2. El Nuevo

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La mañana de Miriam transcurre sin complicaciones. Un esguince de tobillo, una rotura limpia de cúbito, dos imbéciles a los que había tenido que coser por haberse peleado y poco más.

Poco antes de su hora de comer, Miriam se dirige al box por un aviso; la ambulancia ha traído a una chica que se ha caído de la moto. Cuando llega al Box se encuentra a Óscar, el médico de la ambulancia, quien le explica lo que tiene delante:

-Mujer de 25 años, su moto resbaló por la lluvia, no ha perdido la conciencia en ningún momento y no parece que tenga nada roto.

- De todas formas hay que hacerle unas placas, el golpe que se dio fue bastante fuerte - dijo un tipo con chupa de cuero y casco en el codo.

- Perdone pero no puede estar aquí, por favor salga, le informaré del estado de su amiga en un rato - contestó Miriam.

Óscar al escuchar a aquel tipo puso los ojos en banco y se marchó con el resto de su equipo. Ya había cruzado unas cuantas palabras con ese imbécil en el lugar del accidente.

Lejos de hacer caso a Miriam, el tipo con pinta de chulo se quedó en el box con media sonrisa. Ella, al ver que no se movía le advirtió que llamaría a seguridad si no salía por su propio pie.

- Los de seguridad ya me conocen, me los presentó el jefe hace unos días - dijo aún con la sonrisa en la cara. - Soy Carlos, el nuevo. 

- Pues muy bien, Carlos el nuevo, no puedes estar aquí vestido de calle, además esta chica es mi paciente. Así que sal de aquí y habla con quien tengas que hablar para que te asignen trabajo - Contestó Miriam intentando centrarse en su paciente. 

Carlos, el nuevo, salió del box y se dirigió a los vestuarios, era su primer día y llegaba tarde. Aunque tenía una buena excusa, se había topado con aquel accidente y no iba a pasar de largo. Ya con su nuevo uniforme se dispuso a empezar con su trabajo.

El nuevo era un tipo guapo, muy guapo, alto, rubio, barba de tres días bien arreglada, unos ojazos azules y una sonrisa de infarto. Atrajo muchas miradas en su primer día y eso a el le encantaba.




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