Capítulo 26

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Shalley Brown

El día que tanto había odiado, había llegado, una vez que me había despedido de mi madre, salí de la casa donde las fuertes lluvias azotaban las calles, salir con paraguas y abrigo se había vuelto la rutina de siempre, al parecer éste año sería de solo invierno y el sol estaba tras las rejas de esas oscuras y opacas nubes. Empecé a caminar con calma y lentitud, mis manos no paraban de moverse en el mismo lugar, estaba nerviosa y claramente no lo podía ocultar ¿Perdería a Gael para siempre? ¿Perdería a mi hermano para siempre? Esas preguntas y más hacían de mi cabeza un infierno.

Unas cuantas cuadras más adelante de mi casa, vi como Gael pasó de largo con su cigarro en mano y una pequeña bolsa transparente en la otra, ni siquiera me miró o hizo algún gesto, solo se alejó poco a poco como si yo no existiera ¿Qué le ocurría? Eso yo lo sabía, había salido corriendo después de su beso ¿Cómo te sentirías si la persona que te gusta hace eso? Claramente te sentirías herido con miles de cosas en la cabezas, cosas incluso mejores que lo que realmente estaba pasando.

Seguí caminando y para mí sorpresa llegué tarde, las únicas personas que hacían que eso no sucediera eran Han y Gael, pero no sólo había perdido a uno, si no a los dos de la peor manera. El profesor de la clase no me dejó entrar, pero a comparación del otro, éste me mandó a la biblioteca donde por cosas del destino me había encontrado a Gael, la biblioteca estaba totalmente vacía sin un alma, solo éramos él y yo, éste era el momento para soltar la bomba.

—Gael — llamé por lo bajo.

—Hola Brown — saludo dejando su cigarro a un lado — ¿Quieres hablar ahora? — asentí sentándome a su lado.

—Tal vez no creas esto al principio, pero quiero que sepas que no es ninguna broma — Gael giró sus ojos y dibujó una aureola imaginaría en su cabeza con su mano derecha.

Saqué los papeles de mi bolso y los pasé por la mesa hasta que llegaron a sus manos, Gael con su ceño levemente fruncido tomó dicho papel y con curiosidad leyó cada palabra escrita en él, yo lo miraba con curiosidad esperando cualquier reacción de su parte, pero solo recibí una mirada irónica que venía seguida de una carcajada escandalosa, no había creído nada y lo entendía, yo tampoco lo creía muy bien, pero esa era la realidad y era la peor.

—Vamos Brown — sorbió su nariz — ¿Acaso creíste que iba a creer esto? — siguió riendo hasta que sus ojos empezaron a expulsar lágrimas — todo está muy bien, no tengo ni idea de dónde sacaste los papeles, pero realmente están muy reales.

—Gael — susurré con lágrimas en mis ojos, pero a comparación de él, las mías eran de tristeza —, somos hermanos.

—No — murmuró incrédulo. 

Brindis con Veneno (Completa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora