Capítulo 25

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Erick

-Solo dime que es una broma. ¡Dime que es una puta broma, Erick!

-No lo es, siento haberlo ocultado tanto tiempo pero...

-¿Lo sientes? ¿Qué sientes? ¿Haberme tratado como imbécil? ¿Haberme engañado? ¿Qué jodidos es lo que sientes?

-No te pongas así por favor.

-¿Y cómo quieres que me ponga? Jugaste conmigo, me mentiste a la cara, tuviste cinco meses para contarme. ¿Y ahora vienes y me dices que no me ponga así? Eres un jodido estúpido y no voy a perdonarte esto, nunca.

Sabía que esta sería una tarea difícil, había esperado mucho tiempo para contarle y conociendo como era, no podía esperar algo diferente pero tenía que intentarlo. Él se fue sin mirar atrás y se llevó consigo parte de mi corazón, realmente dolía escuchar sus palabras y aunque lo esperaba, no estaba preparado para que doliera tanto. Dejé algunos billetes sobre la mesa y me levanté con deseos de desaparecer de ese restaurante. Caminé hasta mi auto y me dirigí a mi apartamento como un autómata, sin nada más que dolor invadiendo mi pecho.

El camino fue horrible, llovía a cántaros y estaba frío, ni la calefacción al máximo logró disminuir el hielo en mi corazón. Necesitaba llegar pronto, encerrarme en las paredes de mi habitación y dormir durante horas, despertar cuando el dolor se haya ido y tratar de recuperar lo que he perdido aunque se que lastimosamente, esto es una realidad y solo desear que no fuera así, no va a desaparecer el problema. Al fin estaciono y bajo del auto con la misma falta de energía, camino bajo la lluvia hasta el ascensor, sin mirar a nadie, sin importarme nada más que las ganas de llegar y desaparecer.

-¿Cómo te fue?

Y es en ese momento, ese preciso momento en que escucho su voz, cuando todo el dolor se esfuma. Verlo ahí sentado, con su mirada preocupada y su cabello despeinado, con su pijama aún sobre su cuerpo y esa pequeña sonrisa comprensiva en sus labios, hace que todo lo demás desaparezca y solo quiera estar a su lado. Abre los brazos para mí y corro hasta ser envuelto por ellos, su aroma me calma al instante y aunque mis lágrimas son inevitables, se que volvería a elgirlo todas las veces que sean necesarias.

-Él... él fue muy rudo.

-¿Qué sucedió? -Su mano acariciando mi espalda, el tacto perfecto para aguantar el dolor.

-Le conté y...me llamó de formas horribles.

-¿Qué te dijo?

-Me dijo mentiroso, que le oculté todo durante estos meses, dijo...dijo que no me perdonaría jamás. -No pude envitar el sollozo, recordar a mi mejor amigo diciendo que nunca me perdonaría, no era algo agradable.

-Tranquila princesa, todo va a estar bien.

-No...no va a estar bien.

-Lo estará, solo está dolido porque no le contaste pero cuando pasen los días, él va a entender. Es tu mejor amigo y te quiere, verás que va a comprender.

-¿Y si no lo hace?

-Lo hará, dale tiempo. Es muy entendible que se haya puesto así, se que todos piensan que soy un asesino en serie o algo parecido. Él solamente se preocupa por tí, él pensaba que yo quería hacerte daño y si lo hice, te hice daño, así que entiendo su reacción.

-No digas eso otra vez, ha pasado mucho tiempo y yo te perdoné, nadie tiene que saber que pasó.

-Lo se pero piensa en eso para que comprendas a tu amigo.

-No quiero escucharte decir eso más, se por que lo haces, aún piensas que mereces un castigo pero no es así. Yo te amo, Joel, te amo con todo lo que soy y no cambiaría nada de nuestra historia, ni siquiera eso.

-También te amo, te amo princesa pero no quiero verte llorar.

-Pero me duele.

-Lo se, se que te duele y aunque parezca contradictorio, es bueno que sea así porque te hace humano, te hace un ser con sentimientos.

-Lo se...pero ahora...quiero comer algo, tengo mucha hambre y estoy mareado.

-¿No comiste nada allí?

-Si.

-¿No estarás esperando un bebé?

La palabra "bebé" se grabó en mi cerebro como si la hubieran pegado ahí, ni siquiera podía pensar en esa posibilidad, mucho menos ahora que siento todo tan doloroso pero...ahora que lo pienso, llevo días sintiéndome raro y con más apetito de lo normal pero...¿Puede ser que realmente esté esperando un bebé?

-¿Crees... crees que sea posible?

-Puede ser, te he estado observando y te he visto comer más de lo normal, se que te has sentido mal y aunque no te he dicho, en las noches mientras duermes, estás como incómoda, como si no encontraras la posición correcta.

-¿De verdad?

-Si...te conozco bien y me lo he estado pensando pero no quería alarmarte.

-¿Y piensas que ahora no lo haces?

-Bueno...supongo que si pero tampoco es algo que me quite el sueño. Si es cierto que estás esperando un bebé, yo realmente sería el hombre más feliz del planeta.

-¿Hablas en serio?

-Claro que si. Yo te amo, estoy enamorado de tí, vas a ser mi esposa, si me dieras un hijo...¿Crees que no estaría feliz?

-Un hijo...

-Un hijo contigo solo sería el comienzo de la familia que quiero. Mañana vamos a hacerte una prueba, ahora voy a prepararte de comer.

Se levantó dejándome cómodamente sentado en el sofá y se fue a la cocina con una sonrisa radiante, de esas que me robaban el aliento y en ese segundo comprendí que ese hombre realmente me amaba, que realmente era feliz a mi lado. Comprendí que él realmente deseaba formar una familia conmigo, que tal vez había estado buscándola, que había esperado para decirme sus sospechas. Comprendí que lo que acababa de pasar no fue algo que surgió del momento sino que había estado esperando para decirlo.

-Joel...¿Tú realmente estabas esperando a decirlo, verdad? -Entré a la cocina sonriendo, este tonto literalmente había planificado embarazarme.

-¿Qué? -Fue un placer mirarlo mientras fingía estar serio.

-Tú querías dejarme embarazado.

-Princesa...-Susurró sonriendo y juro por Dios que no había nada en la vida que me hiciera más feliz.

-Dime la verdad.

-Llevo mucho tiempo enamorado de tí, amándote tanto que duele. Llevo tiempo soñando contigo, viviendo una vida entera a tu lado, viendo crecer a nuestros hijos. Llevo meses siendo tu pareja, viendo tu rostro cada mañana, despertando al lado del ser más hermoso que habita este planeta, amándote con todo lo que soy, culpándome por el daño que hice, sintiéndome el hombre más feliz del mundo por tenerte conmigo y a la vez creyendo que no te merezco. Eres más de lo que pude desear y si...he estado intentando hacer que te embaraces porque nada me daría más orgullo que saber que dentro de esa pancita...llevas el fruto de todo lo que siento por tí.

Quien solía ser ll JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora