Gael Castles
—Vaya, vaya, al parecer resultaste igual a Hamilton —dije con una media sonrisa.
—Y tú igual a la tonta de Shalley —musitó Han resentido.
—¿Tonta? ¿Por qué? Porque te rechazó, porque se dio cuenta que no vales la pena —mascullé viendo como sus manos se volvían puños— ¿Por qué buscaste a Shalley? Te diste cuenta que tu novia se acuesta hasta con el director.
Todos al rededor guardaron silencio, ahora yo no era el centro de atención, todos murmuraban cosas de Hamilton y Han, todos se reían de ellos, al fin los había vencido. A Hamilton y Han no les quedó más remedio que salir huyendo del lugar, no tenían como defenderse porque era la verdad, Hamilton no era chica de un solo hombre y Han era demasiado tonto para entenderlo. Una vez que la multitud cesó por completo, salí en busca de Shalley al baño de mujeres, sabía que estaba mal entrar ahí, pero por ella haría Absolutamente todo.
Todo en ese lugar era limpio, nada comparado al baño de hombres, realmente quedé sorprendido por el higiene que mantenían las chicas, pero no era momento de admirar, era momento de encontrar. Pasaron unos cuantos segundos y en uno de los baños escuché sollozos que claramente provenían de ella, así que sin pensarlo abrí la puerta encontrándola sentada en el suelo con su rostro tapado con amabas manos.
—Shalley —susurré mirándola completamente destrozado.
—¿Qué haces aquí? —preguntó con voz débil— se supone que los hombres no tienen permitido entrar aquí.
—Por ti rompería las reglas una y mil veces —confesé abrazándola por completo.
Shalley nuevamente rompió en llanto mojando mi camisa totalmente, pero eso era lo de menos, sí llorando se desahogaria, entonces quien era yo para no permitirselo. Pasaron algunos minutos así, uno abrazado al otro, ella poco a poco iba calmando sus lágrimas y eso me hacía sentir mejor, la puerta principal se abrió dándole paso al director del colegio, quien con voz totalmente enfurecida nos obligó a ir a su oficina.
Ambos salimos de ahí y nos dirigimos a la oficina del director, la mamá de Shalley se encontraba ahí con rostro pálido y vulnerable ¿Qué le había dicho ese maldito? Tal vez no tenía mucho que ver ahí, pero ella también era mi madre y aunque no la conozco, mi sangre me decía que debía protegerla al igual que Shalley.
—Le decía a su madre que no voy a permitir esas discusiones en mi colegio —oro con voz ronca—, ni tampoco ciertas calumnias por parte del joven.
—Lo dice por lo que dije —reí—, no sabía que le dolía que le dijeran la verdad.
—¡Suficiente! —gritó el director— ambos quedan expulsados totalmente del colegio. También me enteré que son hermanos, señora, me sorprende que deje a sus hijos estar juntos de esa manera.
—Y a mí me sorprende que éste colegio tenga a un director tan idiota —agredió la mamá de Shalley mientras nos arrastraba a ambos fuera de ahí.
Me sorprendió la manera en al que ella se había expresado, tal vez de ella había heredado la personalidad que ahora me tocaba, no había duda, ella era mi madre.
—Señora —llamé una vez que nos encontrábamos fuera del colegio— necesito la dirección de mi padre, Shalley y yo tenemos cosas que hablar con él.
Próximo capítulo.
Final de Brindis con Veneno.
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Brindis con Veneno (Completa)
RomansaGael Castles ha decidido pasar toda su vida hundido entre las sustancias psicoactivas, al no tener el cariño de sus padres Gael ha encontrado la tranquilidad entre las drogas. Un destello fugaz brillante llegó para iluminar hasta el lugar más oscuro...