Carlos se dirigía hacia su coche pensando en lo que acababa de pasar con Miriam cuando al doblar la esquina alguien le dio un empujón y lo tiró al suelo. Al darse la vuelta vio a un tipo más o menos de su edad con cara de enfado.
- ¿Se puede saber que haces? ¿Quién coño eres? - gritó Carlos.
- Deja en paz a mi chica, no quiero volver a verte cerca de ella ¿me oyes? - dijo el tipo con acento inglés antes de meterse en el coche y salir pitando.
Carlos, aún en shock por lo que acababa de pasar se encaminó hacia su coche y se fue a casa.
Al día siguiente Carlos llegó al hospital con todavía enfadado por lo que pasó la noche anterior. Y se dirigió a la sala de descanso donde sabía que estaba Miriam.
- ¿Me puedes explicar que le has contado a tu novio de mí?
Miriam se quedó mirándolo - ¿Perdona? no se de que me hablas ¿Qué novio?
- Pues no se ¿Cuántos novios tienes tu? yo me refiero al que me tiró anoche al suelo después de hablar contigo en la esquina. El inglés ese del esguince.
-¿Se puede saber que pasa aquí? - El jefe había entrado en la sala al escuchar a Carlos enfadado. Lo ultimo que quería era que se repitiese lo de Gustavo y Bel.
A Miriam se le fue todo el color de la cara, Alma que también estaba en la sala, ignorando a su jefe, miró a su amiga muy seria. - Miri tienes que ir a la policía, ese tío ya se está pasando.
- ¿Qué pasa, no es tu novio? - dijo Carlos dejando su enfado a un lado.
- No, no es su novio. Ese capullo lleva desde que salió del hospital acosándola.
- ¿El que te mandaba flores? - quiso saber su jefe.
-¿Y a que esperas para denunciarlo? - preguntó Carlos atónito.
- Lo he intentado ¿vale?, intenté denunciarlo y lo único que conseguí fue que el policía se riera de mí. Me dijo que mandar flores no era delito y que ellos tenían cosas más importantes que hacer.
- Esto es increíble - protestó Carlos
- Hablaré con los de seguridad para que no le permitan pasar por aquí. Miriam si necesitas tomarte unos días libres puedes hacerlo.- le dijo su jefe
- Gracias pero prefiero seguir trabajando, así al menos no le doy vueltas a la cabeza.- contestó ella.
El jefe salió de la sala seguido de Alma quien había recibido un aviso y Carlos y Miriam se quedaron a solas.
- Siento lo que ha pasado.- le dijo Miriam llevándose las manos a la cara.
- No lo sientas, no es culpa tuya. Debes ir otra vez a comisaría, yo puedo acompañarte, les contaré lo que pasó anoche.
Miriam le dijo que lo pensaría y salió de la sala dispuesta a seguir trabajando y no pensar más en ese pirado.
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¡Sigue soñando!
RomanceMiriam es una chica normal, de estatura más bien baja, morena, pelo largo, ojos marrones, divertida, simpática y, cuando quiere y la ocasión lo requiere, un poco borde. Miriam es médico y trabaja en Madrid, se lleva bien con la gran mayoría de sus c...