Creo Que Me Gusta

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Taehyung salió de la habitación un poco consternado. Jamás se había acercado a un lobo antes y mucho menos a uno que era su amigo.

Namjoon se quedo con Jin en su habitación al parecer era una costumbre de ellos pasar su celo cuidándose y abrazados.

Algo qué le pareció muy tierno a Tae.

– ¿Te aceptó ? – Jungkook estaba sentado en el sofá y se paró de inmediato al ver salir a Tae.

– No lo sé, eso-eso creo.

– ¿Qué sucedió adentro? – llegó a su lado y sin meditarlo puso sus manos en las mejillas del menor. Acunando su rostro.

– Me olfateo y después me lamio – repasaba en su mente la escena una y otra vez.

Pero algo en su interior no se sentía bien.

Sentía algo inexplicable desde la angustia  que paso por Jin ayer.

– Jungkook...

– ¿Si Tae? – lo miro directo a sus ojos. Las pupilas de Jungkook se dilataban cada vez que veía a Tae.

– ¿Un... nido... yo también lo puedo hacer?

Jungkook se asombro por la pregunta pero por dentro se lleno de ternura y amor.

Asintió.

– ¿Tu... me podrías acompañar a mi habitación?

Asustado, helado, asombrado, petrificado, conmocionado, impresionado y todo lo que termine en ado, era lo que definía a Jungkook en este momento.

Una corriente de emociones paso por su columna vertebral. Sería el primer acercamiento qué tendría con Taehyung.
No era secreto para él ni intentaba negar que estaba total y completamente enamorado de Taehyung. Su lobo a cada instante qué pasaba con él le confirmaba ser su pareja. Quería tenerlo, adorarlo amarlo, admirar su belleza todos los días y oír su voz de recién levantado. Soñaba a veces con sentirlo entre sus brazos y el solo hecho de pensar en eso le aceleraba sus latidos. 

– Vamos – Dijo  mientras tomaba la mano de Taehyung y esté lo guiaba a su pieza.

Entraron y cerraron la puerta. Con seguro.

Los dedos de Taehyung cosquilleaban y su mente divagaba en ideas por alguna razón estaba intranquilo.

Su lobo repetía constante...

Alfa, alfa.

Y eso lo hacía desorientarse.

Camino de un lado a otro de la habitación mientras Jungkook sólo lo veía expectante.
En silencio, lo que menos quería era molestarlo. Ya parecía tener un enredo mental.

Casi hacía un hoyo en el piso cuando detuvo su caminar y alzó la vista hacía el alfa.

– Jungkook tu... – se quedo en silencio.

Pero que carajos estoy pensando. Obvio sería raro. No lo digas Taehyung. No lo digas.

– ¿Qué sucede pequeño? – usó un tono tan dulce qué Taehyung sintió más nervios.

No, cállate tonto perro, lobo, coyote lo que seas, no le diré a Jungkook qué...

¿Podrías quitarte la camisa?– preguntó el omega antes de poder cerrar su boca.

MIERDA, pero  Oh Dios, si existes ayúdame y creeré en ti, no quiero que Jungkook piense que soy un demente.

Jungkook se quedó mirando a Taehyung y antes de decir algo el omega rubio volvio a hablar.

– ¡No! Olvida lo que dije, fue una tontería–llevo sus manos a su cara tratando de ocultarse. Lo cual era imposible por que Jungkook lo veía con atención.

Pero después de que acabó de hablar fue una sorpresa para él. Ver como el alfa quitaba su camisa sin decir ni un pero.

Fue una casualidad obvio aún ni creo en ti.

– No tienes que...

– Si Tae lo quiere, Tae lo obtiene – dijo el azabache con una sonrísa cálida. 

Una sonrisa que cautivo por completo  al menor.

Taehyung soltó una risita estúpida.

Puso su cara roja al ver el abdomen de Jeon, era de infarto. Y con la pena del mundo llevo sus manos hacia su propia camisa.

No quería quitarse su ropa pero su lobo le exigía hacerlo.

Quito su playera y Jungkook trago fuerte.

Vamos Jeon piensa en la biblia.

Taehyung con pasos temerosos se acerco a él y le indico sentarse en la cama, puso su camisa en la cama y dobló la frasada a modo de círculo.

Si le preguntaban ni si quiera sabía a ciencia cierta lo que hacía. Sus manos se movían solas.

Antes de tener que decirle, Jungkook quito su pantalón, Tae le  agradeció mentalmente por evitarle la vergüenza de decirle. Y  colocó la prenda también entre las sábanas.

Ambos quedaron en ropa interior y Taehyung subió a la cama con él.

Está de más decir que Jungkook se sentía en las nubes, tenía una sonrisa en su rostro y un brillo en su mirar. ¡Estaba en el nido de un omega! ¡Y no cualquier omega, si no en el nido de Taehyung!.

Una vez todo acomodado y uno a lado del otro, Tae pudo respirar tranquilo.

Sentía que ahora todo estaba bien. Se sentía seguro y sus angustias se habían marchado. Sus ojos se aguaron al entender que le había quitado esa paz a Jin. Una lágrima cayó por su mejilla.

Jungkook lo vio y tomando su barbilla giró su rostro para verlo a los ojos.

– Esta bien Tae, esta bien.

– Y-yo tenía mucho miedo – Reconoció pensando no solo en lo anteriormente vivido, si no en cada situación qué le ha pasado desde que llegó. Ese miedo de no saber su porvenir. Ese qué había estado reteniendo pero pareció irse tan rápido como llegó por que Jungkook lo tomó entre sus brazos. Arrullandolo.

– No tengas miedo pequeño, yo no dejaré que nada te pase.

Ambos sonrieron,  sus corazones se aceleraron y sus miradas se conectaron.

Taehyung tenía algo que venía sintiendo desde hace días.

Sentía una atracción por Jungkook qué ya estaba comenzando a aceptar. Adoraba qué el alfa siempre estuviera cuidandolo y protegiendolo. Y ahora ahí en sus brazos sintiendo el calor que emanaba de su cuerpo y su aroma arroparlo con ímpetu pudo comprender qué tenía unas irremediables ganas de besarlo...

Taehyung de pronto y con timidez dirigió su mirada a esos pequeños y rosados labios. En su mente se preguntaba su sabor...

Jungkook vio la mirada del omega y se puso sumamente nervioso. Pero no se aparto.

Ambos lo deseaban. Estaban ansiosos de ese momento y lo necesitaban.

Y en un segundo... ambos se aproximaron a la distancia suficiente para sentir sus respiraciónes, ahí, solos en la privacidad de su cuarto y el calor de su nido pudieron sentir al otro, rozando sus labios en un fino y delicado beso.

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-sugitta

El Omegaverse ¿QUEE?     KTH & JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora