___ POV
Una espesa niebla se colocaba sobre la ciudad, filtrándose entre tanto edificios modernos, difuminando aquellas estrellas que posaban sobre el firmamento. Me hallaba en el escritorio de mi habitación, sumergiendome en la música que llegaba a mis oídos, apreciando aquella pintoresca imagen a través de mi ventana. Noches como aquellas ayudaban a que mi mente divagara entre diversos pensamientos, pensamientos que irremediablemente acababan conduciendome hacia ella, siempre ella.
"Me traía loca".
De solo pensar en la manera en que estos meses habían transcurrido, una inmensa alegría se apoderaba de mi ser, un inmenso amor.
-Tengo miedo...- Susurré, sintiendo la música a través de aquellos auris. -Nunca he caído desde tan alto, cayendo en tus ojos oceánicos.
Su voz era completamente dulce, completamente armoniosa.
Miré el reloj que se hallaba sobre mi cabeza, notando la manera en que aquellas manecillas se movían, marcando un ritmo adictivo que ponía en marcha al tiempo.
"Ella pronto llegaría...".
No podía evitar pensar en aquello. Pronto volvería a verla, volvería a sentirla junto a mi.
? -¿Estás lista?.- Oí a mis espaldas.
Volteé, sonriendo en su dirección. Había olvidado completamente su compañía.
-Lo estoy- Hablé, colocandome de pie. -¿Vamos?.
Asintió, dejándome paso para luego cerrar la puerta de mi habitación.
Las escaleras sonaban al compás de nuestro pasos, crujiendo de manera leve ante nuestro pisar. Antes de dirigirme a la salida, emprendí rumbo hacia la sala de estar.
-¿Están todas allá?.- Hablé, tomando un abrigo que yacía sobre un sofá.
Su voz resonó desde el lobby.
? -Si. Solo faltamos nosotros.- Asentí, volviendo a su lado.
No tomó mucho tiempo para que nos hallaramos en la acera, mucho más fugaz fue el tiempo que nos tomó vernos dentro de aquel vehículo. Una vez allí, nos hallamos surfeando las transitorias calles que guiaban nuestro rumbo, calles que eran adornadas por farolas, por personas.
Suspire, recostandome sobre aquella ventanilla, observando la velocidad en que aquellas luces hogareñas transcurrián ante mis ojos.
? -¿Sabes?- Habló, ganándose mi atención. -Luces fantástica.
Sonreí, sentándome erguida.
-¿Que hay de ti?- Comenté, volteando en mi asiento para mirarlo fijo. -Esas cadenas te hacen todo un chico malo.
Una risilla escapó de sus labios. Admiraba la capacidad que tenía para manejar y poder entablar una conversación a la vez, me sería imposible no estrellar el vehículo en su lugar.
? -Hablaba en serio.- Comentó, aún con aquella sonrisa en su rostro.
Asentí, volviendo a recostarme en mi asiento.
-Tambien lo hacía, Diego.
"Tok"
Suspire, bajando de aquel vehículo, adentrándome en aquel patio delantero. Todo parecía tan tranquilo, tan acogedor, tan distinto.
-¿No nos equivocamos de lugar?.- Comenté, ganandome una risa de su parte.
Me detuve en la puerta de aquel hogar, volteando para observar a Diego venir a mi encuentro.