Taehyung es un joven de 22 años que vive como una persona totalmente normal en un pequeño departamento afuera de los suburbios, aunque todo eso queda atrás después de un suceso qué cambió su vida.
¿Magia tal vez? ¿La aurora boreal? Taehyung al caer...
La vida en Corea del sur es muy demandante para sus residentes pues, desde pequeños tienden a pasar exasperantes horas de arduo estudio en las que solamente los niños, adolescentes y jóvenes buscan una cosa. Ser el mejor.
La vida de nuestro joven protagonista no era muy diferente al resto.
Taehyung un joven de 22 años de edad quien se había sumergido desde corta edad en sus estudios y el trabajo, había empezado a vivir una monotonía agonizante.
Sus padres se separaron cuando el todavía era un infante como les pasó a muchos de sus amigos, por alguna razón los divorcios están de moda, o tal vez es el hecho de que las personas saben que pueden salir adelante sin depender el uno del otro. Y eso Taehyung lo considera bueno. La felicidad siempre es lo que debes de priorizar.
Pero, ¿por que Taehyung no era feliz?.
Tenía una buena vida, vivía en su propio apartamento, era popular, estaba en la carrera de sus sueños, estába en un trabajo haciendo lo que ama, pero sentía que algo no cuadraba en su vida. Como si perteneciera a otro lugar...
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El castaño iba corriendo de la escuela a su lugar de trabajo.
Estaba con un par de amigos justo en el horario de salida platicando tranquilamente, cuando un estrepitoso sonido llego a sus oídos.
Era el sonido de un mensaje, pero conocía muy bien esa casual manera de sonar - era un mensaje de su jefe -.
El cuál, le pedía que se reportará al trabajo lo más pronto posible ya qué necesitaba hablar con él.
Demodo qué Taehyung llegó corriendo en cuestión de veinte minutos a pesar de que su escuela y el trabajo estaban a una distancia considerable, pero debía apresurarse ya qué su jefe tenía fama de estricto y no queria provocarlo.
- Buenas tardes señor Lee, ya estoy aquí. - informó jadeante en el marco de la puerta.
- Tae, que bueno que llegas, adelante toma asiento. - el mayor esperó a que el castaño tomará asiento y prosigio - Me gustaría que filmaras el evento de la aurora boreal, dicen que se presenta en Seúl cada 200 años, es magnífico nuestra revista debe tener las mejores fotografías.
Taehyung suspiró un poco más relajado, se acomodó mejor en su asiento y relajo sus hombros.
- Claro, no habrá problema ¿quiere que la tome desde alguna altura? ¿Alguna locación en específico?.
- Diste en el blanco Kim, por eso eres el elegido para este trabajo - Sonrió con falsa gratitud - Quiero que vayas a hasta la colina olvidada en Busan. Tu sabes que esa aurora es especial, por lo que cruza todo Corea y fácilmente se vera en toda sus extensión.
- Señor - habló el joven de pelo castaño. -¡¿Me esta pidiendo que cruce hasta el otro extremo del país, para tomar una foto que se vería igual de bien que una tomada en el parque de afuera del edificio?!. - preguntó exasperado, pero después continuó más calamado- Y-yo puedo jugar con los efectos, editar algunos edificios o el cableado si le molesta, además puedo buscar un posición o altura en donde se vea la aurora en todo su explendor no creo que sea nece- su jefe azotó sus manos contra el escritorio de su oficina.
- NO KIM, yo quiero una maldita foto, en esa maldita locación, tomada por ti, el día que salga la maldita aurora. Y por eso te pago ¿Lo entiendes?.
Taehyung nunca supo entender por qué su cuerpo siempre reaccionaba mal a los gritos, bajaba la cabeza un poco y se quedaba muy quieto. Su padre en la infancia lo regañaba constantemente diciendo que no sea una persona débil y que así no actuaban los hombres.
Sin embargo Taehyung no pudo más que asentir y acatar las ordenes de su jefe.
Por eso mismo ahora en este instante estaba en carretera dispuesto a pasar cuatro horas de su aburrida vida conduciendo a un lugar a donde ni siquiera quería ir.
Para el colmo estaba atrasado con proyectos de su universidad y si no se daba tiempo para hacer todo, se quedaría sin dinero y reprobaría las materias.
Después de una cantidad considerable de tiempo llegó a su destino. O bueno casi...
Había llegado a Busan pero le faltaba aún llegar a la colina olvidada. Realmente no sabía por qué no la habitaban o hacían construcciones sobre ella. Aunque según dicen es por que tiene magia.
Y ahí se encontraba nuestro joven protagonista apuntó de cambiar su destino.
