CAPÌTULO 12 FORMAR UN HOGAR

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Sin darse cuenta de lo a gusto que estaban los cuatro, Raymond viò que ya eran las once de la noche, Carla les pidió que se quedaran a dormir en la casona, había varias habitaciones disponibles para los invitados, Carla y Raymond pensaron lo mismo, quedarse en la misma habitación y disfrutar nuevamente de su gran amor, sin embargo, Raymond entendió perfectamente que no era el momento para intimidar, haría las cosas como se debieran, le pidió a Carla venir todos los fines de semana para estar con ella y Anastasia, habrá algunas veces que Christian no lo podría acompañar, en virtud de que sus padres no lo dejan todo el tiempo con él.

Carla le diò a escoger a Christian que recámara quería para quedarse, ya que a partir de ese día será su recámara para cuando las visite, al igual que Raymond, no muy del agrado de Raymond pidió la que estaba frente a la de Carla, por ende Christian escogió la que estaba a un costado de la de Anastasia. Lo duro fue despedirse entre Carla y Raymond, sus cuerpos gritaban unirse, pero no iba a pasar mucho tiempo para que estuvieran separados.

Al día siguiente, Carla y Ana se levantaron a la misma hora, como si se hubieran puesto de acuerdo, prepararon el desayuno para sus invitados, cuando bajaron, aún traían las pijamas que les prestaron, Christian traía un pants de Anastasia, al igual Raymond traía un pants de Carla, a Raymond le quedaba exacto, por ende era un poco más alto que Carla, sin embargo, le quedaba bien, Raymond y Christian subieron a los sanitarios para lavarse la cara, manos y boca, regresaron a la gran mesa del comedor, aunque no a ocupaban toda se acomodaron casi cerca cada uno.

Ana hizo el jugo de zanahoria, mientras que Carla preparó huevo con tocino y huevos estrellados, no sabía que comía Christian, pero Ana le comentó que come de todo, también Ana picó fruta, melón, sandía y manzana, la cafetera la puso Carla, aunque había jugo, el café con leche o solo siempre se disfrutaba en esa casa, ya era costumbre para Carla prepararlo.

Terminando de desayunar, Raymond le pidió a Christian que ayudara a lavar la loza y el recogería la mesa, fue preguntando donde se colocaban las cosas que ocuparon, ya que estaba todo colocado en su lugar decidieron salir al pueblo de Edison, Raymond quería conocer dónde estaba la escuela de Anastasia y el hospital donde trabajaba Carla, mientras caminaban en el pueblo, mucha gente observaba a Carla, no tenía mucho de haber enviudado, pero astutamente, Anastasia les presentaba a todos a su papá biológico, no tenía que dar explicaciones, pero comentó algo donde dos de las personas más comunicativas de Edison, correrían a decir lo que Anastasia les dijo:

— Buenos días señoras, Melanie y Amelia, quiero presentarles a mi padre biológico ya mi amigo Christian Grey, mi padre Alexander antes de morir, nos ayudó a encontrar a mi verdadero padre, solo nos pidió buscarlo cuando el ya partiera, y gracias a mi padre Alexander tenemos a mi padre biológico en casa.

— Mucho gusto señoras, me llamo Raymond Steele a sus órdenes.

— Es usted un hombre muy apuesto señor Raymond. Comentó la señora Melanie.

— ¿Eso quiere decir que se llevará a nuestra doctora del pueblo?

— Aún no hemos hablado de ese tema la madre de mi hija y yo.

— Si no es indiscreción señor Steele, ¿A qué se dedica? Pregunto la señora Amelia.

— Soy economista señoras, trabajo en el bufete de mi padre en Seattle.

— Entonces lo estaremos viendo seguido por aquí, por ende tiene que ver a su hija.

— Efectivamente.

LA SOMBRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora