CAPITULO 3 ENCUENTRO.

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Una noche que salió Carla tarde del consultorio, se llevó la sorpresa de ver juntos a su novio y padre platicando, Carla al verlos se puso muy pálida, se acercó a ellos y saludó a su padre.

— Hola papá, buenas noches. No volteó a ver a Raymond, éste pudo ver el nerviosismo de Carlita y no quiso ponerla en aprietos.

— Buenas noches doctora Carla, mi madre está agradecida por sus atenciones, se ha sentido mucho mejor con sus recomendaciones.

— Es mi trabajo señor Steele, me agrada saber que sigue al pie de la letra mis recomendaciones, permítame presentarle a mi padre.

— Que chiquito es el mundo doctora Carla, yo platicando con el señor sin saber quién era.

— Si hija, el joven me comenta que viene por su novia todas las noches, le digo que ya no hay caballeros que se toman la molestia de venir por sus novias, ahora ellas se van solas o se quedan de ver en lugares distintos, eso lo veo y oigo a diario en mi trabajo.

— Padre, nos podemos ir, me duele un poco la cabeza, hoy tuve mucho trabajo y quisiera descansar.

— Claro hija, tu abuela quiere venir a verte al hospital, últimamente no se ha sentido bien y venía precisamente a pedirte si le haces un espacio para atenderla.

— Claro papá, permíteme ver la agenda del consultorio, así podrás informarle que día puede venir, para que la traigas a la consulta de la noche, ahorita te digo el día.

Carla entró al consultorio con los nervios de punta, por la actitud de su padre, no parecía que Raymond le haya dicho quién era su novia. Sacó la agenda y le dio la cita a su padre para el día siguiente a las siete de la noche, el padre estaba muy contento de tener un espacio cerca. Raymond no se quiso ir hasta ver que su linda novia y su suegro se fueran del hospital.

— Fue un placer conocerlo joven Steele, espero no tarde mucho su novia en salir.

— Mi novia es igual que su hija señor May, hasta que termina de atender su último paciente, no sale, pero ya no ha de tardar, se lo aseguro, espero verlo seguido por aquí, me agradó conocerlo y conversar con usted.

— Es muy difícil para mí venir por mi hija, ya que sus horarios son variados, como puede salir temprano o salir muy tarde como hoy, pero espero tener el gusto de volver verlo.

— Es un honor haberlo conocido señor May, no les quito su tiempo, pasaré al baño antes de que salga mi linda novia, señor May, si no hay inconveniente de su parte, yo podría junto con mi novia, llevar a su hija a su casa, para que no se quede con pendiente de que sale tarde del hospital.

— Vivimos retirado de aquí señor Steele, me agradaría si no hay inconveniente, acompañarla solamente a la parada del autobús.

— Así será señor May, que pasen buenas noches, hasta mañana doctora Carla, con su permiso.

 Raymond se dirigió al pasillo de los sanitarios, mientras Carla y su padre a la salida del hospital, a Carlita le sudaban las manos, pero trataba que su padre no viera su nerviosismo, quería preguntarle sobre qué temas hablaron, pero tenía miedo de que su padre viera el interés sobre la plática entre su novio y él. 

Alejandro no notó el nerviosismo de Carla, ya que pensó que estaba muy cansada del trabajo, gracias a Dios, su padre ya había cenado, por lo que Carlita no tendría que servirle de cenar.

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