar claramente cada parte de Storybrooke, así de pequeño era el pueblo; y pronto, sería de Pan, sería él quien gobernara ahí, él estaría al mando de todo, haría lo que él quisiera.

El chico lo observaba todo con una sonrisa ladina en sus labios, imaginando todo lo que haría; mientras jugaba con el pequeño rollo que le había robado a Regina en sus manos.

-Repíteme una vez más cómo harás esto Pan.

El chico volteó a ver a Tommy, irritado con sus constantes preguntas. Estaba sentado con la espalda apoyada sobre el tronco de un árbol, jugando con una de sus flechas hechas a mano, que aún poseía.

-Con la maldición que robé de la Reina.

El niño perdido se puso de pie, Pan lo observó de reojo, no era el mejor de sus niños perdidos, pero luego de haber sido traicionado por Félix y Anna, Tommy era su mejor opción.

-¿Por eso mataste al Hada Azul?

Al menos no era un completo tonto.

Pan asintió, su mirada fija en el pueblo frente a él.

-No quería que interfiriera en mis planes, esa mujer puede ser un estorbo.

Tommy se cruzó de brazos.

-¿Y por qué mandaste a la sombra tras Isaac también?

Pan sintió su sangre comenzar a hervir ante la mención del chico. Recordó su sonrisa tonta mientras hablaba con Anna y la manera en que la veía.

Pan apretó los puños con fuerza y volteó el rostro.

-Porque nadie se mete con lo que es mío.

Niña PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora