Nefelibata

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Habían dormido ya por horas y seguían en el departamento de Jungkook, habían sido estos días los mejores de su vida.

Hay muchas maneras de amar. Pero Jungkook y Taehyung estaban seguros de sentirlas todas.

Jungkook en este momento estaba rebosante de alegría. Desde pequeño vivió con la idea de que él amor era una mentíra. Sobre todo por aquella vez en la qué su padre no volvió y abandono a su familia. Por años había tratado de creer que se fue por causas mayores.  Tal vez había tenido un accidente y no pudo regresar a su casa. Fueron muchas noches las que miraba el cielo espenado encontrar a su padre en las estrellas. Aunque sea en las estrellas ya qué era difícil tratar de entender que el lugar en la mesa de la casa lo dejo vacío por que quiso y no por azares del destino. No por que no los quisiera. Aunque así fue.

Muchas navidades después cuando su madre tuvo una de sus tantas recaídas el joven Jungkook estaba por las calles de la ciudad tratando de encontrar el medicamento que le recetaron a su progenitora. Mientras corría de tienda en tienda, sudado por el esfuerzo y muerto de cansancio lo vio... . Su padre estaba sentado en la mesa de un fino restaurante, comiendo con una gran sonrisa mientras frente a el se encontraba una mujer de alta elegancia. En sus piernas dormía un cachorro de apenas unos meses de nacido.

Jungkook no lloró, no pudo hacer otra cosa más que entrar y dirigirse hacía él. Los ojos de terror del padre a ver a su hijo, su copia idéntica, con sudor y al parecer hambre caminar directamente a su mesa mientras apretaba fuertemente sus mandíbula.  Esperaba un golpe, que pidiera dinero o le pidiera volver.

Pero sus palabras fueron claras y concisas :
- Espero que tengas una larga vida para  te pudras con el peso de tus decisiones.  Por que todo se devolverá estoy seguro, y cuanto tu familia te abandone  puedas sentir lo que sintió mi madre.

Y salió de ahí tan pronto como llegó. Jamás le dijo a su madre qué lo vio en aquel restaurante. Solo se enfocó en ayudarla en salir adelante. Pero por más que trato su madre ya nunca pudo encontrar a nadie más, razón principal por la qué aquel día llego a la conclusión de que él amor era simplemente una fascinación momentánea cargada con atracción física y tensión sexual qué se termina con el paso del tiempo.

Hasta que lo conoció, Kim Taehyung un angel, en todo su explendor, inocencia, lujuria, picardia, respeto, y amistad todo en una persona. Estaba enamorado, muy enamorado.

Y entonces todas esas palabras de amor, los poemas y las canciones cobraron sentido. Por que todo giraba alrededor de él. Por que su lobo estaba a su merced.
Solo esperaba que todo saliera bien siempre.

Por su parte el nuevo omega tampoco tenía un historial de abundante cariño.
Sabía que sus padres lo habían adoptado simple y sencillamente por la novedad de tener un niño en sus brazos. Estuvo con ellos casi desde que nació y toda su infancia fue buena. El problema radicó cuando creció. Y sus facciones se tornaron duras en lugar de sus antiguas tiernas y delicadas, cuando ya llegaba a el hombro de su padre fue cuando decidieron qué no lo abrazarían más.  Las noches de juegos familiares, de canciones para dormir y besos de buenas noches se acabaron. 

Tal vez es por eso que tan desesperadamente buscó el amor que no le daban en casa. Y sin conocimiento de la vida lo encontró en la cama de otro hombre.  De el primer chico que le dijo las palabras que necesitaba oír. Del primero que volvió a darle el calor de un abrazo.  De el único que en ese momento le decía un te quiero.  Por eso Kim se adentro en una relación con una persona que le arrebasaba cinco años de edad. Cuando el solo tenía quince años. Por que todo era color de rosas y lindas mariposas. 

No es que fuera adicto al sexo como el lo hace ver. El no es ningún sátiro. Pero le gustaba la sensación de sentirse querido. Le gustaba cuando podía hacer feliz a alguien más aunque sea a costa de su cuerpo. Con tal de mantenerlo ahí. Por que cuando estaba en la cúspide del placer por un momento solo un segundo, cuando la satisfacción llegaba al límite, podía olvidar sus problemas y su horrible vida, y enfocarse solamente en sensaciones. Tan efímeras como sus amores.

Por eso cuando aquel hombre lo engaño con una compañera de su trabajo entendió que no puedes retener a alguien a tu lado.
Es por eso que decidió por el momento no sufrir, no entregar, no amar sin ser merecido.

Hasta que conoció a un lindo chico azabache. Con tierna sonrisa y sofocante sensualidad. 

Aquel que ayudo a que no se rindiera.  Y el mostró lo lindo que puede ser correspondido.

Aquel que cuidaría a capa y espada de todos los males.

Por que para Taehyung lo más importante es el amor.





– ¿A donde iremos? – preguntó el rubio mientras caminaban tomados de la mano.

Jungkook sonrió por verlo tan feliz a su lado – Realmente no tenía nada en mente solamente aproveche que te tenía conmigo para presumirte a los demás.

– Eres un tonto – respondió sonrojandose.

– Siempre lo he sido pero mas por ti – se detuvo para dejar un beso entre sus labios abultados.

– Sabes deberíamos ir a ver a mimi, quiero saber como se encuentra– salto inquieto en su lugar– Si~ porfavor ~.

– Mmh... solo si me das un buen beso aquí en frente de todos– responde Jungkook señalando la plaza en donde estaban. 

Taehyung sonríe ladino y cruza los brazos sobre los hombros del mayor. Para iniciar un fogoso beso en medio de el parque.

– Te amo– menciona Jungkook en medio del beso.

– Me encantas– responde Taehyung para continuar sintiéndo esos labios.

Pasando en un automovil, a lado de la avenida principal. Los observaban unas personas atentas.

– Ya es tiempo Mina.  Lo harás ya.

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Cada vez que lees un capitulo sin dejar un comentario al menos. Una hada muere.
No lo digo yo, lo dice la ciencia.

-Sugitta

El Omegaverse ¿QUEE?     KTH & JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora