Sentada en el duro y frío banco de metal, Joohyun se llevó las rodillas al pecho. Su barbilla descansaba sobre sus rodillas mientras lloraba.
Había otra persona en la celda con ella. Sin embargo, ésta mantenía la distancia sentándose en el suelo. Por lo que parece, había estado allí al menos durante un día. Ella no quiso preguntarle nada, para no empezar ningún lío en caso de que la mujer se ofendiera.
"Lo siento por no estar contigo, Lisa", es todo en lo que podía pensar.
Lisa nunca abandonó su mente. Durante las tres horas que la habían arrestado, no dejaba de preguntarse cómo estaba. Aunque había pocas posibilidades, casi imposibles, ella seguía imaginando a Lisa despertando durante este tiempo sin ella. Era desgarrador pensar que no estaría allí para darle la bienvenida al amor de su vida.
Entonces, la otra reclusa se aclaró la garganta — Oye — dijo con cautela, para no asustarla. Joohyun levantó la vista. Las lágrimas nublaron su visión, por lo que se secó los ojos un poco — ¿Necesitas un pañuelo? — preguntó la mujer de manera reflexiva. Joohyun asintió — Oh — la mujer fue tomada por sorpresa — Lo siento, no esperaba que dijeras que sí — se rascó la nuca.
Joohyun sollozó — Está bien.
Ofrecer un pañuelo era la manera que tenía la mujer de iniciar una conversación con ella. Por lo tanto, cuando Joohyun le dijo que realmente quería uno, no sabía cómo reaccionar — Puedo pedirle uno a un guardia — ofreció la mujer.
Joohyun negó levemente con la cabeza — No, está bien — se negó cortésmente, mientras las lágrimas se formaban en sus ojos de nuevo. El llanto no paraba.
La mujer se levantó del suelo y se dirigió al banco. Aun así, mantuvo cierta distancia — Entonces, ¿por qué estás aquí? — Preguntó curiosamente.
Joohyun se enjuagó las lágrimas de la cara y se quedó en silencio. Ella lo pensó. Debido a su preocupación por Lisa, no había estado pensando en los cargos en su contra. Sí, sabía por qué la habían arrestado, pero no había perdido el tiempo pensando en ello.
Sollozó — Una estudiante de la escuela secundaria en la que enseño, me acusó de agresión sexual — explicó. No estaba muy segura de sí estaba haciendo lo correcto al decírselo a esta mujer, pero parecía que podía confiar en ella. Después de todo, ésta parecía lo suficientemente amable y preocupada.
Era mejor tener una amiga en la cárcel que una enemiga.
Los ojos de la mujer se abrieron un poco — ¿Eres maestra? — Joohyun asintió mientras las lágrimas corrían por su rostro. La mujer podía ver la cantidad de dolor por el que estaba pasando su contraria — Lo siento — se mostró comprensiva — Estoy segura de que no lo hiciste — agregó.
Joohyun la miró sorprendida — ¿De Verdad?
La mujer asintió — Ajá — aseguró — Si lo hubieras hecho, entonces no estarías llorando así. Además, mírate, no creo que tengas la necesidad de obligar a nadie a hacer nada — pensó que sería divertido hacer una broma, junto con un cumplido.
Joohyun sonrió al ver que la mujer le creía — Gracias — entonces pensó que sería descortés si no le preguntaba a la mujer por qué la habían arrestado — ¿Por qué estás aquí? — le prestó atención. Luchando por mantener a Lisa fuera de su mente por un momento.
La mujer soltó una risa sarcástica — Por apuñalar a mi novio en el brazo con un cuchillo para untar mantequilla — respondió, lo que asustó un poco a Joohyun. ¿Qué tan afilado estaba ese cuchillo para mantequilla?, se preguntó. La mujer notó su expresión curiosa — Créeme, cuando hay mucha ira y voluntad, un cuchillo para untar mantequilla puede hacer mucho daño — bromeó la mujer una vez más, para aliviar la tensión que se había formado.