Taehyung es un joven de 22 años que vive como una persona totalmente normal en un pequeño departamento afuera de los suburbios, aunque todo eso queda atrás después de un suceso qué cambió su vida.
¿Magia tal vez? ¿La aurora boreal? Taehyung al caer...
El cúmulo de sentimientos qué llegaban como ordas lastimeras a su corazón lo dejaron completamente desolado y con gran dolor.
De pronto se sintió tan insuficiente. Llegaron pensamientos qué trato de detener pero siendo sincero consigo mismo nunca iba a ser como su hermano. Ése qué tanto le gustaba a Hoseok. Nunca tendría su aroma, ni mucho menos su fuerza, su sentido de fortaleza ni su hermosa piel bronceada.
El era un simple omega débil, que dependía de otro para su protección. Qué a veces llegaba a tanto su tristeza que se tenía que refugiar en un refugio imaginario del cual no quería salir.
Mucho menos ahora que sabía cuan desastroso podían salir las cosas si se dejaba guiar por sus sentimientos. Pero... no podía evitarlo. Era un humano que solo quería amor y un lobo qué solo quería protección.
Cegado por el calor del momento se dejo envolver por falsas promesas y efímeras sensaciones. Y ahora creía que ya eran demasiadas calamidades juntas. Trato de pararse pero sus piernas sin fuerza y sin ganas lo hicieron caer de nuevo por lo que simplemente quedo ahí hecho una bolita tristeza.
La puerta de la entrada fue abierta despacio y tras ella, estaba Hoseok.
Tenía unas bolsas de compras en sus manos pero cuando vio a Jin en el suelo llorando las dejo caer para correr a ayudarlo.
– ¿Q-que tienes Jin? ¿Necesitas ir a al hospital? ¿Ayer te lastime? – la manos de Hobi temblaban ante los nervios.
Jin comenzó a llorar al ver la atenciones qué tenían el alfa con él.
– Pensé que te habías ido – dijo entre sollozos – Desperté y no estabas....
Hoseok lo tomó en brazos y lo acurruco contra su pecho mientras liberaba su aroma y le daba besos en la cabeza. Sintió una opresión en el pecho de saber que Jin estaba llorando por su culpa otra vez..
– Lo siento... quería preparar un desayuno para cuando despertarás y te vi tan dormido que no pensé... Perdoname Jin.
Jin se sujeto fuertemente a su cintura y suspiro cuando se sintió protegido.
– No... lo siento no debí actuar tan precipitado. Es solo que creí... qué te habías arrepentido.
Hoseok nego fervientemente con su cabeza y lo atrajo para que sus labios se encontrarán en una demostración de sus sentimientos. Un beso húmedo lleno de ambos. Qué les hizo soltar lagrimas de consolación.
Fue en ese momento qué Hoseok se dio cuenta que tendrían qué luchar contra aquello qué el mismo creó en Jin desde hace años.
Inseguridades.
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