Gael Castles ha decidido pasar toda su vida hundido entre las sustancias psicoactivas, al no tener el cariño de sus padres Gael ha encontrado la tranquilidad entre las drogas.
Un destello fugaz brillante llegó para iluminar hasta el lugar más oscuro...
Corrí, salí de ahí sin darle explicaciones a Gael, aún no tenía la suficiente fuerza para enfrentarlo y decirle lo que acababa de describir, pero aún así no tenía las pruebas suficientes para hacérselo creer, ni siquiera yo lo creía ¿Cómo lo haría él? Tenía que buscar a mi madre y pedirle pruebas, así no me quedaría ninguna duda. Mis ojos opacos por las lágrimas me impedían ver con claridad, así que entre más corría más probabilidades tenía de caerme y lastimarme, pero ya nada me dolería más que lo que estaba pasando.
La lluvia empezaba a caer, para mí desgracia aún quedaban cuadras para llegar a casa ¿Algo más podía pasar? El destino me había hecho mucho daño con lo que estaba pasando y una desgracia más no era para sorprenderse. Entre lluvia, cansancio y lágrimas, seguía corriendo para llegar a casa y en ese momento tropecé con algo y caí al suelo golpeando mi rodilla, ahora llegaría más tarde a casa. Seguí caminando con mi pie cojeando y mi ropa totalmente mojada, la vida no podría ser más cruel.
—Hija —dijo mi madre confundida una vez que llegué a casa.
—Mamá —susurré con la voz demasiado débil—, n-necesito una explicación, necesito estar segura de lo que me estás diciendo.
Mi madre me ayudó a entrar a la casa, mi rodilla estaba hinchada y dolía bastante, me sequé un poco mientras escuchaba a mi madre atentamente. Ella repitió lo mismo que en mi habitación, confesó que debido al abandono de mi padre, ella no pudo cuidarnos a ambos y creyó que el hombre tendría más posibilidades de triunfar que una mujer, así que lo abandonó. Mis ojos seguían inundados de lágrimas igual que los de mi madre, solo quería despertar y que todo fuera un sueño.
Mi madre se levantó del sofá y caminó hasta un pequeño cajón, sacó unos papeles algo viejos y me los entregó.
—Josehp Brow —musité incrédula, incapaz de creer, ni siquiera con la prueba en mano—. No puede ser.
—No es tu culpa hija, ni tampoco la de Gael —oro con una leve sonrisa—, no es su culpa que se hayan enamorado siendo hermanos, es culpa de su padre, es culpa de su abandono.
—Maldito, no sé porqué no se mueren —sollozé— solo lastiman a los demás.
Las lágrimas nuevamente se hicieron presentes, había encontrado a la persona perfecta y ahora resultaba que era mi hermano ¿Cómo soportaría todo esto? Había pasado grandes momento junto a la persona que quería y ahora debería dejarla ir, aunque en ese momento lo único en lo que pensaba era en la reacción de Gael, no solo era mi hermano, si no que era un abandono por parte de mi madre y tal vez no lo tomaría bien, aunque quizá con un poco de explicación podría entenderla y saber que no era culpa de mi madre, si no de mi padre.
Gracias por leer, últimos capítulos. Los quiero 💜💜😘
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