Capítulo 4

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Shalley Brown

El día esperado había llegado, hoy sería el día en el que todo cambiaría, pues me había decidido a arriesgarme y contarle mis sentimientos a Han, ya no podía seguir callando mi corazón, corazón que estaba ansioso por expresarse y revelar esos sentimientos que durante años había callado. Hice la misma rutina de siempre y salí de la casa, sentía mi estómago revuelto y mi corazón palpitante con rapidez, sentía esa cálida presión en mi pequeño que me confirmaba lo emocionada y asustada que estaba.

Mi mente empezaba a hacer especulaciones, habían dos posibilidades y de verdad deseaba que fuera la que más deseaba, pues había una gran posibilidad de que me rechazara y nuestra amistad de toda la vida se echara a la basura, pero también podría ser que mis sentimientos fueran correspondidos y fuéramos felices para siempre. Como era de costumbre, Han llegó de la nada abrazándome por la espalda dándome una vuelta completa, no podía describir esas mariposas en mi estómago y de verdad deseaba que todo saliera bien.

—Oye Han — lo llamé con un cierto temblor en mi voz — me gustaría decirte algo.

—Me lo dices en el almuerzo Shalley — digo apresurando su paso — vamos a llegar tarde y no quiero perder mi primera clase.

—Está bien — fue lo único que dije para seguir tras él.

Pronto llegamos al colegio y cada uno fue a su clase, faltaban dos años para que salieramos del colegio y fuéramos a una gran universidad, éste apenas estaba empezando y el otro iba a ser el más difícil, pero podía con todo siempre y cuando lo tuviera a él. Las horas en el reloj se me hicieron eternas, pareciera que por un instante el tiempo se hubiera parado y no quisiera avanzar, pero cuando menos lo esperé, el timbre para el almuerzo sonó, Han se encontraba fuera de mi salón así que rápidamente fuimos a nuestra mesa de siempre y empezamos a hablar.

—¿Qué es eso tan importante que tienes para decirme? — me cuestionó con su mirada fija en mí — te noto asustada.

—Yo... Yo no sé por dónde empezar — susurré casi inaudible.

—Vamos chica invisible, me estás asustando — musitó con cara de preocupación.

—Han, en realidad no sé cuándo pasó, ni cómo — empecé con algo simple y realista, él me escuchaba con total atención —, pero ya no puedo ocultarlo y de verdad deseo que nuestra amistad no se dañe si mis sentimientos no resultan correspondidos tam... — me interrumpió.

—No Shalley, dime qué no es eso — se levantó de su asiento y puso sus manos en la mesa mirando a la nada. — dime por favor que tú no te...

—Estoy enamorada de ti Han — solté sin pensarlo, sin darme cuenta lo fuerte que lo había dicho.

Todos al rededor se quedaron en silencio, Han tenía sus ojos cerrados con su ceño levemente fruncido, mis mejillas quemaban y mis manos temblaban envueltas en sudor ¿Acaso había dicho algo malo? ¿Por qué todos me miraban así? Pareciera como si tuviera la cara pintada de payaso. De la nada escuché unos aplausos provenientes de la mesa de las porristas, la atmósfera se había vuelto pesada y todos empezaron a reír, no, todos se estaban riendo de mí ¿Qué tenía de malo haber confesado mis sentimientos por mi mejor amigo? No era un delito, era amor.

—Eres una completa estúpida Shalley — oro Hamilton con su sonrisa burlona —, siempre supe que te gustaba mi novio, pero nunca creí que fueras tan tonta como para hacer éste oso.

—¿Novio? — repetí sin escuchar nada más — no es verdad, — miré a mi mejor amigo — dime qué no es verdad Han.

—L-Lo lamento Shalley, solo estaba esperando el mejor momento para decirte — me miró con sus ojos cristalizados —, perdoname, pero tus sentimientos no son correspondidos.

En ese momento mi mundo se derrumbó y por primera vez en la vida mi corazón se partió en dos.

Brindis con Veneno (Completa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora