Taehyung es un joven de 22 años que vive como una persona totalmente normal en un pequeño departamento afuera de los suburbios, aunque todo eso queda atrás después de un suceso qué cambió su vida.
¿Magia tal vez? ¿La aurora boreal? Taehyung al caer...
Después de lo sucedido solamente se limitó a regresar de una manera triste a su casa, ¿pero que estaba pensando?.
Obviamente no le haría caso un omega de tal magnitud, simplemente era perfecto, su caminar, su mirada, su delicadeza, elegancia, su sensualidad, su hermosa voz. Un omega así podría conseguir a cualquier alfa qué deseara ¿por qué elegir a un flacucho, pálido qué ni siquiera pudo decir dos oraciones sin tartamudear?
En eso estuvo pensando todo el día... Ni siquiera se había parado a comer, llevaba encerrado en su habitación desde que regresó de la academia, hasta que llegó su fiel amigo y defensor.
– ¿Por que tienes esa cara de idiota? – señaló el alfa mientras veía a su amigo deprimido recargado en el respaldo de la cama.
– Jódete... eso, eso fue todo...
– ¿De hablas YoonGi?
– Y lo peor es que me pareció malditamente sexy mientras lo decía.
– Me estas asustando, explicate por favor.
YoonGi volteo a ver a su amigo con una mirada desesperanzada y después dramáticamente se tumbó en su cama.
– Fuí de nuevo a tu academía – empezó a explicar – a ver a ese hermoso omega del qué te hable era ahh~ tan divino.
Hoseok río ante la manera de expresarse de el mayor.
– Y fui, y entonces estaba ahí, tan glorioso y yo... tan yo. Y me comporte como todo un estupido débil imbecil.
– ¿Qué le hiciste hijo de la guayaba? — cuestionó con curiosidad.
– No hice nada... nada más que parecer un gran imbecil. – sollozo falsamente.
– Entiendo... ¿Y así de fácil te darás por vencido?
– Yo...
– Eres Min YoonGi, por favor, eres un alfa qué siempre lucha por lo que quiere, siempre da todo de sí, ¿solamente por que te rechazo vas a desistir? ¿Y si realmente es tu destinado y tal vez aún no se da cuenta?
– Y-yo...
– Vamos trata de cortejarlo ¡no te rindas!, yo más que nadie sabe lo que se siente un rechazo, pero te daré un consejo... siempre sigue a tu lobo – Dijo Hobi mientras subía una mano echa puño de manera cómica.
— Tienes... tienes razón iré por el. ¡Cortejare a Park Jimin!
— ¿P-park Jimin? — En que se había metido su amigo. Todo el ánimo que tenía para con su amigo se fue a la mierda.
– ¡Sí! – contesto entusiasta.
— Suerte — pensó – La necesitarás.
– Por cierto– agregó YoonGi cambiando de tema – ¿Iras a ver a Jin por su cumpleaños?
– ¡Claro que si! – cambió su ánimo de pronto – Ahí estará Namie – canturreo feliz.
– ¿Todavía con eso? – murmuro triste, no quería ver a su amigo mal. Pero era tan insistente a veces.
– ¿Qué tiene?.
– Ambos... ambos son alfas Hoseok.
— Ay, ¿no me digas que eres de esos? Me iré si continúas con eso – se trató de levantar ofendido pero lo detuvo YoonGi tomándolo del antebrazo.
– No me importan tus preferencias, pero... ¿No crees que tu lobo podría salir lastimado por no tener un omega?
– Mi lobo esta a gusto cada vez que estoy con Nam, yo creo... Qué el es mi destinado.
– No lo creo – pensó YoonGi.
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– Te lo digo mami sentí que él era el indicado — Un jungkook triste estaba acostado en el regazo de su madre mientras ella le acariciaba su cabello.
– Cariño... ¿qué sentiste? – habló con dulzura, su hijo siempre sería su bebé, ella lo seguía viendo como aquel niño de tres año que lloraba en las noches al tener pesadillas.
– Sentí... cálido en mi pecho, después revolotearon mariposas en mi estomago y-y me sentí muy nervioso, las palmas me empezaron a sudar y me llegó una gran desesperación por que me reconociera. Taehyung... seguro que hoy soñaré con él, es todo un misterio, jamás lo había visto por aquí, y se fue tan rápido como llegó – suspiró mientras cerraba los ojos.
– Cuando conocí a tu padre... yo sentí algo parecido solo que cuando nuestras miradas conectaron ambos lo supimos inmediatamente, después de tres meses nos casamos, todo fue muy rápido. Al año ya te teníamos a ti, llegaste para alegrar nuestras vidas – sonrió recordando viejos momentos – Lo extraño tanto...
– Yo también mamá – sonrió y se acomdo a un lado para poder abrazarla.
– Búscalo, hazte su amigo tal vez el necesita ir despacio y luego te reconocerá. Confía en ti cariño.
– Lucharé por él. Lo traeré la casa para que lo conozcas estoy seguro.
