El reto: 365 días en California → Andy Biersack {Editando}

Capítulo 6.

Capítulo 6

"La gran petición"

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Aún no podía creer que vería a mi padre, mi interior siempre se encontraba en constante debate a la hora de hablar de él, mi padre, uno de los seres más crueles que he conocido. Y aquí estaba, sentada en un avión a California, aguardando por ayudar a mi padre que estaba en apuros, él, uno de los seres más orgullosos de la tierra se encontraba pidiendo ayuda a sus hijos, realmente estaba jodido.

Sentía rencor por cada cosa que sucedió en California, obviamente excluyendo a mis amigos. Me repugnaba cada momento con Andy, desde sus besos hasta sus palabras de enamorado. Con tan sólo mirarlo, miles de recuerdos pasan por mi mente, repitiéndose incesantemente, haciendo que mi mente se atiborrase de memorias que debía olvidar.

Me acomodé  en el hombro  de Niek, él se volteó y me miró con una dulce sonrisa. Mi querido prometido, había dormido un poco más que yo, acababa de despertar y su mirada denotaba la somnolencia que probablemente experimentaba. Adoraba cada pequeño gesto de su rostro, desde los más toscos hasta los más adorables.

— ¿Qué tal dormiste, cariño? —preguntó con dulce entonación.

—De maravilla, eres bastante cómodo. ¿Qué tal tú?—solté una pequeña risa.

—Perfecto, dormir junto a una verdadera princesa siempre resulta agradable—pellizcó mi nariz con suavidad.

Quité su mano de mi nariz rápidamente, y sin dejarle protestar o decir algo, me abalancé sobre sus labios. Aquel exquisito roce provocaba que todo mi interior se revolviese y me hiciese desear aún más de aquel hombre. Amaba todo de él, cada segundo de mi vida se tornaba perfecto si estaba junto a él. Tomé sus mejillas e intenté profundizar el beso.

—Eh, tíos ¿Os habéis dado cuenta de la película porno que están montando estos dos? —La conocida voz masculina que emitió aquella frase culminó con una risa burlona.

Ambos nos separamos de golpe y miramos al emisor de aquella molesta acotación. Andrew nos miraba con una sonrisa lobuna y altanera, Juliet a su lado, nos miraba avergonzada y casi implorando perdón con la mirada.

—Andy, que no están haciendo nada malo, ellos nunca nos han dicho nada por demostrarnos cariño en público, es algo normal que hacemos todas las parejas—Juliet hizo una mueca, y se removió incómoda en su asiento.

— ¿Y eso por qué lo dices? Jamás he hecho tal tipo de mierdas contigo en público—la miró con una ceja alzada.

La pobre chica debía amarlo mucho. Sus ojos se cristalizaron por un momento y apretó su labio inferior. Asintió y agachó la cabeza; posteriormente se volteó, dándole la espalda a su novio. Andy se mantuvo en silencio con una expresión serena y arrogante. Me miró burlonamente y se volteó.

Todo el resto del viaje, intenté dormir, pero las estúpidas palabras de Andy resonaban en mi mente ¿Desde cuándo se había vuelto tan frío? Y lo que es peor, ¿Desde cuándo trataba tan mal a una mujer?  Desconocía las respuestas de esas interrogantes. Todo el tiempo pensé en que Juliet había intentado defendernos, así que ahora era mi turno de defenderla.

Cuando bajamos del avión y recogimos nuestras cosas, Niek me avisó que iría a comprar cappuccino, así que aproveché aquel momento y me paré en frente de Andy, mirándole fijamente a los ojos. Me veía completamente ridícula enfrentándome a un oponente notablemente más corpulento que yo.

Andy me inspeccionó de pies a cabeza con una ceja alzada. Soltó una carcajada y me observó minuciosamente.

—No tienes derecho a tratar a tu novia así—espeté exasperada.