|Capítulo 16|

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Flores de papel y un poco de miel.

Tubbo estaba sentado en el suelo, rodeado por varias hojas de colores y plantillas con calcomanías, doblando y desdoblando, cortando y pegando. Vestía un suéter rayado, amarillo con negro, y un overol de mezclilla con el dobladillo alzado. El niño fruncía el ceño cada que algo no salía bien o sacabala lengua para concentrarse mejor. Sin poder evitarlo sonreí enternecido, parecía un niño de kínder haciendo manualidades.

Me acerqué y senté a su lado, ganando una sonrisa a ojos cerrados.

—Hola, George —saludó dejando de lado la hojita mal doblada, junto a otras en el mismo estado.

—Buenos días, Tubbo—una pequeña sonrisa se coló sin mi consentimiento.

—Escuché que tenías gripe—tomó otra hoja y la cortó en un mal intento de cuadrado—le dije a Dream que te cuidara y te llevara muchas Pop-tarts. ¿Ya estás mejor?

—Sí, ya estoy mejor. Gracias por preguntar—Tubbo me miró por un segundo con la cabeza ligeramente inclinada.

—Te llevó tus Pop-tarts ¿verdad? —Preguntó serio —Porque si no lo hizo le voy a morderle los dedos de los pies —mi corazón de derritió en ternura, sus cejas se juntaban creando unas arruguitas en su frente.

—Sí, si me llevó muchas Pop-tarts de fresa—apenas terminé y su ceño se relajó, sonriendo con dulzura. —No sabía que tú me las habías mandado.

—Imagino que olvidó decirte—giró su rostro y siguió con sus dobleces, apartando algunos cabellos que cruzaban sobre su cara.

— ¿Qué haces? —Tubbo rio y me estiró una de sus hojas.

—Ah, la verdad no sé, se supone que es una flor —miré el pedazo de hoja y la giré varías veces—Nop, no pierdas tu tiempo. —Reí dejando de lado el intento de flor a un lado. Tubbo sonrío y siguió cortando. —Ahora que lo veo parece un pañal sucio.

— Okey. Veamos—Tomé una de las hojas que tenía a mi lado y la recorté a un cuadrado. Recordando las aburridas horas invertidas en el taller de manualidades.

Fui doblando varias veces, desde las esquinas al centro y viceversa, dándole vueltas entre mis dedos. Tubbo se acercó más y observaba asombrado como la hoja cambiaba de forma. Poco a poco la hojita fue cambiando, revelando su propósito, hasta terminar en un pequeño narciso.

—Aquí tienes—susurré dejando la flor en sus manos.

— ¿Qué...? ¿Pero cómo...?—el niño admiraba el pedazo de papel y lo acariciaba como si de porcelana se tratase. Lo sostenía con tanta gentileza que parecía algo de sumo valor, incluso intentaba no respirar muy cerca de él.

— ¿Te gusta?

—Es bonita y verde—sus ojos brillaron con emoción, asintiendo lentamente. Lo miré confundido y volví mi atención a la flor.

— ¿Verde? —extendí mi mano y me pasó la florecita. Amarilla, un tanto opaca, pero para mí era amarilla.

—Sip, verde claro. Lo vez —sonrió para señalar la flor y por inercia negué con la cabeza— ¿cómo? —Su sonrisa desapareció, entrecerrando los ojos me miró atento, de pronto alzó dos hojas frente a mí — ¿No vez la diferencia?

Sentí la vergüenza subir por mi garganta, calentando mis mejillas con violencia, un pequeño malestar comenzó a crecer en mi estómago.

— ¿No reconoces los colo-...? Es decir ¿Eres daltónico? —Acomodé mis lentes e ignorando la pregunta tomé otra hoja para repetir el proceso.

I'm Broken. I'm Damage. [DreamNotFound]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora