El Omegaverse ¿QUEE? KTH & JJK

Nam

Era hora de ir a trabajar, después de pasar toda la noche viendo películas solamente para matar el tiempo tenía una ojeras muy marcadas debajo de sus ojos

Su segundo trabajó era  como policía, para muchos el policía más sexi de todo Busan.

Había entrado a la escuela de policías cuando era un adolescente y después de años de recibirse ahora trabajaba como oficial. Era muy bueno para él tener un trabajo con el cual sentirse útil . Así podía ayudar a la gente y hacer el bien.

Pero hoy se sentía muy cansado, desde hace días se sentía así. Por lo cual, se tomó un café bien cargado para iniciar su jornada laboral.

Estaba en su patrulla vigilando la zona.
Ya pasaban las siete de la noche y era casi momento de ir a casa.

Solamente quería llegar y acostarse.

Solo llegar y relajarse...

El turno fue algo pezado, había un reporte de olor a gasolina afuera de una escuela. Al parecer algunos se quisieron hacer los villanos tratando de incendiarla. Algo qué hizo cuestionar a Nam ¿Tanto odiaran la escuela?.

Después de mandar a los bomberos para que revisaran el área y se hicieran cargo. Hubo otro reporte en su radio. Pero ahora indicaba un asalto a un restaurante en el centro de la ciudad. Sus sentidos se pusieron alerta al pensar en su hermano. Pero después se tranquilizó al percatarse de que no había sido el afectado.

Todo el día idas y vueltas, asaltos, robos y persecuciónes. Pero era una  profesión qué escogió.

Ahora solo quedaban unos minutos para dejar su turno.

Solamente pensaba en su cama caliente, y una buena taza de chocolate caliente con exactamente cinco bombones.

O eso pensaba hasta que...

Llamada entrante : Hoseok.

– ¿Hoseok?

– ¡Namie! - su tono sumamente alegre contrastaba con el cansancio de Nam.

– ¿Qué pasa?

– Tiene que pasar algo para llamar a mi amigo alfa favorito~

– Me sentiría halagado si tu otro amigo no fuera el amargado de YoonGi.

– Eres muuy gracioso Nam - exageró el "muy".

– Hobi enserio estoy cansado yo apenas voy para la casa y–

– ¿Vas para tu casa? – indagó – ¿Qué te parece si llevó algunas palomitas para ver películas?.

Namjoon suspiro.

– Vale, te espero.

Colgó la llamada y azotó su cabeza contra el volate  del carro haciendo sonar el claxon en el proceso.

Llegó a su casa. Todo estaba en penumbras, prendió la iluminación y comenzó a organizar todo para la llegada de el castaño.
Hoseok iba a su casa siempre qué podía, casi siempre ponia  excusas ridículas como qué le abriera un frasco de mayonesa o a veces simplemente le decía abiertamente "quiero verte".

A Namjoon no le desagrada su compañía, Hobi era completamente una maravillosa persona una masita de luz, pero era su amigo y solamente eso. Él estaba consciente de sus sentimientos pero al mismo tiempo siempre le había puesto ciertos límites.

Cuando jóvenes habían pasado mucha parte de su adolescencia juntos. Siempre eran los tres, Namjoon, Jin y Hoseok.
Cuando estaba uno estaba el otro.

Desde que se presentaron como alfa y omega, Jin y Namjoon, les sucedió algo que solamente le pasa a la familia cuando es muy unida. Tuvieron periodos de sincronizacion. Por lo que desde chicos cuando les llega el celo les llega al mismo tiempo. Su madre al ser una omega muy protectora cuando estaban en época de celo no los deja juntarse con nadie ni mucho menos salir. Por lo que Hoseok jamás los había tratado en tan delicado momento.

Llegó con su deslumbrante energía queriendo  poner películas y pasar un agradable momento con su querido amigo.

– No sabía si traer palomitas picantes o dulces así que traje las dos.

– Gracias Hoseok, ponlas en el tazón.

Se había dispuesto a sentarse en el sillón cuando le llegó un dolor muy fuerte en su vientre. Había estado cansado y con mal humor estos días, viendo la fecha en su calendario maldijo, ahora todo embonaba.

Mierda.

El alfa castaño estaba viendo la película cuando sintió un olor muy fuerte a libros viejos.

Olor qué lo hizo alejarse. Su lobo gruño.

Se removió incomodo en el  asiento mientras veía a Namjoon hacer muecas de dolor.

– ¿Sucede algo Nam? – inquiro preocupado.

– Hoseok necesito que te vayas.

El olor se hizo más fuerte ahora percibiendo su segundo aroma a pino, del mismo modo se trato de alejar un poco más.

– ¿Qué te sucede?

– Hobi es... mi celo y-yo necesito estar solo.

Eso desconcertó a el alfa, si bien jamás había estado con él en un momento así, al finalizarlo siempre iba a su casa y lo encontraba rodeado de un olor dulce.
Qué le fascinaba.

– ¿P-pero tu olor no era algo dulce?

Namjoon frunció el ceño.

– Soy un maldito alfa, no se que hablas.

– Eso, eso lo sé pero siempre haz tenido ese olor dulce en ti.

Namjoon se flexióno por el dolor mientras buscaba medicamento.

– Era Jin, siempre ha sido Jin, tenemos el celo al mismo tiempo. Siempre dormimos abrazados por que nuestros lobos aman el calor familiar. – suspiro agotado - Mierda debo de c-cuidar a Jin también estará en celo ahora.

Algo en el interior de Hoseok se removió al escuchar eso. ¿Jin en celo? ¿Ese olor dulce siempre ha sido de Jin? ¿Por que mierda jamás lo había notado?.

Para los hermanos era más fácil cubrirse del aroma del otro. Así evitaban sustos. Y Namjoon siempre iba a marcar la ropa de Jin para que ningun alfa se le acercará, claro a petición del omega.

– Quedate aquí descansando Namjoon, yo puedo cuidar a Jin – habló de buena fe.

–¿ Crees que nací ayer? No te acercaras a mi  hermano en seis días– tomó un vaso de agua para pasarse el supresor – Y enserio necesito que te vayas yo necesito estar solo.

– Pero Nam, yo puedo solamente hacerte compañía. O si quieres – trago fuerte para pronunciar– puedes buscar una omega qué este dispuesta a–

– No.

Namjoon tenía una cara de frustracion contenida, si el supresor no ayudaba tendría que recurrir a los sedantes, de nuevo.

– Es peligroso que te contengas, puedes buscar una omega o un–

– ¡NO! – habló con su grave voz de mando.

Hoseok dio un paso para atrás y mostró sus caninos.

– Por que siempre eres tan arisco con ese tema. No tiene nada de malo – reclamó mientras se alistaba para irse.

Pero lo que su amigo confesó lo dejo helado.

– Mi destinado murió... Yo no quiero a nadie más.