Sorry Miss Bae [Lisrene - Lisa x Irene]

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Cantando, entré a la cocina. Suavemente, bailé hasta el gabinete y saqué un tazón. Demonios, sí, el cereal se veía delicioso esta mañana. Tarareé todo el tiempo mientras preparaba mi desayuno.

— Leche — tarareé mientras la sacaba del refrigerador. 

Luego hice un poco de twerking. ¿A quién engañaba? No tenía el culo para eso. Poniendo fin a mi vergüenza personal, vertí leche en el tazón y luego la coloqué nuevamente en el refrigerador.

— ¿Debes ser tan molesta? — Gorila me interrumpió, arruinando mi feliz mañana.

— ¿Debes vivir aquí? — Respondí antes de arrojarle algunos cereales que habían caído fuera del plato.

Maldita sea, los esquivó. Entonces, saqué más de la caja y esos realmente impactaron con su feo rostro y se metieron en sus ojos.

— Perra estúpida — insultó mientras abría mucho los ojos, tratando desesperadamente de parpadear para sacar las migajas. Inútil — Te odio — resopló y se apresuró hacia el fregadero.

— Eres una bebé llorona — me burlé y fui por una cuchara. Tuve que empujarla a un lado para abrir el cajón donde se encontraban los cubiertos.

— Cállate — siseó. Oh, estaba tan asustada. Qué completa idiota era.

El agua corrió y ella colocó su cara debajo.

— El baño esta por ahí, cariño — me burlé, señalando el pasillo — El lavabo es para platos sucios, la ducha es para gente sucia. Ahí es donde perteneces — expliqué, sintiéndome como si hubiera ganado.

Gorila no era muy buena para discutir ni para defenderse.

— ¿Que está pasando? — Papá entró mientras se ponía su saco. A continuación, se ajustó la corbata.

Me sorprendió verlo todavía aquí. El trabajo era lo más importante para él, por lo general se iba antes de las siete. Supongo que quería pasar más tiempo con su nueva familia.

— Oh, gorila se está duchando en el fregadero — me reí y tomé una cucharada de cereal.

— Mi nombre es Gloria — murmuró entre dientes. Papá me regañó mientras le entregaba una servilleta a Gorila — Y no me estaba duchando...

Cortándola allí mismo, comenté — Lo sé, nunca lo haces — me pellizqué la nariz, para que su desagradable aroma no invadiera mi nariz.

— Lalisa... — típico de mi padre últimamente. Como de costumbre, lo ignoré.

— Como estaba diciendo, no me estaba duchando en el lavabo. Solo estaba lavando el cereal que Lalisa me tiró a los ojos — me delató la perra. Como sea, no me sorprendía.

Sin embargo, estaba profundamente disgustada por lo que estaba haciendo. Gorila hizo un puchero, prácticamente exigiendo simpatía. ¡Y estaba funcionando! Mi padre se estaba enamorando por completo. Muy bien, lo admito, su actuación fue buena. Sin embargo, patética.

— Tienes que darme lecciones de actuación — mastiqué el cereal.

Papá negó con la cabeza, decepcionado — Lalisa, ¿por qué le tiraste cereal a Gloria? — cuestionó. Me encogí de hombros y seguí comiendo mi cereal. Exhaló angustiado — Ya no sé qué hacer contigo.

El desayuno se arruinó. Dejándolo a un lado, salí de la cocina — No te preocupes, solo ve a trabajar y yo iré a la escuela. Evitarnos el uno al otro nunca falla — dije, dejándolos atrás.

Eso me dolió, no voy a mentir.

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El primer período fue tan ruidoso que me dolían los oídos. Aun así, disfruté toda la hora. Los estudiantes ignoraban el trabajo de la clase.