Capítulo 2

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"Joel Pimentel"

Mi cuerpo se pone automáticamente tenso, tenso y cagado de miedo. Ese idiota no puede ser el tal Pimentel que siembra el terror por donde va, el mismo tipo que tiene toda la ciudad bajo su puño, no porque sea una vil rata destripadora de personas pero si por ser un jodido magnate, millonario, dueño de cada club, de cada casa de apuestas, de cada bar de este jodido pueblo del demonio y por si fuera poco, posee una oscura adicción por el "bajo mundo" en el que yo vivo.

-¿Qué? -Cuestiono boquiabierto, pasando de estar ebrio a tener todos mis sentidos alerta, es muy malo que haya sucedido lo anterior, muy malo.

-Eso...¡Dios Erick! No sabes lo que pudo suceder, ese tipo es bien conocido por joder a todo el que se ponga en su camino y siempre salir limpio, corriste con suerte.

-Chris...yo no sabía que era él, ni siquiera podía imaginarlo.

-Eso lo se, quiero pensar que tu estupidez está por debajo de los límites permitidos pero Erick...ya te vió, espero que no lo encontremos nunca más porque vi su mirada y se que te reconocería en cualquier lado si te viera. -Dobla en la esquina que lleva a la avenida en la que está nuestro apartamento, notoriamente nervioso, yo estoy cagado, cagado como nunca antes.

-¿Qué dices? Solo fueron dos minutos, no puede haberse fijado tanto. -Recuerdo el tono frío que utilizó para decir que rompería mi cara y todo yo me vuelvo de gelatina.

-Vi como te miraba, te digo que no olvidará tu cara. -"Princesa, cara de muñeca". Sus palabras taladrando mi cráneo como barrenas de concreto.

-¿Cómo... cómo me miraba? -Quise saber, no soy un tipo cobarde para nada pero ese hombre tenía un pasado y un presente que lo posicionaban en lo más alto de la lista de las personas con las que no me gustaría tener problemas ni ahora ni en un futuro.

-No lo se, fue extraño.

-¿Extraño? -Un giro a la derecha y pude vislumbrar el alto y bonito edificio donde vivíamos, de repente sentía deseos de llegar a casa y meterme en la cama para no volver a salir.

-Si...como...no lo se, como si tu cara le pareciera atractiva. A pesar de escucharse rudo y amenazar con golpearte, los ojos le brillaban como si fueras una presa. Eso...como si fueras una presa y él el depredador.

Después de eso no hablamos más, cada uno se fue a su habitación y no se Chris pero yo todavía pensaba en lo que había sucedido y sobre todo, en las palabras de mi mejor amigo. Caminé a la ducha para limpiarme el cuerpo y tratar de relajar la tensión que se había acumulado en la última hora. No soy el tipo de persona que da vueltas sobre el mismo asunto, siempre me sacudo los problemas como si fueran polvo pero por alguna razón, ser visto como presa de Pimentel, me ponía jodidamente inquieto.

Cuando apagué el agua caliente y me envolví en mi toalla, me lancé a la cama cual saco de papas, recién comenzaban a brotar las secuelas de las noches desmedidas pasadas. Cerré los ojos tratando de dormir, era tarde y aunque no tenía nada que hacer al levantarme, debía recuperar algunas horas de sueño. Me tapé hasta los hombros, me gustaba mucho mantener la temperatura del apartamento baja pero justo ahora, la sangre se me helaba en las venas. Al parecer, dormir no estaba en lo permitido hoy, esta iba a ser una larga noche.

Al menos dos horas habían pasado desde que me dejé caer en la cama, lo podía deducir por el ligero pero notorio cambio en la iluminación exterior. Mis ojos ardían del cansancio acumulado y tenía la garganta horriblemente seca, el exceso de alcohol siempre me dejaba una sensación rasposa. Todo el tiempo que llevo acostado, lo he pasado rememorando el encuentro con ese bastardo, pensando a detalle en lo que Chris me dijo pero yo estaba borracho, tan borracho que en lugar de golpearlo, caí al suelo como idiota y no era capaz de recordar más que su amenaza fría y su cara odiosamente hermosa.

-¿Estás pendejo, Brian?

Me regañé a mí mismo por pensar que el rostro del hijo de puta más grande de toda la ciudad era hermoso, tenía que pensar que no iba a volver a verlo nunca, que había sido un muy mal momento pero que solo fue casual, había vivido aquí desde los veinte años, llevaba cinco ya establecido en este lugar y solo esta noche me topé con él, era solo eso...una desagradable coincidencia. Sacudí mis pensamientos y me acomodé, quería dormir para quitarme la incomodidad causada por esos dos jodidos minutos.

***

-Buenas noches dormilón. -Cuando bajé a la cocina por algo frío de beber, la voz cantarina de Chris, taladró mis tímpanos, no era de noche, eran solo las tres de la tarde.

-No seas exagerado, no pegué un ojo en toda la noche, estoy hecho mierda. -Caminé sin fuerzas, la realidad era que no dormí ni cuatro horas seguidas, cada vez que estaba a punto de quedar rendido, la voz de ese tipo se colaba en mi cabeza.

-¿Y eso por qué? ¿Te sentías mal? -Él realmente luce inocente, preocupado y no se si golpearlo por idiota o tener lástima de su falta de cerebro.

-¿Estás de joda?

-¿Por qué?

-Por nada, claro que me sentía mal, me bebí todo lo que encontré a mi paso y me dolía la cabeza. -Opté por darle la excusa más creíble viniendo de mí, a pesar de lo que me había dicho, él parecía haber olvidado lo sucedido.

-Eso pasa porque no te cuidas, te lo digo siempre, tienes que tratar de cam...

-No empieces otra vez, siempre es lo mismo, Christopher. Deja ya de ser mi mamá, vivo de la forma que quiero, no sigas con eso. -Me irritaba tanto su sobreprotección, no era un jodido bebé, tenía veinticinco putos años.

-A veces me pregunto por que sigo siendo tu amigo. -No supe si lo decía en serio o solo para hacerme sentir mal pero yo no estaba de humor para sus tonterías.

-Pues si tantas dudas tienes...¿Por qué no te vas a vivir con la jirafa de tu noviecito? -Mi tono había salido mucho más duro de lo que tenía pensado, vi como la tristeza se coló en sus ojos y me hizo sentir mal pero yo había tenido una noche horrible, en parte por su culpa y no estaba dispuesto a recibir un discurso.

-¿Sabes algo? Voy a decirte un par de cosas y quiero que te las grabes bien. Si lo que querías era hacerme sentir mal pues lo lograste, a fin de cuentas, eres un experto en eso pero no voy a permitir que me afecte más de lo que debe porque si estoy aquí es porque soy tu amigo y te quiero y pienso que estas desperdiciando tu juventud. No me he ido con Zabdiel porque si te dejo solo, vas a convertirte en una mierda más grande y aunque no te guste que trate de cuidarte, se que sientes que estoy aquí para tí pero está bien, Erick, tú ganas, voy a irme con él porque lleva más de un año pidiéndomelo y se lo he negado por tí. Hoy mismo me iré con él, yo intenté, intenté cada día sacarte de ese mundo pero no puedo obligarte si no quieres. Solo recuerda lo que te dije ayer, tú vas a cambiar cuando encuentres a uno peor que tú, uno que te use como usas a todos y cuando estés bien jodido y enamorado y veas que no eres más que otro agujero para meter la polla, es cuando vas a entender que desperdiciaste tu vida. Recuérdalo...siempre hay uno peor que tú y ese es el que va a poner tu mundo de cabeza, para bien o para mal.

Yo estaba sin capacidad de reacción y por algún motivo desconocido, la imagen de un tal Pimentel...se pegó a mi cabeza.

Quien solía ser ll JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora