25. HMP

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Miriam pasó la tarde tumbada en el sofá leyendo, hacía mucho frío y no le apetecía nada salir a la calle. Estaba inmersa en la lectura cuando le sonó el móvil, eran las nueve de la noche, se le había pasado la tarde volando. Al mirar la pantalla vio el nombre de Carlos, dudó si cogerlo o no pero finalmente lo cogió, si compañero no tenia la culpa de sus neuras.

-¿No puedes vivir sin mí? . - dijo Miriam al descolgar.

- Exacto, si no te veo me falta el aire.- bromeó su amigo.

Hubo un extraño silencio en el que solo se oían las respiraciones de ambos.

- Bueno y ¿Qué querías?. - dijo Miriam por fin. 

- Saber exactamente en que piso vives.

-¿Como? 

- Vives en el bloque 5, planta 3 ¿verdad? ¿en qué letra?.

- En la C. ¿Para que quieres saberlo?

En ese momento sonó el telefonillo de la casa de Miriam, lo descolgó y escuchó:

- Para que me abras, llevo un rato intentando recordar el piso exacto.

Miriam se quedó pasmada, Carlos estaba allí, estaba subiendo a su casa y ella estaba poniéndose nerviosa ¿Qué hace allí? No quería verlo. Bueno en realidad si quería verlo pero no quería que el notase que quería verlo... Vaya lío tenía en la cabeza. El sonido del timbre la sobresaltó y abrió la puerta encontrándose con la gran sonrisa de su compañero.

- ¡Buenas! - dijo Carlos colándose en la casa. - Después de nuestra última conversación no podía dejar que siguieses cometiendo ese sacrilegio.

- ¿Que? ¿De que sacrilegio hablas? 

- Me dijiste que no la habías visto, eso debe ser delito como poco.- contestó Carlos enseñándole el blu-ray de El Joker.- Así que vengo dispuesto a que hagamos una PMP 

-¿PMP? - preguntó Miriam aún en la puerta.

-Pizza, manta y peli. La pizza no la he traído porque no conozco tus preferencias, ahora la pedimos.

- Ya, se nota que no conoces mis preferencias. - Carlos la miró extrañado por este comentario así que Miriam dijo: - No me gusta la pizza.

- ¿Se puede saber como hemos llegado tu y yo a ser amigos? no te gusta la comida china, la mahonesa, el chorizo ni la pizza, no has visto el joker, ninguna de los vengadores, ni juego de tronos... ¿Qué clase de persona eres? - A Miriam le entró la risa y contagió a su compañero. - ¿Las hamburguesas te gustan?

- Si, las hamburguesas si.

- Vale, bueno pues cambio de planes, tendremos una HMP.

Se sentaron en el sofá y, con el móvil de Carlos, estuvieron mirando donde pedir la cena.

-Vale, a ver ¿cuál quieres?

-La gran big Mac, patatas normales y Coca-Cola, y pídeme otras dos de patatas de extra.

-¿Te vas a comer tres de patatas?

- Normalmente pido 4 pero no quiero abusar, esto lo pagas tu que para eso ha sido idea tuya.

-Jajajajaja vale, a mi también me gusta pedir patatas extras, ¿pido 4 extras y las compartimos?

- Venga. Y pídeme un McFLurry de M&Ms. -Contestó Miriam.

Al cabo de un rato sonó el telefonillo, el repartidor traía todo lo que habían pedido. Carlos pagó la cuenta y lo metió todo en casa. Ya habían preparado la mesilla del salón para cenar mientras veían la película, habían puesto una bandeja para juntar todas las patatas fritas. Miriam metió el postre en la nevera mientras su amigo sacaba el resto y lo ponía sobre la mesa. La noche pintaba bastante bien, ella se propuso alejar de su mente la idea de que le gustaba Carlos y disfrutar de la noche HMP, sin saber que el, por su parte, pensaba estaba haciendo el mismo esfuerzo.

Los títulos de crédito circulaban por la pantalla. Carlos, apagando le tele se dirigió a su amiga:

- ¿Y bien?

- Brutal - a Miriam le había encantado la película, no sabía porque había tardado tanto en verla.

- Te lo dije, no te preocupes, poquito a poco te iré enseñando cine del bueno.- bromeó Carlos.

Se quedaron mirándose a los ojos en silencio. Miriam tenía un cosquilleo en el estómago que no podía controlar y a Carlos se le había acelerado el pulso, tenía unas ganas locas de besarla. En el momento en el que Carlos iba a inclinarse sobre ella Miriam se levantó:

- Los McFLurrys, nos hemos embobado tanto con la peli que se nos ha olvidado, voy a por ellos.- dijo Miriam nerviosa.

Carlos notó algo que no había notado nunca antes con ella, se levantó y se dirigió a la cocina. Cuando Miriam se dio la vuelta con el postre en las manos se topó con su amigo:

- Joder, que susto. - sonrió con nerviosismo.

- Perdona... Miriam, creo que es mejor que me vaya, igual si me quedo hago algo que no debería. 

-¿El que? - preguntó Miriam sabiendo la respuesta.

Carlos se acercó más a su amiga, le puso una mano en el cuello y dirigió su boca a la de Miriam. El beso duró unos segundos, Carlos le quitó los helados de las manos y los devolvió a la nevera, después agarró a Miriam por la cintura y volvió a besarla con aún mas pasión que antes. Acabaron en la cama dejando salir todo lo que habían contenido desde hacía tiempo. Fue una noche mágica para los dos, terminaron quedándose dormidos abrazados. 



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