Capítulo 3:
“Grandes sorpresas”
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El pequeño objeto se encontraba entre los dedos de Cassandra. Los minutos transcurrían y no quería conocer el resultado, el miedo invadía mis entrañas, los latidos de mi corazón arremetían con fuerza dentro de mi pecho y podía percibir como una opresión se acrecentaba con el paso de los segundos. Todo dependía de aquel test de embarazo; sabía que Niek estaría dichoso de saber que tendría un hijo si la prueba era positiva, pero si el resultado era negativo un gran sentimiento de alivio se enclavaría en mi pecho y difícilmente saldría de allí hasta un extenso lapso de tiempo.
Cassandra mordía sus uñas impacientemente y luego observó el objeto. No realizó ningún tipo de mueca y luego me miró.
— ¿Lista para ver el resultado? —musitó mordiéndose el labio nerviosamente.
—Sí—afirmé con seguridad.
Al voltear el test, reveló dos líneas perfectamente marcadas. Era positivo. Tomé el pequeño aparato entre mis manos y parpadee varias veces, lo dejé sobre la cama y me quedé atónita un momento.
Sentí como el ritmo de mi respiración aumentó monumentalmente, pequeños sollozos se escapaban desde mis labios y las lágrimas resbalaban incesantemente. Cassandra se acercó para abrazarme con fuerza e intentar consolarme, pero todos mis pensamientos se tornaron negativos y me mente comenzaba a agobiarme. Intenté calmarme y con un poco de voluntad lo logré, inhalé con fuerza y cerré mis ojos un momento.
—Aún está la posibilidad de ir al ginecólogo y corroborar si estás embarazada. Estos test no son muy fiables, en ocasiones fallan—musitó Cass.
Me limité a asentir y bajar la mirada.
—No le digas nada a Niek, por favor—suspiré pesadamente—. No quiero ilusionarle, aún no sabemos si es cierto.
—Vale. ¿Quieres que llame para pedir una cita con el doctor?
—Por favor—musité mordiendo mi labio—. Lo más pronto posible.
Ella asintió y salió del cuarto para hacer aquella llamada.
Me quedé sobre la cama pensando en todo lo que había sucedido estos últimos días, incluyendo la extraña llamada de mi padre. Varios minutos transcurrieron de la misma manera, y me sentí en un déjà vu; las ocasiones en mi adolescencia donde me queda observando el techo y parecía que todas las respuestas se daban a conocer y las confusiones desaparecían, pero ahora las situaciones se tornan muchos más difíciles, un bebé es un tema más serio que haber roto con tu novio, o pelear con tu mejor amiga, esto dependía de mi futuro, de las complicaciones que conllevaría mi vida.
Cassandra irrumpió en la habitación con una expresión neutral, posó su vista en la pantalla del móvil y luego lo guardó en el bolsillo de su pantalón. Me miró con una retraída sonrisa y se sentó en un costado de la cama.
—Mañana debes ir. Yo te acompañaré, si lo deseas, claro.
—Por supuesto que quiero que me acompañes—sonreí débilmente.
Hubo un momento de silencio en el cual ambas parecíamos estar sumidas en la inmensidad de nuestras mentes, cada una atiborrada de sus propios problemas.
— ¿Quieres bajar? —preguntó de pronto.
Hice una mueca, pero luego le sonreí con pereza.
—Vale.
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El reto: 365 días en California → Andy Biersack {Editando}
FanficUn reto, una modificación, sentimientos ocultos, amor, mentira. _____ Lerman, una chica que intenta no preocuparse por nadie pero después de todo es una chica buena, la popularidad y la arrogancia encajan a la perfección con su nombre y se empeña en...