Capítulo 23 || Baño de hombres.

2.5K 188 39
                                    

_____ P.O.V

¿Adivinan de quién estoy hablando? Pues esa es una interrogante algo difícil de responder, ya que cualquier chico del Instituto podría venir con el rostro empapado en tristeza, pero este rostro no era cualquiera. Era Andy.

Inmediatamente un sentimiento de culpa embargó mis entrañas, ¿Sería por mi actitud de ayer en la noche?, sinceramente la intriga me mata.

Sabía que si el director me veía deambulando por los pasillos me llevaría a dirección y más problemas surgirían, pero en este momento Andy me preocupa, y no sólo por ese sentimiento de culpa, ni tampoco por lograr el reto, esta vez me preocupa porque le quiero.

Salí de la puerta del baño de mujeres y me detuve en el pasillo, Andy me miró, sus ojos estaban rojos, emitían frialdad. Un nudo se formó en mi garganta, él estaba mal. Intenté sonreírle, pero lo único que conseguí fue que esquivara mi mirada y agachara la cabeza, pasó por mi lado sin decir nada. Estuve unos segundos en la misma posición, asimilando lo ocurrido, ¿Tan mala fui con él?

Podía hacer dos cosas, como siempre una es más arriesgada que otra. La primera y la más sensata es esperar a que salga del baño, pero posiblemente vuelva a ignorarme. La segunda y más arriesgada opción es entrar al baño de hombres y hablar con él, aunque también existe la posibilidad de que me ignore. Jamás me ha importado la sensatez o lo que es mejor para la reputación de una chica como yo —Ya que entrar a un baño del sexo opuesto siempre es mal visto—, por lo que elijo la segunda opción.

Antes de entrar miro para ambos lados del pasillo, verificando que nadie me vea. Abro la puerta del baño de los hombres, más con una expresión de asco —El olor que emanó desde el interior era asqueroso— que con terror por lo que pudiera ver en su interior. Ya adentro, me doy cuenta que nadie está en las duchas o en los lavamanos, así que comienzo a revisar los baños, algo arriesgado para lo que mi pobre vista puede sufrir, pero todo sea por Andy.

El primer baño se encuentra vacío, por lo que entro en él y subo al inodoro para ver los demás baños, para mi sorpresa-no tan sorpresa, en el segundo baño hay alguien, y ese alguien es Logan. Reprimo mi risa, ya que él se encontraba sentado en el baño, y no precisamente con la tapa cerrada. Se me ocurrió la brillante y a la vez estúpida idea de tomar el papelero del baño —De donde me encontraba—y luego sostenerlo hasta el momento de hacer la broma, tenía que disfrutar este último mes con él ¿No?

— ¡Hey hermanito! —Dije burlona.

—¡_____! ¿¡Joder, que haces aquí!?—Dijo asustado, e intentó cubrirse.

—Nada—Sonreí inocente.

— ¡Entonces vete y deja de joder! —Dijo avergonzado.

Suelto una estrepitosa carcajada, tomo el papelero, lo subo y dejo que mi hermano lo vea y ¿Qué haré? Eso lo dejo para la imaginación  de mi bobo hermano.

—No lo harías, ¿Verdad? —Dijo temeroso.

—Claro que no—Dije inocente.

—Eres una pésima hermana.

—Te equivocas, soy la mejor—Sonreí y le lancé el papelero.

— ¡Joder! —Gritó con la cabeza dentro del papelero

Debo admitir que eso fue divertido pero sentí una pizca de arrepentimiento, después de todo esta broma tuvo un toque asqueroso. Casi había olvidado cuál era mi propósito dentro del baño, así que en cuanto lo recordé salté del inodoro —para bajar— pero el piso estaba mojado y resbalé, sí, la mala suerte no me puede dejar en paz, y a eso agreguemos que desde pequeña fui bastante torpe. ¿Ahora me dirán que caerse de la cuna y quedar bajo ella no es normal?

El reto: 365 días en California →  Andy Biersack {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora