______P.O.V
Dos días restan para que mi pesadilla se cumpla, cada vez esa opresión en mi pecho se amplifica, estoy cerca de lo peor. Como siempre me cuesta mucho levantarme, ¿Pero a quién no le gusta dormir?, esa situación sería bastante extraña.
Toda la mañana Cass estuvo feliz, podía notarlo por esos pequeños saltitos que daba por ratos, porque cantaba alegremente y porque sonreía a cada momento, me encantaba verla así, ella lo merecía.
El día en el Instituto no fue tan aburrido, los estudiantes de último año planearon una guerra de agua contra nosotros, así que estuvimos en batalla gran parte del día. Si preguntan por cabeza de melón, no dijo nada, de hecho estaba contento con que compartiésemos en estas actividades, jamás lo había visto tan relajado, probablemente se consiguió novia o por fin dejó la casa de su madre. Más tarde fuimos a decorar y ya estaba casi todo listo, sólo faltaban unos pequeños detalles y sería maravilloso.
Cass insistió con que fuésemos a comprar vestidos para la fiesta, aunque como ya todos sabían, no seríamos parte de la fiesta de graduación, pero ella insistía con comprar vestidos para la fiesta en su casa. Luego de varias negaciones, accedí, después de todo, sería la última vez que saldría de compras con mi alocada mejor amiga. Aunque claro que visitaré California y a todos mis amigos, pero nada será lo mismo.
Llegamos a casa y pusimos a calentar la pizza, ambas subimos a nuestros cuartos. Me lancé a la cama y me puse a mirar el techo. Aún no entiendo por qué cada vez que necesito reflexionar acudo a mirar al techo, éste no tiene nada de especial, sólo es un techo, pero bueno, nada en mí es normal.
Esta vez pensé en que sería después del reto, ¿Lograría ser feliz en el otro país?, ¿Podría olvidar a Andy?, ¿Tendría la necesidad de volver a California? Eso era parte de lo que rondaba mi cabeza, ni siquiera yo misma podía responderme porque últimamente me siento extraña, creo que aquel nudo en mi garganta y ese invisible peso en mi espalda han influido en cómo han cambiado las cosas. Pero desde que me siento diferente es desde la paliza de mi padre, por un lado me hizo bien, aprendí a dejar la arrogancia de lado, y no, no soy masoquista.
—Eh—Cass me sacó de mis pensamientos y me hizo dar un respingo—La comida ya está lista.
—Vale, bajo de inmediato—le sonreí y me puse de pié.
Bajé las escaleras con rapidez, sentía hambre, aquellos crujidos en mi estómago podían denotarlo fácilmente. Devoré un pedazo de pizza y Cass me miraba divertida.
— ¿Qué? —dije con la boca llena y salpicando migajas, soy una asquerosa, pero el hambre lo puede todo.
Ella rió y negó con la cabeza para empezar a comer de su trozo.
Después de comer, subí al cuarto para buscar dinero, costearía los vestidos de ambas, conocía perfectamente su situación y ese sería mi último regalo.
Nos subimos a su auto y luego de unos minutos dejó en el estacionamiento del centro comercial. Siendo sincera, odiaba salir de compras, aunque con Cass fuera un momento grato, lo odiaba. Creo que mi falta de paciencia es lo que hace que odie salir de compras, me fastidia tener que buscar de tienda en tienda y no encontrar algo y casualmente en la última tienda hay algo que valga la pena.
Recorrimos muchas tiendas y mi cara de fastidio ya se estaba haciendo notar. Cass ya me llevaba arrastrando, ella ya había encontrado su vestido y yo aún no me decidía por nada, al final, mi mejor amiga siempre termina escogiendo yo sólo me los pruebo, porque reitero, odio salir de compras —a menos que sea comida—.
—Venga, ____—me entregó varios vestidos—Ve y pruébatelos.
Rodé los ojos y asentí.
Los primeros seis vestidos tuve un rotundo no de su parte y me quedan cinco más por probar. Decidí probarme un vestido negro con encaje y sin mangas. Salí con una fingida sonrisa y ella sonrió.
ESTÁS LEYENDO
El reto: 365 días en California → Andy Biersack {Editando}
Fiksi PenggemarUn reto, una modificación, sentimientos ocultos, amor, mentira. _____ Lerman, una chica que intenta no preocuparse por nadie pero después de todo es una chica buena, la popularidad y la arrogancia encajan a la perfección con su nombre y se empeña en...