Su miradas iba y volvía alrededor de mi rostro, de manera lenta y cuidadosa, buscando no olvidar ni pasar por alto cualquier mínimo detalle. Tome aire de manera disimulada, intentando calmar las incontrolables sensaciones que rondaban en mi estómago.Al ver la manera en que levantaba una de sus cejas decidí hablar, no quería levantar más sospechas.
-Y-Y...- Trague saliva de manera nerviosa. Buscando que aquel nudo atado a mi garganta desapareciera. -Yo...
Antes de que pudiera emitir alguna palabra coherente Bea irrumpió.
Bea -¡Iré a traer bebidas!- Exclamó poniéndose de pie. Ambas la miramos confundidas, provocando así que se sonrojara violentamente. -Traere bebidas, necesito caminar un poco. ¿Me acompañas, Miller?.
Algo confundida Danielle se recostó en su asiento.
Dan -Pero... estoy hablando con ella.- Comentó a Bea.
Vi de manera nerviosa a Bea, esperaba que pudiese ayudarme en aquella situación.
Bea -Yo...- Me miró de reojo -Yo necesitaré ayuda para traer las bebidas.
A pesar de no estar del todo conforme con aquella respuesta Danielle asintió lentamente. Olvidando así el tema anteriormente propuesto en la mesa.
-Yo... Claro.- Contesté rápidamente, estaba curiosa por saber si aquello era cierto. Aún así, un alivio recorrio mi espalda al haber evadido aquel tema. -Vamos.
Me puse de pie para seguir el rumbo que Bea marcase, acción que no tardó demasiado en realizar. Entre torpes pasos fuimos abriéndonos camino, recibiendo empujones por las diversas rondas que se encontraban bebiendo allí, rondas conformadas por personas que se encontraban dialogando de pie. Grupos que seguramente ya estarían ebrios.
Bea -Mierda...- Soltó a medio camino para luego frenar su paso. Fue casi inaudible debido a la fuerte música que se oía una vez te sumergías en aquella sala. Me detuve al verla tomar otro rumbo, rumbo muy distinto al previamente establecido. -¡Ven, por aquí!.
-¡¿Bea?!.- Grité para que me oyera.
Ella volteó rápidamente al oírme.
Bea -¡Es por aquí!.- Sonrío nerviosa mientras señalaba con su mano el rumbo nuevo.
Asentí algo confundida a su respuesta.
-¡Pero...- Me interrumpió un muchacho que pasaba entre medio de nosotras.
? -Lo siento, necesito pasar. Gracias.- Murmuró una vez pudo pasar.
Miré a Beá con una mueca de impresión, ella tapó sus labios con una mano mientras reía. Aquello me pareció tierno.
Bea -¡Ven!.- Fue todo lo que dijo para proceder a tomar mi mano y guiarme a través de la muchedumbre. Alejándonos así de nuestro destino.
Bastaron unos minutos para que reconociera el lugar en el que estábamos, el patio trasero de Danielle.
-¿Que hacemos aquí?.- Hablé confundida, cerrando la puerta a mis espaldas.
Bea -Solo cállate y sígueme.
Fue todo lo que dijo para luego empezar a rodear la casa, atravesando un pasillo bastante estrecho, veía la manera cautelosa en que se adentraba en aquel lugar, moviendo sus pies de manera coordinada, procurando no pisar las rosas que se encontraban rodeando el suelo de dicho lugar. Rápidamente imite su acción, adentrandome en aquel oscuro camino.