Taehyung es un joven de 22 años que vive como una persona totalmente normal en un pequeño departamento afuera de los suburbios, aunque todo eso queda atrás después de un suceso qué cambió su vida.
¿Magia tal vez? ¿La aurora boreal? Taehyung al caer...
Mina salió corriendo a toda velocidad de la escuela.
¿Fue su imaginación? ¿Qué hacía Namjoon ahí?.
¿No había dicho su madre qué él no estaba en esta región?.
Y lo más importante... ¿Por que la buscaba después de haberla engañado?.
Su cuerpo temblaba por la incertidumbre y su respiracion erratica denotaba su impresión.
Un dolor en el pecho se colocó dejándole un vacío... ese horrible vacío.
Sentada en la jardinera de su campus debajo de un gran arbol trataba de cortrolarse.
Ya habían pasado muchos años desde que hicieron la marca más de cinco. Por lo que ahora era una cicatriz solamente. Pero... cuando de destinados se trata siempre queda una conexión. Aveces sin siquiera formarla. Es una situación qué los sobrepasa.
Por eso de alarmó cuando sintió en su Interior a su omega. Su lobo Interior comenzó a despertar y a aullar diciendo fuertemente – Alfa, alfa, alfa –.
Hizo un ligero chillido qué preocupó a Mina – Cállate, silencio porfavor. El vendrá –.
Su Interior lo llamaba sin siquiera cuestionarle. Pues ambos se necesitaban.
– Mina – escuchó la peor voz qué uno puede escuchar por la mañana – Tus supresores.
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Ya habían pasado dos días desde que sus celos se habían sincronizado. El alfa ya se encontraba estable pero Taehyung...
– Alfa te amo, te amo, te amo – dejaba besos por toda su cara mientras Jungkook qué lo sostenía de la cintura se reía.
Ambos estaban acostados en la cama. Ya llevaban buen rato ahí. Pues el alfa se encargaba fe satisfacer a su omega cada que se lo pedía.
– También te amo bebé.
Taehyung se subió en su regazo y soltó su aroma. Marcandolo con este. Como si no oliera ya lo suficientemente a él.
– ¿Mucho mucho?.
Jungkook se carcajeo, Taehyung parecía drogado por su nivel de fermonas y exitacion.
Al no recibir respuesta se bajó de su regazo y comenzo a llorar. El azabache se sorprendió.
– Ko-ookie ya no me ama – Lloró mientras de retorcía en en la lateral de la cama.
Jungkook soltó un fuerte suspiro mientras se giraba para ver a Taehyung. – Cariño no digas eso, te amo más que a nada en el mundo.
Taehyung sorbio su nariz mientras hacía un puchero muy marcado – ¿Mucho mucho?.
– Mucho muchísimo – le dejo un beso en la mejilla mientras hacía el ademán de pararse.
Pero fue abruptamente tacleado por Taehyung qué lo lleno de besos.
– Te amo, Mua ~ y dejó un beso en su cuello.
– Bueno bebé, es hora de ir a comer – Jungkook se paró de la cama y trato de levantar a Taehyung. Qué en este momento tenia la resistencia de un fideo cocido.
El omega hizo nuevamente y puchero y una rabieta mientras negaba. – Tae no tiene hambre, Tae solamente quiere comer a Kookie.
– Y me parece adorable mi amor, pero usualmente no recurrimos al canibalismo.
– Taehyung creo... qué tendré que darte un supresor para que te pares.
El rubio bufo y giro los ojos.
Jungkook sacó de su cajón unas pastillas y se las paso a su omega con un vaso de agua.
– ¿Kookie somos novios? – preguntó con simpleza el omega mientras lo veía expectante.
– Supongo que sí...
– Pues que como detallista eres alfa. Ni siquiera me preguntaste – se encogió de hombros mientras tomaba la pastilla que le daba el mayor.
Jungkook se quedo un momento pensando en que era completamente cierto, ¿debería hacer algo especial?
Aúnque sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando otro comentario de el rubio le llamó la atención.
– Odio estas pastillas – susurro – Mamá me hacía tomarlas desde muy chico.
Jungkook se quedo confundido... ¿No era Taehyung de otra realidad?.
– ¿Estas pastillas?
– Si, a los doce años enfermé y me dieron estas pastillas, de hecho las seguía consumiendo tengo un paquete en la casa.
